23 abril 2007

Chusma "a la socialista"

Por Emilio Urbina Mendoza

Fue nuevamente 13 de abril. No de 2002 sino de 2007, eso sí, con más envejecimiento que nunca debido a un lustro inolvidable e insolente. Quinto aniversario de lo que ahora el procerato chavista llama “gesta por la dignidad del pueblo” y otras frases acuñadas para la ocasión. Momento donde muchos lloran lo que nunca ocurrió y otros amasan sus manos para continuar el ritmo de la rapiña y la ostentación nuevorriquista, por cierto, jamás denunciada por el Señor Obispo del Táchira y los cientos de sacerdotes y ministros del “culto” que dicen ser los voceros de los oprimidos.

Algarabía y fiesta pagana -y pagada- en memoria del resurgir entre aquellas horas de tinieblas para la revolución bolivariana -ex abundantia cordis os loquitur-. Remordimientos y, por qué no decirlo, nostalgia, ante la evocación del retorno caudillezco de ese Jefe de Estado que aniquiló la mismísima historia republicana, valga decir, mermó el imaginario de pueblo para cambiarlo por el de chusma. Total, como suspiraría Horacio ¡In vitium ducit culpae fuga!

Pero más allá de los sentimientos encontrados, nos ha sorprendido la falta de calidez por el recuerdo de esta fecha tan nefasta. Por ejemplo, en Caracas, todos los servicios de transporte oficiales fueron gratis. Uno entraba al metro, como de costumbre, y se topaba con cientos de venezolanos que mostraban sus camisitas rojas rojitas de cada dependencia oficial, sin que sus rostros dieran cuenta de la felicidad convocada por el Señor Presidente o la frenética campaña mediática de Venezolana de Televisión. En el resto de la ciudad el mismo cuadro se repetía una y otra vez.

Fachadas relucientes y rollizas, pero, espíritus anémicos que a pesar de estar recibiendo su “cheque de la dignidad” reflejaban la faz de quien se sabe deudor eterno ante un nuevo amo que le ha esclavizado para supuestamente liberarlo del imperio y cuantos adjetivos encuentre.

Como en alguna oportunidad lo he explicitado, al chavismo le sobra irritación y fuerza, incluso, tesón para ciertas tareas, pero, carece de alegría sincera y fortaleza para continuar en la lucha que otrora fue por la revolución y ahora por el sintagmático y enigmático “socialismo del siglo XXI”. Cual chusma de la Roma Imperial, ese nuevo socialismo aniquila la individualidad para someter a esa gran masa de venezolanos en la más prefabricada mentira oída por la República.

Sin embargo, a pesar de la cantidad de zombis portando las franelas rojitas, nos preocuparon dos hechos, en esta fecha, que debemos lamentar todos los venezolanos, sea cual sea nuestra tolda, ideología, e inclusive, confesionalidad. En pleno acto de la Avenida Urdaneta, ante ese verbo de exterminador combinado con el de predicador evangélico, el Señor Presidente exhortó a toda la FAN a resguardar al socialismo y no a la Constitución y a la patria por la cual juraron. En un acto criminal, el caudillo lanzó consignas como Supremo Comandante para alejarse de la “institucionalidad”, al considerarla hipocresía. Y ante ese cuadro, vimos cómo la otrora dignidad del cadete trasmutó en burda adulancia de chusma socialista. Apreciados lectores, nuestra FAN no pertenece a ningún sector. Ellas son garantes de ellas mismas, y desde la independencia, han tenido sus objetivos y razón de ser claros: defender a Venezuela de las agresiones y de los opresores por mucho que éstos últimos se aclamen defensores de lo indefendible.

Qui habet aures audiendi audiat.

La destrucción del país es el objetivo

Por Valentín Arenas Amigó

“Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en si el decoro de muchos hombres. Esos son lo que se revelan con fuerza terrible contra los que le roban a los pueblos su libertad, que es robarles su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un Pueblo entero, va la dignidad humana”. José Martí.

“La destrucción del capitalismo como estructura, fue la meta del comunismo marxista después de 1.918. El odio social y el enfrentamiento de clases fue el instrumento de lucha que se utilizó. Destruir el puntofijismo, o sea, la vieja sociedad feudal venezolana, es hoy la meta del Chavismo a través de una revolución que se niega a revelar su contenido doctrinario para “no asustar” al venezolano y es impulsada también a través del resentimiento y el odio social. Se habla de “el Proyecto” pero no se le ha dicho todavía al pueblo en qué consiste. ¿Por qué ese misterio?”

“La destrucción de este país, para que pueda nacer “el otro”, el paraíso proletario, pasa por lo siguiente:”

1º)“Desacreditar a la Iglesia y dividirla pues es una Institución muy sólida con fuerte raíces populares. Se está intentando hacerlo. No tendrán éxito. No lo tuvo Fidel en 42 años”.

2º)“Destruir la Economía Privada para que la actividad económica quede prioritariamente en manos del Estado a lo que ayuda esa potencia que es la Industria Petrolera.. Un empresariado fuerte es una resistencia al Poder Total. Se prefieren a las Multinacionales porque ni les duele el país ni se pueden tampoco inmiscuir en la política interna venezolana. Un aliado perfecto y, además, un saludo amistoso al capitalismo salvaje”.

3º)“Destruir los Sindicatos porque un sector laboral organizado es otra fuerte resistencia al Poder Total. Sindicatos Oficiales, sí; Sindicatos Libres, no”.

4º)”Destruir los medios de comunicación social amenazándoles su libertad. Primero con el Artículo 58 de la Constitución y ahora con la Ley de Telecomunicaciones. Se trata de someterlos pues son un peligro para cualquier autocracia”.

5º)“Destruir a las Instituciones Públicas independientes, o sea, los poderes del Estado lo que sucede cuando una sola persona los controla a todos. Se pierde la institucionalidad democrática, que implica el control legal del poder, y se sustituye por la institucionalidad autocrática donde la voluntad del autócrata no se somete a la ley sino esta a aquella. El centralismo de la nueva Constitución, la designación a dedo de los Poderes Públicos, las decisiones complacientes del T.S.J., las leyes que pasan por debajo de la mesa en un Congresillo que a nadie representa sino al propio Presidente, son apenas algunas muestras de la destrucción institucional del país que se está ejecutando”.

“Frente a esta estrategia que busca destruir este país para sobre sus ruinas edificar uno mejor -eso lo prometió también Castro y vean donde está Cuba-, la Sociedad Civil venezolana tiene que reaccionar con la valentía y la contundencia que las circunstancias están exigiendo, en forma concertada a través de un FRENTE CIVIL para ejercer acciones pacíficas pero masivas que sean testimonio de su voluntad democrática”.

“Nada se pierde y es mucho lo que se puede ganar montando, a tiempo, este aparato ciudadano”.

Atraco y vil despojo a accionistas minoritarios de EDC

Por Alberto Baumeister T.

