Por Pablo Dócimo
Seguramente, alguna vez habrá escuchado la frase: “El terrorismo, cuando es de Estado, es el peor de los terrorismos”. Sin embargo, sucede algo curioso, quienes la pregonan nunca la aplicaron a países como Cuba, la ex URSS, China, Corea del Norte, Irán, Irak y otros países islámicos donde por el solo hecho de pensar distinto es motivo suficiente para ser encarcelado e incluso condenado a muerte.
Pero ¿qué es exactamente el “Terrorismo de Estado”?
Es, en realidad, un concepto promocionado por los argentinos, con una clara intención de imponerlo internacionalmente, y llama poderosamente la atención la insistencia de algunos periodistas y políticos “pseudo progresistas” para tratar de imponer este concepto.
¿Quiénes están detrás? Los terroristas, autores de crímenes aberrantes donde perdieron la vida muchísimas personas inocentes, producto de más de 21.600 atentados de diferente magnitud, perpetrados durante la década del ’70. Recordemos que la inmensa mayoría de estos atentados se produjeron entre 1.973 y 1.976, bajo un gobierno constitucional.
Estos terroristas han violado normas de derecho internacional, cometido delitos de lesa humanidad, crímenes de agresión y crímenes de guerra; por eso necesitan crear un escudo protector, e imponerlo en el ámbito nacional e internacional.
El Terrorismo de Estado es un concepto político, no jurídico, por tal razón, no existe el “Delito de Terrorismo de Estado". En realidad, no se sabe a ciencia cierta que significa Terrorismo de Estado, pero suena mal –o bien, depende de la intención para que se lo utilice- y en rigor, lo que se busca, es que se consolide política y jurídicamente, la condena a un solo bando o “demonio”. Por eso, el Terrorismo de Estado pasa a ser el peor de los demonios, y por lo tanto, el único demonio que hay para castigar.
La metodología terrorista, siempre la usan los más débiles contra los más fuertes, ya que es la única forma que les ofrece alguna posibilidad de ganar o, por lo menos, lograr su objetivo. Citemos algunos ejemplos: IRA Vs. Inglaterra, FARC Vs. Colombia, Sendero Luminoso Vs. Perú, ETA Vs. España, Al Qaeda Vs. USA, Montoneros Vs. Perón, Etc. Pero no las emplea el Estado. En realidad, “los agentes de Estado” pueden cometer abusos, como secuestros, extorsiones, torturas e incluso asesinatos, que lógicamente son delitos, pero no terrorismo.
Para imponer la doctrina del Terrorismo de Estado, el gobierno del Presidente Kirchner modificó la introducción del libro “Nunca mas”realizado por la CONADEP, modificando así la historia a su voluntad, mientras que las autoridades de la comisión de las torres gemelas proponen que el caso argentino sea incluido entre las organizaciones terroristas del mundo. Por consiguiente, si hablamos de Terrorismo de Estado, lo que estamos proponiendo es, sencillamente, impunidad para los terroristas.
De aquí se desprende que si fracasan en imponer la doctrina del Terrorismo de Estado, los terroristas saben que tarde o temprano van a terminar presos. Por eso, para evitarlo, se refugian en esta aparente figura jurídica, y ejercen su poder para imponerla, como lo hacen hoy desde el actual gobierno, el cual está integrado por numerosos integrantes de la agrupación Montoneros.
Si finalmente lograran imponer el concepto del Terrorismo de Estado, impulsarán, por consiguiente, el criterio por el que solo deben ser condenados los agentes de Estado y no los terroristas.
Seguramente, alguna vez habrá escuchado la frase: “El terrorismo, cuando es de Estado, es el peor de los terrorismos”. Sin embargo, sucede algo curioso, quienes la pregonan nunca la aplicaron a países como Cuba, la ex URSS, China, Corea del Norte, Irán, Irak y otros países islámicos donde por el solo hecho de pensar distinto es motivo suficiente para ser encarcelado e incluso condenado a muerte.
Pero ¿qué es exactamente el “Terrorismo de Estado”?
Es, en realidad, un concepto promocionado por los argentinos, con una clara intención de imponerlo internacionalmente, y llama poderosamente la atención la insistencia de algunos periodistas y políticos “pseudo progresistas” para tratar de imponer este concepto.
¿Quiénes están detrás? Los terroristas, autores de crímenes aberrantes donde perdieron la vida muchísimas personas inocentes, producto de más de 21.600 atentados de diferente magnitud, perpetrados durante la década del ’70. Recordemos que la inmensa mayoría de estos atentados se produjeron entre 1.973 y 1.976, bajo un gobierno constitucional.
Estos terroristas han violado normas de derecho internacional, cometido delitos de lesa humanidad, crímenes de agresión y crímenes de guerra; por eso necesitan crear un escudo protector, e imponerlo en el ámbito nacional e internacional.
El Terrorismo de Estado es un concepto político, no jurídico, por tal razón, no existe el “Delito de Terrorismo de Estado". En realidad, no se sabe a ciencia cierta que significa Terrorismo de Estado, pero suena mal –o bien, depende de la intención para que se lo utilice- y en rigor, lo que se busca, es que se consolide política y jurídicamente, la condena a un solo bando o “demonio”. Por eso, el Terrorismo de Estado pasa a ser el peor de los demonios, y por lo tanto, el único demonio que hay para castigar.
La metodología terrorista, siempre la usan los más débiles contra los más fuertes, ya que es la única forma que les ofrece alguna posibilidad de ganar o, por lo menos, lograr su objetivo. Citemos algunos ejemplos: IRA Vs. Inglaterra, FARC Vs. Colombia, Sendero Luminoso Vs. Perú, ETA Vs. España, Al Qaeda Vs. USA, Montoneros Vs. Perón, Etc. Pero no las emplea el Estado. En realidad, “los agentes de Estado” pueden cometer abusos, como secuestros, extorsiones, torturas e incluso asesinatos, que lógicamente son delitos, pero no terrorismo.
Para imponer la doctrina del Terrorismo de Estado, el gobierno del Presidente Kirchner modificó la introducción del libro “Nunca mas”realizado por la CONADEP, modificando así la historia a su voluntad, mientras que las autoridades de la comisión de las torres gemelas proponen que el caso argentino sea incluido entre las organizaciones terroristas del mundo. Por consiguiente, si hablamos de Terrorismo de Estado, lo que estamos proponiendo es, sencillamente, impunidad para los terroristas.
De aquí se desprende que si fracasan en imponer la doctrina del Terrorismo de Estado, los terroristas saben que tarde o temprano van a terminar presos. Por eso, para evitarlo, se refugian en esta aparente figura jurídica, y ejercen su poder para imponerla, como lo hacen hoy desde el actual gobierno, el cual está integrado por numerosos integrantes de la agrupación Montoneros.
Si finalmente lograran imponer el concepto del Terrorismo de Estado, impulsarán, por consiguiente, el criterio por el que solo deben ser condenados los agentes de Estado y no los terroristas.
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