Por María Lilibeth Da Corte
El Universal
"Puede que el pueblo le haya dicho sí al socialismo, pero como plataforma partidista, pero respetando las reglas del juego..."
Actividades académicas lo mantuvieron fuera del país durante el último año, pero su estadía en Alemania no fue impedimento para que siguiera de cerca los alcances del proyecto de reforma constitucional presentado por el presidente Hugo Chávez. De vuelta hace dos semanas a Venezuela, el decano de la Facultad de Derecho, profesor Jesús María Casal, no tiene reparo a la hora de sentenciar que ni siquiera una Constituyente podría dar cabida al socialismo en la Carta Magna, porque "un poder constituyente democrático por definición mal puede, a través de una nueva Constitución, sacralizar una determinada ideología cuando más bien en una democracia deben competir en condiciones de igualdad distintas ideologías".
-¿La reforma no es más que llevar a la Constitución lo que en la práctica ha ejecutado el presidente Chávez?
-En parte esto es así. Si nos referimos al tema de las misiones y al manejo del financiamiento público de éstas sabemos que ya se dio una situación de tensión con el Banco Central para permitir que parte de las reservas internacionales pudieran destinarse a ciertos fines sociales, éste es un tema que ahora se incluye en la reforma, entonces aquí se puede decir que hay una constitucionalización respecto de prácticas previas, pero en otros aspectos la reforma va más allá cuando crea nuevas figuras de organización territorial o cuando intenta constitucionalizar el socialismo, es un paso cualitativo que sobrepasa lo que hasta ahora permitía nuestro marco jurídico.
-¿Ese más allá qué implicaría?
-En el caso de la geometría del poder hay cambios que a largo plazo irían dirigidos a desmontar el Estado federal, tal como está garantizado por la Constitución. En Venezuela y en otros países se ha discutido sobre la importancia del federalismo y la descentralización como antídoto frente a regímenes autoritarios. Esos antídotos ahora quedarían debilitados.
En la propuesta está claro que se van a producir muchos solapamientos entre las figuras del municipio y las de las ciudades comunales, municipios federales. La propuesta también va a crear una tensión y unas presiones y solapamientos institucionales muy grandes a través de figuras como las provincias federales cuyas autoridades van a ser designadas por el Presidente. Todo ello va en la dirección de un desmontaje del estado federal, porque estas instituciones no están provistas de una autonomía política sino que están vinculadas al poder nacional. De esta forma queda comprometida la descentralización. Este es un cambio de gran alcance, que uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero evidentemente es un cambio tan profundo que no puede canalizarse a través de una reforma, en todo caso requeriría un debate plural y amplio en una Constituyente.
-¿Busca el Presidente copar esas instancias de poder?
-El problema fundamental desde el punto de vista constitucional es que no queda garantizada la autonomía política que es un presupuesto del federalismo, el federalismo presupone esa pluralidad de entidades políticas territoriales que ahora estarán cercadas tal y como está redactada esa propuesta y pueden ver menoscabado el ejercicio de sus competencias.
-¿Qué busca Chávez?
-Con unos poderes amplios en la persona del Presidente tal vez se piense que esto pueda dar más eficiencia al desarrollo de ciertos programas sociales. Sin embargo, se hace en detrimento de un principio básico que es la descentralización política que en la Constitución vigente está ligada a la idea de la democracia.
-¿Considera que los alcance de la reforma serían materia de una Constituyente?
-En este caso, por supuesto que se afectan principios fundamentales, porque el artículo 4 establece que Venezuela es un estado federal descentralizado y el artículo 6 dentro de los distintos principios que caracterizan Al Gobierno a todos sus niveles incluye la descentralización, por lo tanto ese es un tema que afecta un principio fundamental y que tendría que ser debatido en una Constituyente.
Ojalá sufra modificaciones, pero cuando se establece en el artículo 70 que la participación ciudadana tiene que ir orientada a la construcción del socialismo esto es algo que ni siquiera cabría dentro de los límites del poder constituyente originario. Cuando hablamos de poder constituyente estamos partiendo de la premisa que tiene que ser democrático por definición, mal puede a través de una reforma sacralizarse o constitucionalizarse una determinada ideología cuando más bien en una democracia deben competir en condiciones de igualdad distintas ideologías. El socialismo puede ser una de ellas, pero las diversas corrientes deben competir en condiciones de igualdad sin que ninguna de ella sea la ideología oficial o constitucional. Esto es algo que, sin duda, la AN debería revisarlo para preservar una constitución con la cual distintos sectores puedan asumirla como el marco de su acción política.
-¿La reforma excluye a las minorías?