Quiero ser enfático en calificar como bochornoso, insolente e intolerable el procedimiento impuesto por parte del Estado venezolano con el anunciado propósito de adquirir el control de una empresa de servicios básicos, pero cuyo objetivo es el desdichado propósito de atropellar al grupo minoritario de accionistas que con la buena intención de hacer multiplicar sus ahorros, pensiones y escasos recursos tuvo la osadía, pues no de otra manera pueden llamarse estos buenos gestos en nuestro país, de creer en una empresa que cuando menos era menos irregular e irreverente que otras del entorno económico en el manejo de recursos captados del público.

Me refiero por supuesto al asalto que ahora pretender realizarse contra los dueños de la parte menor que integra el capital de la Electricidad de Caracas.
Las operaciones iniciadas para la toma de control ponen en evidencia que lo planificado es un verdadero "atraco" contra unos cuantos miles de modestos pequeños inversionistas que creyendo en esa fuente de riqueza y acompasando el destino de una empresa para servicios públicos, se mantuvieron como accionistas minoritarios en el capital de la mencionada empresa.

Insólitamente y bajo los argumentos más pueriles, como pueden resultar ser las invocadas pretensiones de defender la obligación asumida por el Estado de garantizar los servicios básicos de la población, en particular los de generación y distribución de fuerza eléctrica y alumbrado y luego de haber demostrado tradicional y adicionalmente la más olímpica indiferencia en el manejo de industrias similares, se pretende ahora justificar su buena gestión, en momentos en que precisamente no han demostrado ni eficiencia ni cumplimiento de sus metas.

El fariseísmo de la gente de gobierno es de tal envergadura que se ha pretendido sostener que a los accionistas mencionados se les está reconociendo un generoso precio, olvidando que lo ofrecido no es sino efímera parte de lo que a valor de mercado constituye el importe de valiosos activos e instalaciones.

La comparación que se formula con el precio vil y que por captura de oportunidad logró la accionista mayoritaria al adquirir y ahora revender la mayoría, beneficiada no sólo por esa presión ante el hambriento y despilfarrador anterior titular de acciones, reforzó el entonces buen negocio con los adicionales beneficios del manejo absoluto de la administración de ese patrimonio, del cual se sustrajeron valiosos activos e inversiones, que engrosaron los caudales del mayoritario.

Así, pues, que recibir ahora por ese socio mayoritario un precio que ni se compara favorablemente con el de su adquisición, sigue siendo magnífico negocio, y nada tiene arriesgado por sobre dichos montos, pues ya también habían hecho su "agosto" con los precios de activos e inversiones que eran del patrimonio de la entidad y fueron enajenados a su real antojo y voluntad.

Ante ese hecho, y no obstante que el Estado lo conocía, como ahora no queda lugar a dudas para el más lego de que así era, ese ahora pretendido justiciero Estado jamás resolvió arrebatarle ni privarle esa inversión mal habida y mal pagada, a la susodicha inversionista extranjera.
Esa oferta de quinientos y tantos bolívares que se pretende sea la que establece el más justo y adecuado valor de cada acción de los minoritarios, no es siquiera un monto equitativo ni representativo de lo que fueron las inversiones iniciales mantenidas durante años, a costa de sacrificios y soportar también abusos por parte de las administraciones anteriores de dicha empresa.

Las solas inversiones en las instalaciones de tendidos y líneas y los equipos afectos a la actividad, sin tomar en cuenta mayores revalorizaciones a las que con toda justicia tendrían derecho esos accionistas, hacen aparecer lo vil del precio ofrecido, y como tal injusto, leonino e impuesto a fortiori y sin recurso alguno por la fuerza omnipotente de un Estado que ha demostrado ser arbitrario e inconsecuente con sus propias ideas e igualmente dilapidador de los recursos ciudadanos.

Llama aun más a reflexión y pinta más sospechoso todavía, cuál será el seguro resultado a futuro de esas ahora propuestas nuevas inversiones a los crédulos ciudadanos, pequeños ahorristas, cuando se les promete sean dueños de los beneficios, ahorros e incrementos de patrimonio, en otra empresa con finalidad similar a la eléctrica, esto es, venta de productos energéticos, cuando que por igual los resultados de su manejo en los últimos tiempos han dejado mucho que desear.

Más temerosa resulta la faena, si como se lo tiene previsto ya se anuncia a los nuevos inversionistas que a futuro su inversión financiera pueda ser convertida en participaciones del capital de esa misma empresa ya en vías de devastación.
Como soy de los que mi dinero y patrimonio me han costado mucho sudor y más lágrimas que a otros cientos de vivos nacionales o extranjeros, políticos, y otras especies de capitalistas o socialistas, sí les digo que no estoy dispuesto a entregar voluntariamente lo que me ha costado sacrificios y esfuerzos.

Si como se lo ve y divulga, con bombos y platillos es amenazar a los que humildemente hemos mantenido nuestras pequeñas inversiones y ahorros como creyentes en empresas privadas nacionales, o en otros términos se nos extorsiona para que entreguemos lo que en propiedad es nuestro, me lo tendrán que arrebatar por las malas, pues no lo entregaré voluntariamente ni aun bajo violencia y amenazas del omnímodo poder sin límites de un Estado arbitrario y mentiroso, que se dice socialista para lo que le conviene, pero resulta más vil e imperdonable capitalista fariseo que cualquier entidad empresarial neocapitalista nata.

A mí me expropiarán y me violarán mis derechos, como ya lo han venido haciendo pausada, callada o taimadamente con otros rubros y bienes, materiales y aun espirituales, pero yo no entrego ni regalo lo que es mío, y mucho menos a quienes no sólo no lo merecen, sino que han demostrado hasta la saciedad no saber cómo manejar lo público, ni preservar el patrimonio de la nación.

Finalmente yo insto a mis compatriotas y a mis pobres compañeros de destino, co-pequeños accionistas de la Electricidad, al igual que a los desafortunados otros miles de creyentes en C.A.N.T.V., a que no entreguen ni regalen lo que tanto les costó tener.

Si el arbitrario Estado y sus atípicas autoridades de turno nos atropellan, ya vendrán tiempos mejores, pues no hay mal que dure cien años ni cuerpos que lo resistan, en que se nos tendrán que reconocer los bienes y valores de los que hemos sido injustamente despojados y tendrán que resarcírsenos de dichos daños, tal como ha ocurrido en otras latitudes y por hechos similares, cometidos también por gobiernos de turno autócratas, antidemocráticos, usurpadores y bandidos.

Si por lo dicho, que en buen derecho significa defenderme del atropello que se pretende cometer en contra de mis bienes y persona, debo perder mi libertad y aun la vida, así será, pero no doblegarán mi espíritu, ni los de quienes, como yo, hemos sido fuente de trabajo y riqueza para nuestro país, y ahora se nos quiere despojar vilmente de lo que en buena lid hemos creado, incrementado y fomentado.

Los filósofos vinieron en abril

Por Liliana Fasciani M.

