01 octubre 2007

¡Adiós, soberano!

Por Nelson Maica C.

Hace pocas horas presencié en el centro de Caracas una de tantas “acciones” callejeras, a las cuales “casi” nos hemos habituado. Policías vs. Buhoneros. Entre tanta palabrería y, sobre todo, las de grueso calibre, por vulgares, de nuevo la ya manida sentencia: “nos engañaron”: “me engañaron”.

Al oírla llegó a mi mente: “la ley de hierro de la oligarquía” de Robert Michels y siguió “rondando” hasta que me dedique a escribir estas líneas. Recuerdos. Disculpen si consiguen algo inexacto, no es la intención.

Para lograr un cambio social se debe tener muy en cuenta y conocer muy bien los procesos económicos. Son fundamentales. Coincide con Engels y Marx. Hay, existen, actúan fuerzas y tendencias no suficientemente conocidas, pero con gran capacidad para impedir la realización de un cambio. Esas fuerzas tienen que ver, están ligadas, con la naturaleza del ser humano (¿conocemos bien al venezolano?); con la naturaleza de la lucha política (¿cuál es la nuestra?) y con la naturaleza de la Organización del Estado, de la Sociedad (¿ha sido suficientemente investigada?).

La Democracia necesita Gobierno. La Democracia permite la selección y escogencia de los Gobernantes. Los Gobernantes son personas, conforman un “grupo”, advienen en una “élite”, con privilegios e intereses, incluyendo los económicos, muy particulares. Los Gobernantes desean continuar indefinidamente en el poder transformándose, casi inequívocamente, en un “núcleo oligárquico”.

Creo, si mal no recuerdo, que Michels afirma algo así, o parecido, en su obra Los Partidos Políticos: “la democracia conduce a la oligarquía y contiene necesariamente un núcleo oligárquico”.

Recuerdo lo expresado hace algún tiempo por el Presidente venezolano y repetido varias veces: “oligarcas, temblad”. Sí, parece confirmarse que los pueblos, aquí llamado “soberano”, en general, sienten “tiránicas” a las Oligarquías y, también, parece confirmarse, desde tiempos remotos, que a los “pueblos” no se les hace nada fácil “gobernarse así mismos”.

¿Cómo lo hacen? ¿Quién lo hizo? ¿Cómo se ponen de acuerdo? ¿Quién manda a quién? ¿Cómo administran dinero, justicia? De estas y otras muchísimas preguntas nació la célebre y puesta en práctica “delegación de autoridad”. Nació “el jefe”, el escogido, el apoyado, el sirviente del soberano, el soberano manda por medio de él, todos los justificativos. Y el “jefe” escoge a sus colaboradores, los mejores, los científicos, los puros, los incorruptibles, los más capaces, los profesionales y expertos, quienes generalmente nada tienen que ver con el soberano (aun cuando salieron de él) porque son burócratas, gozan de privilegios por sus estudios y capacidad intelectual, por su cultura, gustos, intereses, ubicación social y económica. Se convierten de “sirvientes” iniciales en “amos” o “dueños” de los cargos. Así se inicia, por la vía rápida, la separación de los “líderes” de las “masas”, la separación de los “revolucionarios” de sus “burócratas”, la separación del pueblo soberano. ¡Adiós, soberano!

La supuesta Revolución Bolivariana se inició con Democracia Participativa, Protagónica, Igualitaria; escogió ya Líderes y Gobernantes cuyas decisiones, en estos momentos, forman parte de la tipología tradicional: Gobernantes y Gobernados. Ya son los nuevos oligarcas. Pero, ¿uién les dice ahora: “oligarcas, temblad”? ¿Dónde esta esa voz?

Legitimada la nueva élite en el Poder, actúa para “organizar” la sociedad, al Soberano, “acorde” con lo pregonado por la Revolución (Socialismo del siglo XXI, etapa previa al comunismo, según Marx), la nueva “realidad”, y el “soberano”, por ahora, ¿está contento? porque “alguien” (la revolución) ¿atiende sus reclamos? ¿Por cuánto tiempo? Hasta que “sienta tiránica” la nueva Oligarquía ¿Son los nuevos tiranos, totalitarios marxistas? ¡Adiós, Soberano! ¿Se le fue por alto al “jefe” leer a Robert Michels? ¿Desconocimiento? ¿Ignorancia? ¿De quién? ¿Tendrá razón, aquí y ahora, Robert Michels? ¿Este pueblo se merece estos gobernantes?

* Este artículo fue escrito, originalmente, el 8 de septiembre de 2002, actualizado el 8 de agosto de 2006, y sigue aún vigente al 30 de septiembre de 2007.

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