-Si se mantiene esa forma en la cual la participación y el ejercicio de libertades pueda estar condicionada a la construcción del socialismo entonces tendría un carácter excluyente, respecto de todos aquellos que puedan no compartir esa ideología. Incluso de mantenerse esa posición caeríamos en el error de poner el énfasis más en lo que nos separa que en lo que nos une, y una Constitución debe poner el énfasis en lo que nos une.
-¿Sería una Constitución para quienes apoyan el socialismo?
-El problema es el talante excluyente que tendría una Constitución que condicione el ejercicio de derechos como el de participación política a la construcción de un determinado modelo ideológico.
-¿Es excluyente?
-El problema es que si esa referencia al socialismo que es muy reiterada y si es asumida con todo rigor como opción ideológica puede conducir a que quienes quieran organizar consejos del poder popular que no estén en consonancia con el socialismo estén excluidos o, incluso, afectar la libertad de conciencia de las personas y esta constitucionalización del socialismo puede llevar a crear un clima en el que algunas personas que no compartan el socialismo serían inhibidas del ejercicio de esa libertad. Así sea de manera indirecta pueden quedar prohibidas otras ideologías.
-¿En la práctica cree que un consejo comunal conformado por socialcristianos pueda ser reconocido por el poder nacional?
-Si lo que se quiere es constituir un consenso constitucional e incluir al mayor número de sectores lo normal sería procurar una fórmula como la que se usó en el referendo de 1999, donde la primera pregunta era si estaba de acuerdo con convocar una constituyente para construir una democracia social. He allí un concepto en el que cabrían ideologías muy diversas, una democracia que hace mucho énfasis en lo social, que reconoce esa situación de injusticia histórica acumulada y que debe ser asumida con medidas de emergencia y cambios profundos. Un concepto como ese que ya fue aprobado por el pueblo y señaló el marco sobre el cual se aprobó la actual Carta Magna: La democracia quizá superaría los obstáculos que parecen insuperables respecto al concepto del socialismo, pues el socialismo ya implica identificarlo con una determinada ideología de partido y eso hace que la Constitución pueda convertirse en un programa de partido político, deberíamos evitar llegar a ese punto, evitar una situación en que la Constitución pueda convertirse en el programa de un determinado partido político y no en las bases para la convivencia.
-¿De mantenerse el socialismo se convertiría en un programa del PSUV?
-En gran parte sí, si se mantiene con la formulación actual, incluso condicionando la participación ciudadana a la construcción del socialismo se generaría ese efecto de exclusión y la Constitución perdería parte de la fuerza que hoy puede tener como mecanismo de integración y puede generar perturbaciones y daños incluso al propio proceso revolucionario.
-El presidente Chávez afirma que su oferta electoral fue el socialismo y la mayoría lo apoyó y por eso lo incluye en la reforma.
-En un Estado de Derecho, en una democracia constitucional todo gobernante está por debajo de la ley, de la Constitución. No podemos caer en una forma de personalismo político tan exacerbado que una persona quiera colocarse por encima de la Constitución.
-¿El pueblo no le dijo sí al socialismo?
-No. No creo que el pueblo le haya dicho sí a un socialismo excluyente. Puede que le haya dicho sí, pero como plataforma partidista que cabe dentro de una Constitución respetando unas reglas de juego y unos valores compartidos por todos. Una cosa es que pueda existir un partido socialista unido y eso es la democracia, donde todas las corrientes se puedan ofrecer al electorado, pero que compitan en condición de igualdad y lo propio de la democracia es que cuando una de esas ideologías llega al poder no pretenda constitucionalizarse, porque sabe que hay una reglas de alternancia y una igualdad de condiciones para la contienda y no ir en posición de ventaja. Sale de los márgenes de la democracia que alguien pretenda llegar al poder para constitucionalizar su propia ideología de partido.
-De aprobarse el actual proyecto a que escenario nos enfrentaríamos?
-A unos escenarios de mayor personalismo político, a un desmontaje del federalismo, a un abandono de la descentralización política, mayor centralismo, mayores poderes para el Presidente, mayor participación de las Fuerzas Armadas en temas de Seguridad Ciudadana. Y, además el serio riesgo de la exclusión política que pudiera estar asociada a la inclusión del tema socialista.
-¿Ante ese escenario hay el riesgo que Chávez se perpetúe en el poder?
-Por supuesto, porque al eliminarse cualquier limitación a las posibilidades de reelección esto puede conducir ante ese incremento de poderes al Presidente puede conducir a mayores dosis de personalismo político y a la perpetuación del Presidente en su cargo; es decir a un continuismo político.
-¿Constitución a la medida de Hugo Chávez?
-Cuando Chávez presenta la propuesta dice que son reformas para profundizar la revolución. Se puede decir que es una Constitución hecha a la medida de la revolución. Esa revolución ha funcionado de tal manera que el líder máximo tiende a hacerse imprescindible y la revolución tiende a personalizarse.