El Universal

No quería ver de nuevo esas imágenes. No quería escuchar a nadie –ni a los unos, ni a los otros– ventilando, una vez más, sus pareceres, sus negaciones y sus afirmaciones acerca de lo que sucedió hace un lustro. No quería que se me revolvieran los sentimientos para terminar hundida en el sofá de la impotencia. Así que mientras casi todo el país rememoraba lo imborrable, apagué el televisor y me atrincheré en el puff del estudio, dispuesta a corregir los exámenes de Filosofía del Derecho de mis alumnos para evadir el dolor.

En la primera pregunta apareció Thomas Hobbes defendiendo el poder absoluto del monarca. Las palabras, apiñadas entre las líneas del folio, se movían ante mis ojos convertidas en una multitud de manifestantes con banderas, pitos, pancartas y cacerolas. Era evidente que quienes marchaban no estaban de acuerdo con Hobbes, que no se cansaba de pregonar la irrevocabilidad del poder del soberano y la obligación de los súbditos a obedecer sin protestar.

La segunda pregunta lanzó en picado a John Locke desde la cúpula del capitolio y el flaco cayó sobre la marcha, desparramando por todos lados sus ideas de libertad y de límites al poder. Vi entonces a los diputados de la oposición recogiendo estos volantes con la firme intención de hacer prevalecer su contenido, en tanto la bancada oficialista los pisaba y estrujaba.

La tercera pregunta sorprendió a Jean-Jacques Rousseau encaramado en una antena parabólica, desde donde pudo comprobar cuán difícil resulta para algunos pueblos suscribir un contrato social en el cual todos los ciudadanos, guiados por la voluntad general, se comprometan recíprocamente a preservar la libertad y la igualdad. Ese día, el preámbulo de la Constitución de 1999 se le atoró en la garganta al sentenciar: “Siempre habrá una gran diferencia entre someter a una gran multitud y regir una sociedad”.

Cerca del puente de la cuarta pregunta, Maquiavelo, acostumbrado a los conflictos y experto en las perversiones del poder, esbozó una mueca de hastío cuando vio que la marcha, irreductible en su determinación de llegar al Palacio de Miraflores, fue presa de una emboscada pavorosa y violentamente dispersada por las balas que cegaron las vidas de diecinueve ciudadanos. Ni siquiera se inmutó, porque siendo el asesor del príncipe, ya se lo esperaba.

La última pregunta llegó mucho después de que el depuesto mandatario reapareciera, crucifijo en mano, pidiendo perdón por sus pecados y perdonando las ofensas ajenas. Montesquieu, sentado desde entonces en uno de los bancos de la Plaza Bolívar, ha visto cómo su teoría de la separación de los poderes públicos ha sido estrangulada por la ambición de un hombre que pretende perpetuarse en el poder. Será por eso que esta tarde, fijando su mirada en la del Libertador, le oí decir: “En toda magistratura hay que compensar la magnitud del poder con la brevedad de su duración”.

Ya ven, fracasé en mi intento de ahorrarme la pena del recuerdo. No me hizo falta ver por televisión el recuento de aquel trágico suceso, ni escuchar las versiones de los unos y los otros. Las respuestas de mis alumnos, además de demostrarme que los filósofos estuvieron en la marcha de abril, me devolvieron al pasado y se me volvieron a revolver los sentimientos.

Maremoto en la revolución

Por Valentín Arenas

Tras la bruma espesa de una vida formal entre instituciones públicas simuladas, secuestradas por el Ejecutivo, aderezada con una propaganda patológica cargada de amenazas, de ofensas y promesas no cumplidas, subyace la sociedad venezolana real que es la que reta y amenaza la permanencia de este régimen.

Mientras el gobierno presiona para imponer un estado totalitario progresivo el venezolano, oficialista o disidente, toma conciencia cada día más del peligro que amenaza su vida y el ejercicio de sus derechos y libertades. Esta toma de conciencia abre un verdadero abismo entre una autocracia que evidencia su deslegitimación, de origen y ejercicio, y un pueblo que siente la necesidad imperiosa de ejercer con transparencia la soberanía de la cual es titular único para sustituir al autócrata.

El vacío entre gobierno y pueblo genera una distancia insalvable que amenaza la permanencia del primero pues con metas ideológicas de otras épocas y políticas fracasadas no es posible satisfacer las crecientes necesidades materiales y las ansias de libertades de los ciudadanos. Esta insatisfacción creciente por una vida mejor y el ejercicio de esas libertades están acelerando un rompimiento inevitable originado tanto en la vocación natural a ser libre que tiene el hombre como en la incapacidad del Gobierno para darle una solución real a los graves problemas nacionales entre los cuales están la acentuada falta de alimentos, la inseguridad para la vida, la inflación desatada, la carencia de hospitales y de viviendas, etc. etc.

Estos problemas están llevando la situación a un punto de “imposible retorno” y de fractura socio-política no superable. Reversar esta situación supondría una toma de conciencia profunda en el régimen y la firme decisión de rectificar el destino al que se quiere llevar, porque sí, a todos los venezolanos para someterlos a un proyecto de país que ellos rechazan profundamente porque es contrario a su cultura democrática y porque el fracaso histórico del modelo propuesto como meta es mas que obvio. Esta rectificación parece improbable o acaso imposible.

Una explosión se cocina lentamente. Nadie sabe ni cómo ni cuándo, pero de que viene ya nadie lo duda, oficialistas incluidos. Al Presidente venezolano se le siente cada día más lejano, su discurso, que antes tanto entusiasmaba, ahora cansa y aburre, en sus promesas ya nadie cree, la minoría chavista de corazón disminuye y los pancistas le temen a una estabilidad tan precaria como la que están olfateando. Es como si un capitán de buque, drogado por el mando, estuviera seguro de ir hacía el puerto de destino, pero cada día son más los pasajeros que perciben estar siguiendo una ruta en la cual tripulantes, pasajeros y buque van a desaparecer en un abismo sin retorno.
Cuándo será ese momento, no puede predecirse, pero de que va en esa ruta ya pocos lo dudan.

Avacalhar para dominar

Por Rivadávia Rosa

A organização (societas sceleris, tipo mafioso) que governa o país é isso aí. É o que se pode chamar de bipolaridade política ou duplo discurso. Um, quando na oposição; outro, exatamente contrário quando no poder; auto proclamada ética, democrática, transparente e PROGRESSISTA é na realidade aética, neoregressista totalitária e criminosa como revela o maior saque aos cofres públicos da República.

Justamente por isso, o modelo de governança é reconfigurado em ‘bolchevismo mafioso’ –derivado do marxismo-leninismo em que ‘os fins justificam os meios’– para promover a degradação das instituições e a corrupção como caminho mais rápido para fazer a 'revolução'. Na expressão de um dos 'profetas' do comunismo:
“As revoluções se produzem nos becos sem saída.” BERTOLT BRECHT

AVACALHAR PARA DOMINAR

Por Maria Lucia Victor Barbosa*

Certos conceitos devem ser revistos, pois não se adaptam mais aos fatos hodiernos. Por exemplo, a guerra era feita corpo a corpo desde as lutas tribais, passando pela Antigüidade, alcançando a Idade Média e chegando ao início da época moderna, sendo que o conflito costumava a se dar em campos de batalha. Agora a guerra é normalmente levada a cabo em meio às populações civis. Da catapulta chegou-se ao manejo de botões que acionam bombas capazes de devastar grandes áreas e matar numerosas pessoas. E o que dizer dos armamentos atômicos, suficientes para conduzir o mundo ao Armagedon? Devem, pois, ser buscados novos conceitos de guerra e de geopolítica. De todo modo, nenhum exército, desde tempos imemoriais, pode sobreviver sem disciplina e hierarquia, sendo que na hierarquia está implícito o comando e na disciplina a obediência.

Outro aspecto é o que se refere aos paradoxos da democracia. Recorde-se que esse sistema de governo implica na ascensão ao poder através da via eleitoral, porém, por uma dessas perversões tão comuns às invenções humanas, vemos que a própria democracia permite, sem que seja dado um só tiro, que governos autoritários se instalem no poder através do voto popular. Uma vez lá, governam de forma ditatorial simulando agir democraticamente. As armas desses governantes não são canhões nem metralhadoras, mas o populismo, a propaganda, a desmoralização das instituições e dos partidos políticos, a compra fácil de tudo e de todos, o que quer dizer, das consciências. Portanto, as ditaduras modernas se tornam mais persuasivas porque funcionam como simulacros canhestros da democracia.

Na América Latina, de histórico autoritário, vicejam falsas democracias. O desusado modelo cubano de revolução castrista foi substituído pelo esdrúxulo socialismo do século 21 do venezuelano Hugo Chávez. Depois de tentar chegar ao poder através de golpes de Estado, o coronel pára-quedista se elegeu investindo no paternalismo para os pobres, na ambição dos políticos, na ganância de parte da elite econômica. Ele degradou o Legislativo e fez uma Constituição à sua imagem e semelhança. Dominou o Judiciário e fabricou sua própria justiça. Logrou colocar o Exército à sua disposição. Censurou os meios de comunicação e inventou sua mídia particular. Chávez fez seguidores, especialmente na Bolívia e no Peru. Está armado até os dentes e dispõe de grupos paramilitares na América Latina, como as Farc colombianas e o MST brasileiro. Provavelmente quer governar enquanto viver como um Fidel Castro montado no petróleo. Encantado com tal exemplo, o presidente Luiz Inácio disse que “Chávez esbanja democracia”.

No Brasil o PT, partido que durante muitos anos se dizia revolucionário e de esquerda, na quarta eleição alcançou o poder máximo da República através de seu eterno candidato, Luiz Inácio, sem dar um só tiro. E ainda bisou. Luiz Inácio e seu governo compraram grande parte dos congressistas e agora quase completaram o serviço, achincalhando desse modo um dos pilares da democracia. Dominaram o Judiciário através de sua instância mais alta, o STF. Vêm usando e abusando da propaganda e das paternais esmolas oficiais para os mais pobres. Aos ricos deram mais lucros. A nascente TV estatal dirigida pelo ex-guerrilheiro e agora ministro, Franklin Martins, objetiva o amordaçamento e a submissão da mídia, projeto já tentado e fracassado. Quanto as FFAA, o recente motim dos sargentos controladores de vôo mostrou que também estão cooptadas. O sinal mais claro apareceu quando o Comandante da FAB, Juniti Saito, não pediu demissão ao ser humilhado pelo comandante-em-chefe Lula, quando este mandou suspender a ordem de prisão de 18 insurgentes. Note-se que a negociação com os sargentos controladores foi feita pelo ex-sindicalista e atual ministro do Planejamento, Paulo Bernardo. A FAB abaixou a cabeça e não reclamou.

Quebrados o comando, a hierarquia, a disciplina, o que terá sobrado do Exército Brasileiro? A sensação é de que também essa instituição foi completamente desmoralizada e venceu a estratégia do PT: avacalhar para dominar. O senhor Luiz Inácio pode ficar lá o tempo que quiser. Nada nem ninguém vão impedi-lo. Sua incompetência será sempre louvada. Sua negligência aplaudida. E mesmo que morram mais pessoas em acidentes aéreos ou de infarto nos aeroportos, passageiros em trânsito agredirão as companhias aéreas, porão a culpa dos atrasos dos vôos no cachorro que passeia na pista, mas poucos compreenderão que a responsabilidade última pelas tragédias e transtornos relativos ao espaço aéreo é do presidente da República. E pouquíssimos cobrarão dele essa responsabilidade. Com já disse alguém: “esse país não é sério”.

*Socióloga


El rinoceronte y la ley seca

Por Marcos Carrillo Perera

Cuando el capitán altanero ordenó a los dos alfeñiques bajo su mando empujar el rinoceronte hasta lograr introducirlo en el camión, los soldaditos se vieron las caras y supieron que saldrían lesionados por semejante insensatez. Se percataron de que la tarea era más compleja de lo que el superior pensaba y que debían tomarse otras medidas más efectivas; sin embargo, el militar respondón insistió en su capricho, que nunca fue alcanzado.

Más tarde, aplicó la misma lógica a otra ocurrencia que le vino a la mente. Se trataba de acabar con los accidentes de tránsito mediante la prohibición de la venta de alcohol en circunstancias que no tenía claras del todo. Pensó: “Aprieto este botón y, ¡zas!, se acaba el problema.” Lo intentó. El resultado: las muertes en accidentes de tránsito aumentaron en un 29%, comparado con el año pasado.

Las medidas obedecen a la incomprensión del funcionamiento de la sociedad y, por supuesto, del comportamiento de los rinocerontes. La sociedad es como una gran telaraña en donde múltiples factores influyen en un acontecimiento dado. No hay relaciones de causa-efecto. Sin embargo, el gobierno insiste en pensar que pulsando una tecla se prende automáticamente la luz social que desean.

El asunto del tránsito, como cualquier otra práctica social, es mucho más complejo, y comienza desde el momento del inservible examen de manejo (al que el examinado se presenta conduciendo su propio carro), pasando por la pésima señalización, el consumo de alcohol mientras se maneja bajo la mirada indulgente de las autoridades, el mal estado de las vías y los vehículos, la vigilancia deficiente y, en muchos casos, corrupta, hasta llegar a los infructuosos conitos anaranjados, esos que obstaculizan el medio de la vía sin razón aparente.

Tal incomprensión termina torciendo la realidad: el problema del tránsito, en la lógica de quienes ordenan, es culpa de los que venden bebidas alcohólicas, no de un gobierno ineficiente debido a su ignorancia sobre el funcionamiento de la sociedad.