El Universal
"Puede que el pueblo le haya dicho sí al socialismo, pero como plataforma partidista, pero respetando las reglas del juego..."
Actividades académicas lo mantuvieron fuera del país durante el último año, pero su estadía en Alemania no fue impedimento para que siguiera de cerca los alcances del proyecto de reforma constitucional presentado por el presidente Hugo Chávez. De vuelta hace dos semanas a Venezuela, el decano de la Facultad de Derecho, profesor Jesús María Casal, no tiene reparo a la hora de sentenciar que ni siquiera una Constituyente podría dar cabida al socialismo en la Carta Magna, porque "un poder constituyente democrático por definición mal puede, a través de una nueva Constitución, sacralizar una determinada ideología cuando más bien en una democracia deben competir en condiciones de igualdad distintas ideologías".
-¿La reforma no es más que llevar a la Constitución lo que en la práctica ha ejecutado el presidente Chávez?
-En parte esto es así. Si nos referimos al tema de las misiones y al manejo del financiamiento público de éstas sabemos que ya se dio una situación de tensión con el Banco Central para permitir que parte de las reservas internacionales pudieran destinarse a ciertos fines sociales, éste es un tema que ahora se incluye en la reforma, entonces aquí se puede decir que hay una constitucionalización respecto de prácticas previas, pero en otros aspectos la reforma va más allá cuando crea nuevas figuras de organización territorial o cuando intenta constitucionalizar el socialismo, es un paso cualitativo que sobrepasa lo que hasta ahora permitía nuestro marco jurídico.
-¿Ese más allá qué implicaría?
-En el caso de la geometría del poder hay cambios que a largo plazo irían dirigidos a desmontar el Estado federal, tal como está garantizado por la Constitución. En Venezuela y en otros países se ha discutido sobre la importancia del federalismo y la descentralización como antídoto frente a regímenes autoritarios. Esos antídotos ahora quedarían debilitados.
En la propuesta está claro que se van a producir muchos solapamientos entre las figuras del municipio y las de las ciudades comunales, municipios federales. La propuesta también va a crear una tensión y unas presiones y solapamientos institucionales muy grandes a través de figuras como las provincias federales cuyas autoridades van a ser designadas por el Presidente. Todo ello va en la dirección de un desmontaje del estado federal, porque estas instituciones no están provistas de una autonomía política sino que están vinculadas al poder nacional. De esta forma queda comprometida la descentralización. Este es un cambio de gran alcance, que uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero evidentemente es un cambio tan profundo que no puede canalizarse a través de una reforma, en todo caso requeriría un debate plural y amplio en una Constituyente.
-¿Busca el Presidente copar esas instancias de poder?
-El problema fundamental desde el punto de vista constitucional es que no queda garantizada la autonomía política que es un presupuesto del federalismo, el federalismo presupone esa pluralidad de entidades políticas territoriales que ahora estarán cercadas tal y como está redactada esa propuesta y pueden ver menoscabado el ejercicio de sus competencias.
-¿Qué busca Chávez?
-Con unos poderes amplios en la persona del Presidente tal vez se piense que esto pueda dar más eficiencia al desarrollo de ciertos programas sociales. Sin embargo, se hace en detrimento de un principio básico que es la descentralización política que en la Constitución vigente está ligada a la idea de la democracia.
-¿Considera que los alcance de la reforma serían materia de una Constituyente?
-En este caso, por supuesto que se afectan principios fundamentales, porque el artículo 4 establece que Venezuela es un estado federal descentralizado y el artículo 6 dentro de los distintos principios que caracterizan Al Gobierno a todos sus niveles incluye la descentralización, por lo tanto ese es un tema que afecta un principio fundamental y que tendría que ser debatido en una Constituyente.
Ojalá sufra modificaciones, pero cuando se establece en el artículo 70 que la participación ciudadana tiene que ir orientada a la construcción del socialismo esto es algo que ni siquiera cabría dentro de los límites del poder constituyente originario. Cuando hablamos de poder constituyente estamos partiendo de la premisa que tiene que ser democrático por definición, mal puede a través de una reforma sacralizarse o constitucionalizarse una determinada ideología cuando más bien en una democracia deben competir en condiciones de igualdad distintas ideologías. El socialismo puede ser una de ellas, pero las diversas corrientes deben competir en condiciones de igualdad sin que ninguna de ella sea la ideología oficial o constitucional. Esto es algo que, sin duda, la AN debería revisarlo para preservar una constitución con la cual distintos sectores puedan asumirla como el marco de su acción política.
-¿La reforma excluye a las minorías?