Ese mismo método sirve para exculpar al gobierno por la inseguridad, la corrupción, la escasez o cualquier otra de esas nimiedades. Es esta la visión que da origen a las cacerías de brujas y a la irresponsabilidad del gobernante. Todos somos castigados por no descifrar adecuadamente un capricho de quien ordena, mas no gobierna. Así, el ciudadano será siempre el único culpable de las desdichas causadas por un mal gobierno, tanto como los soldaditos fueron sancionados por no empujar convenientemente al rinoceronte.

12 abril 2007

Un plan para la educación venezolana

Por José Alberto Medina M.

Sí se analizan con cuidado la mayoría (por no decir todos) de los problemas del país, tendremos que forzosamente caer en el aspecto educativo. Las falencias venezolanas, sean éstas de orden ético ó tecnológico, arriban indefectiblemente a ese punto.

Revísese cualquier distorsión y se topará con que la misma deviene directamente de una abismal falla de nuestro aparato educativo, derivadas de esas inconsistencias son las trabas y taras que nos mantienen atados a un ciego destino de desdicha, penuria y escaso bienestar material y espiritual. No resulta ocioso, en consecuencia, buscarle satisfacción a nuestras ingentes necesidades en una verdadera, profunda y masiva transformación educativa, que pase, indudablemente, por el diseño de un plan de mediano y largo plazo por parte del ejecutivo, en el que se procure:

- Formar un nuevo tipo de educador (sobre todo para el nivel preescolar, primaria y Bachillerato) cónsono con la orientación del plan general.

- Incorporar, desde los primeros grados (en escuelas bien dotadas,) valores, principios, sólida comprensión lectora y, conocimientos claros de las operaciones elementales. Discriminado en las áreas rurales la enseñanza de técnicas de producción agropecuarias. Ya desde estos niveles deberá perseguirse el proporcionar al educando una actitud emprendedora y productiva. Es importante que mediante un decreto-ley se logre consagrar la obligación del Estado en destinar en el presupuesto anual, un porcentaje fijo (de al menos un 7%) del PIB de la República, para los niveles de preescolar y primaria .

- Un bachillerato basado en la enseñanza de la ética y en la ensayística (redacción de textos con base a la reflexión) además de la comprensión profunda (ENSEÑAR A PENSAR, eliminando lo memorístico) de los principios básicos de las ciencias exactas, todo ello rediseñando los actuales programas e igualmente contando con un nuevo perfil de educador, formado para ello. De ser necesario alargar en un año el bachillerato, para conferir mayor solidez al graduando debe considerarse. En los dos últimos años (ciclo diversificado) debe exigirse al alumno, un proyecto que resuelva un problema de su comunidad, como paso para obtener el título de Bachiller, con lo que además de vincularlo con la realidad circundante, le dará herramientas para realizar investigaciones en el campo técnico y social.

- Crear posibilidades de estudio para la formación de obreros de alta calificación, de acuerdo a los planes de desarrollo del Estado, con buena dotación de instalaciones, docentes y equipos. En este punto deben concretarse acuerdos con el sector privado para potenciar las posibilidades de éxito y aplicabilidad a través de una buena diversificación de la oferta educativa.

- Vinculación estrecha de las Universidades (pregrado, postgrado, estudiantes) y centros de investigación con su entorno industrial y con la líneas maestras de investigación del país (el estado venezolano, deberá definir a través de expertos, las líneas principales de investigación que necesitaría el país a mediano y largo plazo para avanzar en su desarrollo, en este punto igualmente debe concertarse con el sector privado). Probablemente, a nivel de las universidades públicas, pueda aplicarse la idea del Dr. Mayz Vallenilla, en el sentido de tener “una sola autoridad universitaria”, con representantes en cada Centro, a los fines de incrementar esa coordinación y vinculaciones, en este particular es esencial lograr una real despolitización de la universidad, de forma que pueda concentrarse sin lastre en este vital enfoque. De lo que se trataría es de unificar esfuerzos en la dirección que defina el alto gobierno. A este nivel, deberá hacerse una exhaustiva revisión de los pensum de las diversas carreras (consultando a egresados) de manera de adaptarlos a las necesidades del entorno.

Una experiencia que podría analizarse es la que ha tenido un país como India a nivel de sus universidades, las cuales –técnicamente hablando– han pasado a ser de las primeras del mundo, al punto que han generado toda una serie de nuevas industrias de altísima calificación tecnológica. Aspecto importante a negociar en este nivel, es el ayudar financieramente a las universidades (a la universidad única de fundarse) públicas, mediante la implantación del pago de matrícula por aquellos estudiantes que están en condiciones económicas de hacerlo. Ello permitirá concentrar más recursos del Ejecutivo en el nivel preescolar, primario y de Educación Media.

- Utilización de los medios de comunicación para llegar masivamente a la población que no está en la educación formal, con mensajes formativos en lo ciudadano (campañas intensas dirigidas a la familia y a formar ciudadanos) y en lo tocante a lo productivo y a lo emprendedor. Este aspecto será fundamental para complementar las medidas adoptada en el campo formal de la educación.

Es esencial, como lo preconizaba Uslar Pietri, acabar con esa mentalidad “que ha sido extraordinariamente inusual y corruptora, la situación de un país pobre…que de pronto tiene un Estado rico y que esa riqueza no se debe al trabajo nacional”. Una verdadera cultura del trabajo, ajena a nuestra ancestral actitud. Igualmente deberá repensarse las funciones y esquemas de institutos como el INCE, para insertarlos más eficazmente en el marco del Plan general. Esta estrategia deberá guardar vinculación directa con las líneas maestras de investigación trazadas para el país, y en concordancia con el Plan General de Industrialización que a mediano y largo plazo se fije la Nación (de allí pueden diseñarse estrategias para hacer hincapié en la formación de diversas profesionales en disciplinas específicas y necesarias, cuantitativamente hablando), y buscará como objetivo cardinal incrementar drásticamente la competitividad nacional y, naturalmente, el desarrollo paulatino del país en los diversos campos que sean considerados prioritarios. De modo que el Plan educativo debe concatenarse completamente con el Plan de Desarrollo económico-social a mediano y largo plazo de la Nación.

Para que estos objetivos educativos y formadores no queden en el osario de las magníficas intenciones, se hace evidente que el equipo de gobierno deberá convocar un calificado grupo de expertos (pedagogos, sociólogos, planificadores, economistas, técnicos en medios y en publicidad) de manera de armar cuidadosamente un plan que sirva de apalancamiento en la consecución de los referidos objetivos; un plan que prevea los ajustes y modificaciones para enrumbar la acción, y, sobre todo, un plan que sea concertado con todas las fuerzas políticas (vital en el campo universitario) de manera de pavimentar su viabilidad.

Existe otro aspecto no menos importante: la continuidad del plan en el tiempo. Se hace necesario un acuerdo político que permita y garantice la aplicación de este plan de largo aliento, que busca formar nuevas generaciones de venezolanos, elevando su condición moral, técnica, ciudadana. Un plan que debe ser impulsado y difundido, desde el más alto nivel, nivel desde el que deberán hacerse seguimientos periódicos y continuos; un plan que podrá apoyarse en diversas herramientas metodológicas (dependiendo del nivel), tales como visitas guiadas, excursiones, videos, conferencistas, asesorías, concursos (competencias tales como las Olimpíadas de matemáticas y ciencias exactas llevadas al campo de la ensayística), premios nacionales a los mejores proyectos tecnológicos etc.

De poder contarse con las condiciones en las que un grupo de expertos conciban el plan, en sus diversas etapas de planificación, además de con un consenso y voluntad política, muy probablemente habremos dado un salto cualitativo gigantesco como país (un ejemplo de la factibilidad de concreción de los sueños y proyectos está en el desarrollo de orquestas sinfónicas a nivel nacional), dejaremos atrás toda esa suerte de seculares amarras que nos paralizan y mantienen dando vueltas sobre las mismas miserias.

En el chavismo no puede estar el futuro de América Latina

El Tiempo

En su texto 'El fin de la historia', publicado en The Washington Post, se pregunta si es viable para el hemisferio sur del continente la orientación que propone el Presidente venezolano.

Al principio de la carrera política de Hugo Chávez, el presidente de Venezuela atacó mi idea de que la democracia liberal junto con la economía de mercado representaba la última evolución de la sociedad moderna, "el fin de la historia". Cuando le preguntaron qué había más allá del fin de la historia, respondió con una palabra: "chavismo".

La idea de que la Venezuela contemporánea representa un modelo social superior a la democracia liberal es absurda. En sus 8 años como presidente, Chávez ha capitalizado la riqueza petrolera de su país para tomar el control del Congreso, los tribunales, los sindicatos, las comisiones electorales y la empresa nacional petrolera. Hay propuesta una legislación que limitaría el financiamiento extranjero y que pronto también pudiera estrangular a las organizaciones no gubernamentales. Y la gente que firmó a favor de un referendo revocatorio en el 2004 se quedó sin trabajo.

El éxito de Chávez en atraer la atención -haciéndose amigo de Fidel Castro, firmando acuerdos de compra de armas con Rusia, visitando a Irán y criticando incesantemente a E.U.- ha popularizado la idea de que el chavismo encarna un nuevo futuro para América Latina. Al preservar algunas libertades, incluyendo una prensa relativamente libre y elecciones seudodemocráticas, ha desarrollado lo que algunos observadores llaman una dictadura postmoderna, ni plenamente democrática ni plenamente totalitaria, un híbrido de izquierda que disfruta de una legitimidad nunca conseguida por la Cuba de Castro o por la URSS.

En realidad, América Latina ha presenciado un viraje hacia esta izquierda postmoderna en algunos países, incluyendo a Bolivia, donde Evo Morales, espíritu afín a Chávez, ganó la presidencia el año pasado.Sin embargo, las tendencias dominantes en el hemisferio son fundamentalmente positivas. La democracia se está fortaleciendo y las reformas políticas y económicas que se están emprendiendo auguran un bien para el futuro.Venezuela no es un modelo para la región. Su camino es único, es el producto de una maldición de recursos naturales que la hace más comparable con Irán y con Rusia que con ninguno de sus vecinos de América Latina. El chavismo no es el futuro de América Latina. Si es algo, es su pasado. ¿Cómo terminó Venezuela en esa situación? La respuesta es petróleo, petróleo, petróleo.

El moderno orden político del país se negoció en un hotel de Miami en 1958 por dirigentes de los dos partidos políticos tradicionales; el pacto resultante creó una democracia viable que proporcionó estabilidad durante cuatro décadas. Pero la estabilidad política no significa una buena orientación económica. Con el crecimiento de los ingresos petroleros durante los 70, Venezuela se vio exenta de la necesidad de crear una moderna economía no petrolera. Las mercancías que el país había exportado -como café y azúcar-pronto languidecieron. Y en vez de fomentar la movilidad social o fuertes instituciones públicas, los dos partidos compraron la paz social distribuyendo las rentas petroleras mediante subsidios, empleosgubernamentales y padrinazgo político.

Venezuela no sufrió la crisis de la deuda latinoamericana en los 80, trauma que en países como Brasil, México y Perú vacunó contra una recaída en las peores formas del populismo económico. En vez de eso, Venezuela experimentó una desastrosa disminución en los estándares de vida en lo que los precios del petróleo cayeron durante los 80.
El país nunca había sido parte de la economía global -fuera del sector energético- y no tenía industrias competitivas en las que apoyarse. Chávez y otros en la izquierda les echaron la culpa de los problemas deVenezuela a la globalización y a las políticas económicas 'neoliberales', pero con la breve excepción de la apertura intentada por el presidente Carlos Andrés Pérez a fines de los 80 y principios de los 90, el país nunca trató verdaderamentede globalizar su economía.
Hay más continuidad entre las eras pre-Chávez y Chávez que las que los partidarios de ambas quisieran admitir. Una vez más, el reciente aumento de los precios del petróleo ha eximido a Venezuela de las leyes de la economía.

El gobierno de Chávez ha impuesto una larga serie de regulaciones controlando el cambio de moneda, estableciendo precios, limitando la capacidad de los empleadores de contratar y despedir, y forzando acuerdos comerciales y de inversiones basados en consideraciones políticas, todo lo que socava todavía más el débil sector privado venezolano. Sin embargo, debido a sus astronómicos ingresos petroleros, la economía ha crecido fuertemente en los últimos dos años. La irrracionalidad de la economía chavista no se va a sentir hasta que los precios del petróleo no bajen.

La peculiar historia de Venezuela muestra por qué Chávez no representa el futuro de la región. Países como Brasil, México y Perú, que carecen de los recursos petroleros de Venezuela, saben que no pueden progresar sobre la base de esas políticas inefectivas; han experimentado con ellas y se han quemado. No es un accidente que el autoritarismo postmoderno haya tenido más éxito en ricos países petroleros como Irán, Rusia y Venezuela. Mientras que Morales aspira a ser otro Chávez, pronto se va a dar cuenta de que el gas natural de su país no es una mercancía fungible como el crudo de Venezuela. El único verdadero cliente de Morales es Brasil, al que ya ha enajenado con su nacionalización de las inversiones brasileñas en el sector energético de Bolivia.

Las fuerzas políticas dominantes en América Latina, a tiempo que traen al poder una nueva generación de políticos de izquierda, van en contra de las de Venezuela. Ahora los bancos centrales y ministerios de finanzas de la región son mucho más capaces de mantener políticas monetarias y fiscales sanas, e inclusive presidentes inclinados a la izquierda, como el brasileño Lula y el argentino Kirchner, no son partidarios de apartarse de la ortodoxia económica.