-Si se mantiene esa forma en la cual la participación y el ejercicio de libertades pueda estar condicionada a la construcción del socialismo entonces tendría un carácter excluyente, respecto de todos aquellos que puedan no compartir esa ideología. Incluso de mantenerse esa posición caeríamos en el error de poner el énfasis más en lo que nos separa que en lo que nos une, y una Constitución debe poner el énfasis en lo que nos une.
-¿Sería una Constitución para quienes apoyan el socialismo?
-El problema es el talante excluyente que tendría una Constitución que condicione el ejercicio de derechos como el de participación política a la construcción de un determinado modelo ideológico.
-¿Es excluyente?
-El problema es que si esa referencia al socialismo que es muy reiterada y si es asumida con todo rigor como opción ideológica puede conducir a que quienes quieran organizar consejos del poder popular que no estén en consonancia con el socialismo estén excluidos o, incluso, afectar la libertad de conciencia de las personas y esta constitucionalización del socialismo puede llevar a crear un clima en el que algunas personas que no compartan el socialismo serían inhibidas del ejercicio de esa libertad. Así sea de manera indirecta pueden quedar prohibidas otras ideologías.
-¿En la práctica cree que un consejo comunal conformado por socialcristianos pueda ser reconocido por el poder nacional?
-Si lo que se quiere es constituir un consenso constitucional e incluir al mayor número de sectores lo normal sería procurar una fórmula como la que se usó en el referendo de 1999, donde la primera pregunta era si estaba de acuerdo con convocar una constituyente para construir una democracia social. He allí un concepto en el que cabrían ideologías muy diversas, una democracia que hace mucho énfasis en lo social, que reconoce esa situación de injusticia histórica acumulada y que debe ser asumida con medidas de emergencia y cambios profundos. Un concepto como ese que ya fue aprobado por el pueblo y señaló el marco sobre el cual se aprobó la actual Carta Magna: La democracia quizá superaría los obstáculos que parecen insuperables respecto al concepto del socialismo, pues el socialismo ya implica identificarlo con una determinada ideología de partido y eso hace que la Constitución pueda convertirse en un programa de partido político, deberíamos evitar llegar a ese punto, evitar una situación en que la Constitución pueda convertirse en el programa de un determinado partido político y no en las bases para la convivencia.
-¿De mantenerse el socialismo se convertiría en un programa del PSUV?
-En gran parte sí, si se mantiene con la formulación actual, incluso condicionando la participación ciudadana a la construcción del socialismo se generaría ese efecto de exclusión y la Constitución perdería parte de la fuerza que hoy puede tener como mecanismo de integración y puede generar perturbaciones y daños incluso al propio proceso revolucionario.
-El presidente Chávez afirma que su oferta electoral fue el socialismo y la mayoría lo apoyó y por eso lo incluye en la reforma.
-En un Estado de Derecho, en una democracia constitucional todo gobernante está por debajo de la ley, de la Constitución. No podemos caer en una forma de personalismo político tan exacerbado que una persona quiera colocarse por encima de la Constitución.
-¿El pueblo no le dijo sí al socialismo?
-No. No creo que el pueblo le haya dicho sí a un socialismo excluyente. Puede que le haya dicho sí, pero como plataforma partidista que cabe dentro de una Constitución respetando unas reglas de juego y unos valores compartidos por todos. Una cosa es que pueda existir un partido socialista unido y eso es la democracia, donde todas las corrientes se puedan ofrecer al electorado, pero que compitan en condición de igualdad y lo propio de la democracia es que cuando una de esas ideologías llega al poder no pretenda constitucionalizarse, porque sabe que hay una reglas de alternancia y una igualdad de condiciones para la contienda y no ir en posición de ventaja. Sale de los márgenes de la democracia que alguien pretenda llegar al poder para constitucionalizar su propia ideología de partido.
-De aprobarse el actual proyecto a que escenario nos enfrentaríamos?
-A unos escenarios de mayor personalismo político, a un desmontaje del federalismo, a un abandono de la descentralización política, mayor centralismo, mayores poderes para el Presidente, mayor participación de las Fuerzas Armadas en temas de Seguridad Ciudadana. Y, además el serio riesgo de la exclusión política que pudiera estar asociada a la inclusión del tema socialista.
-¿Ante ese escenario hay el riesgo que Chávez se perpetúe en el poder?
-Por supuesto, porque al eliminarse cualquier limitación a las posibilidades de reelección esto puede conducir ante ese incremento de poderes al Presidente puede conducir a mayores dosis de personalismo político y a la perpetuación del Presidente en su cargo; es decir a un continuismo político.
-¿Constitución a la medida de Hugo Chávez?
-Cuando Chávez presenta la propuesta dice que son reformas para profundizar la revolución. Se puede decir que es una Constitución hecha a la medida de la revolución. Esa revolución ha funcionado de tal manera que el líder máximo tiende a hacerse imprescindible y la revolución tiende a personalizarse.
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