En vez de politizar las instituciones como ha hecho Chávez, México ha independizado políticamente al Tribunal Supremo y al Instituto Electoral Federal. Brasil y Colombia han aumentado la autonomía de los gobiernos locales, permitiendo experimentos en presupuestos y educación; y Brasil y México han adoptado programas para aumentar los ingresos de los pobres, a la vez que les ofrecen incentivos para mantener a los muchachos en el colegio.

Ya hay signos de un rechazo contra Chávez. Al tiempo que el presidente venezolano ataca la interferencia estadounidense en la política latina, ha tratado de alentar aliados populistas como Ollanta Humala en Perú y Manuel López Obrador, en México. Los vecinos de Venezuela se resienten con esto y los electores han castigado a los candidatos chavistas. En realidad, Chávez puede haberle costado la presidencia de México a López Obrador, pues los votos perdidos por antipatía a la interferencia de Venezuela posiblemente excedan el pequeño margen por el que perdió las elecciones.

La popularidad de Chávez entre los pobres de Venezuela se basa en sus políticas sociales. Ha emprendido iniciativas innovadoras, como una red de clínicas de salud, en los barrios de bajos ingresos, donde médicos cubanos tratan a los pobres. Ha creado programas subsidiados de alimentos, que igualan los precios pagados por ricos y pobres. Y ha intentado distribuir tierras a los campesinos. Algunas de esas iniciativas satisfacen necesidades sociales apremiantes y debían haber sido emprendidas desde hace mucho; otras, como los subsidios a los alimentos,serán difíciles de mantener sin los altos precios del petróleo.

Una respuesta al chavismo debe reconocer que el populismo está impulsado por desigualdades sociales reales. Los partidarios de libertad económica y política en América Latina frecuentemente son reticentes a los grandes experimentos de política social, percibiéndolos como vía hacia inflados estados de bienestar e ineficiencia económica. Pero el libre comercio, por sí solo, no va a satisfacer las demandas de los pobres, y los políticos democráticos deben ofrecer políticas sociales realistas y competitivas.

A la política social, desafortunadamente, le es difícil acertar. A menos que cree incentivos para que los pobres se ayuden a sí mismos, puede convertirse en un derecho, que crea dependencia y déficit fiscal incontrolable. En Brasil, el gobierno de Lula se apoderó de un programa de transferencia de ingresos a los pobres, pero en el proceso debilitó los procedimientos coercitivos que obligaban a mantener los niños en el colegio. Y las políticas de mercado no son una panacea. Aun Chile, que tiene un extenso programa de educación privada de gran nivel, presenció protestas estudiantiles, debido a la calidad de las escuelas públicas.

Los gobiernos democráticos en América Latina deben trabajar pacientemente elevando la calidad de sus instituciones, mejorando cosas tan simples como conceder licencias para comercios, hacer respetar las reclamaciones sobre propiedad y controlar el crimen. No hay soluciones fáciles, frecuentemente se requieren experimentos a nivel local, como el 'presupuesto participatorio' de la ciudad brasileña de Porto Alegre, iniciativa de principios de los 90, que abrió el proceso presupuestario a grupos de sociedad civil y forzó a los políticos a mostrar adónde iba el dinero. La mala administración pública debilita el crecimiento y les quita legitimidad a las instituciones democráticas, abriendo camino a giros violentos y reacciones desmedidas.

En diciembre colapsó un puente que unía la capital a Caracas con su aeropuerto, desviando el tráfico hacia las montañas y convirtiendo un viaje de 45 minutos en uno de varias horas. Ahora, una carretera de emergencia de 2 vías sostiene el tráfico; la renovación del puente demorará meses. El puente es el epítome de lo que pasa en la Venezuela de hoy. Mientras Chávez va en avión de propulsión a Minsk y Teherán, en busca de influencia y prestigio, las infraestructuras del país colapsan.

El autoritarismo posmoderno de la Venezuela de Chávez durará sólo mientras se mantengan alto el precio del petróleo. Sin embargo, muestra un reto claro al totalitarismo, porque permite elecciones democráticas y atiende necesidades sociales reales. Aquí, en una conferencia reciente de líderesde negocios, presencié cómo muchos oradores criticaban abiertamente a Chávez; sus señalamientos fueron citados en los medios. No hay un estado policíaco en Venezuela, por ahora al menos. El chavismo permanece como amenaza. Pero no encarna necesariamente el futuro de América Latina, si los demócratas de la región pueden reducir las desigualdades económicas mediante políticas sociales innovadoras y hábiles. Por supuesto, esos procesos no significarán el fin de la historia sino simplemente el fin del chavismo.

La Guayana Esequiba: reclamación y descolonización

Por Oscar José Márquez

Es un deber ineludible de los venezolanos de estas generaciones conocer los pormenores del justo reclamo por parte de la nación Venezolana de nuestra Guayana Esequiba.

Conocer los hechos históricos y jurídicos tal y como ocurrieron evitará que éstos sean manipulados o distorsionados honrando la verdad de esos acontecimientos frente a una serie de actores que los vivieron y que se enfrentaron a los Estados Unidos, a la U.R.S.S y al Imperio Colonial Inglés. Con este último, los representantes del gobierno venezolano lo venían haciendo desde el siglo XIX y sus actuaciones seguramente deben de reposar en algunos de los archivos oficiales del estado venezolano.

LA EMANCIPACION DE LOS PUEBLOS COLONIALES

Así como las Guerras Napoleónicas generaron una serie de transformaciones que influyeron en la América Hispana y que conllevó a su independencia, así mismo finalizada la segunda Guerra Mundial, ésta generó la emancipación de los pueblos coloniales. El tema colonial fue abordado por las tres grandes potencias de la época, USA, la Gran Bretaña y Rusia, en la Conferencia de Teherán, llevada a cabo en septiembre de 1943. En realidad el tema sólo fue tratado por dos de ellas debido a la ausencia del Primer Ministro británico Sir Wiston Churchill y además esas conversaciones no fueron llevadas al Acta Final de la Conferencia. De ello sólo existe una curiosa referencia, dada por Sir David Nelly en la obra Beyond the Iron, Curtain publicado en Londres en 1954, acerca de las conversaciones entre estadounidenses y rusos, al señalar F.D. Roosevelt “…La Gran Bretaña es una potencia imperialista, portadora del estigma colonial. Rusia no…” Y su Secretario de Estado Cordell Hull exteriorizo “…Tenemos ideas precisas en lo que atañe al destino del imperio británico, portador de arcaicos criterios medievales respecto al Imperio…”

Para los rusos la colonización era un fenómeno típicamente capitalista. Stalin, al combatirlo por los medios a su alcance, seguía la línea más ortodoxa de las enseñanzas de Marx y de Lenin. Desde el punto de vista estadounidense, el régimen colonial era también recusable por otros motivos, entre los cuales se mezclaban la doctrina Monroe con el interés de establecer relaciones económicas con los países que adquiriesen su independencia. Este rechazo al colonialismo quizás fue uno de los motivos que facilitó el acercamiento de punto de vistas entre personas de formación tan diferentes como Roosevelt y Stalin.

A pesar de todas las diferencias que existían entre USA y Rusia incluso antes de finalizar la II G.M, debían de surgir entre ellas dos, una tendencia común anticolonialista reflejada en el pensamiento de sus dirigentes, lo que contribuyó indudablemente a acelerar el proceso emancipatorio de los pueblos dependientes. No estaba maduro aun este proceso cuando el embajador de Venezuela en Washington Dr. Diógenes Escalante, ante la posibilidad de un nuevo orden mundial exigió en 1944 “…la reparación amistosa de la injusticia cometida por el Tribunal Arbitral…” (Laudo Arbitral de París de 19899) y cuando se reúne en San Francisco la Conferencia llamada a crear la Organización de las Naciones Unidas en abril de 1945, la base para la Conferencia fue el proyecto elaborado en Dumbarton Oaks y por expertos de los países Aliados para sustituir a la Sociedad de las Naciones, proyecto que no tomó en cuenta el problema Colonial ni siquiera la subsistencia o modificación del Sistema de Mandatos establecido por la Sociedad de Naciones después que ésta fuera disuelta.

En San Francisco nadie solicitó la independencia inmediata de las colonias existentes, incluso el delegado ruso Arutiunian, se limitó a declarar que la mención de la palabra autodeterminación en la Carta de las Naciones Unidas, entre otros propósitos, suponía una esperanza de libertad para pueblos que permanecían sometidos a otros. La realidad indicaba en ese entonces que los países colonialistas dejaban sentado que la hora de la emancipación de sus dependencias estaba aun lejos y no existían razones para precipitarla, incluso el representante de la Gran Bretaña Lord Cranborne señaló “…El delegado del reino Unido pone en guardia al comité de no confundir la independencia con la libertad: Los pueblos en estado de dependencia aspiran a una mayor autonomía, pero su independencia si deben acceder a ella, deberá ser el fruto de una evolución natural…”.

La Conferencia procedió sobre el proyecto Dumbarton Oaks, para elaborar la Carta de las NN.UU, y en el IV Comité de la II Comisión se hizo un intento de conciliación entre colonialistas y anticolonialistas, gracias al delegado norteamericano Stassen, quien elaboró un papel de trabajo que luego de algunas modificaciones pasó a formar los capítulos XI-XIII, de la Carta de las NN.UU.

La solución por todos aceptada consistió en el establecimiento de dos regímenes diferentes para las Naciones que no habían logrado su independencia. El primero recibió, de acuerdo a la Carta de la NN.UU, el nombre de “Administración Fiduciaria”. A este régimen debían de ser sometidos según el articulo 77 de la Carta, los territorios entonces bajo mandato de la Sociedad de Naciones y, debido al resultado de la Segunda Guerra Mundial, fueran segregados de los Estados vencidos. Adicionalmente se sumarían a esta condición los que fuesen colocados en igual situación por los estados responsables de administrarlos. Sin embargo ninguna potencia colocó alguna de sus colonias o protectorado bajo esta figura.

En la segunda figura denominada “Territorios no Autónomos” fueron incluidos aquellos que hasta la fecha estaban clasificados como colonias, protectorados, y otras semejantes, entre las que se encontraba la Guayana Británica en donde se incluían implícitamente los territorios de la Guayana Esequiba.

En el capitulo XI en sus artículos 73-74 se establecían una serie de principios para la descolonización, reconociendo la igualdad por los derechos y la libre determinaron de todos los pueblos. Estos Artículos obligaban a las naciones, potencias o imperios coloniales, administradoras como la Gran Bretaña y Francia, dueños de los más vastos imperios coloniales, a reconocer que los intereses de los territorios dependientes estaban por encima de todo. Por este motivo debían promoverse el progreso social, económico, político y educativo en los territorios, prestarles asistencia en la creación de formas apropiadas de gobierno propio y a tomar en cuenta las aspiraciones políticas y las etapas de desarrollo y adelanto de cada territorio.

Igualmente los Estados Administradores también estaban obligados con arreglo a la Carta a presentar información a las Naciones Unidas en relación con las condiciones existentes en los territorios coloniales y a supervisar el progreso alcanzado en los territorios en el logro de la libre determinación. Particularmente Inglaterra se arrogaba la misión civilizadora de los países dependientes de ella inspirada esencialmente en la finalidad del bienestar y el progreso de los pueblos administrados.

Este era el panorama que se le presentaba a Venezuela ante la descolonización y al que debía enfrentarse nuestro justo reclamo, considerado como uno de los objetivos nacionales permanentes desde la misma creación de la nación Venezolana. Los territorios que reclamábamos y reclamamos llegan hasta el río Esequibo tal y como aparecen establecidos en la Capitanía General de Venezuela.

En 1946 se creó la Comisión de los Derechos Humanos (CDH) para la supervisión y protección de éstos en los Estados miembros de la NN.UU. En 1948 la Asamblea General aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo cual, empero, no era jurídicamente vinculante para sus miembros, aunado a que estos derechos son sustancialmente “individuales” de los seres humanos, relativos a los individuos, y no relacionados con los estados, los pueblos, ni las poblaciones.

En la misma Declaración de los Derechos Humanos de 1948, se trasluce un trasfondo colonialista ya que en ella no iba implícito un proceso de descolonización, proceso que era irreversible y que posteriormente se realizaría a plenitud como consecuencia directa de la finalización de la II Guerra Mundial y los cambios políticos y sociales en las siguientes dos décadas.

En noviembre de 1949 se publicó el memorándum de Mallet Prevost en Caracas que viene a ratificar lo que los Venezolanos ya sabían en referencia a los incidentes del fallo, (del Laudo Arbitral de París de 1899), nulo, al estudiarse a la luz del derecho y no de la fuerza impositiva los cuales constan en la declaración de Mallet Prevost. (The American Jornal of Internacional Law Vol. 43, No 3, julio 1949).

VENEZUELA RESERVA SUS DERECHOS SOBRE LA GUAYANA ESEQUIBA

Tres años más tarde, en 1952 ante la posibilidad favorable para Venezuela de satisfacer sus justas aspiraciones por los territorios de la Guayana Esequiba y, debido a las transcendentes transformaciones internacionales que se producían, el Dr. Gómez Ruiz, llamado el Canciller (1948-1952) que reivindicó a la Guayana Esequiba, en la IV reunión de consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas celebrada en Washington en 1951, dejó por sentada la siguiente y categórica Declaración:
“…Es criterio del Gobierno de Venezuela que ninguno de los cambios de status que puedan ocurrir en la Guayana Británica como consecuencia de la situación internacional o de las medidas que fueren adoptadas en el futuro, o como resultado del progreso de los habitantes de dichos territorios hacia la determinación de sus propios destinos, será obstáculo para que Venezuela, en vista de las peculiaridades circunstancias que prevalecieron cuando fue señalada su línea fronteriza con la mencionada Colonia, haga valer sus justas aspiraciones de que se reparen, conforme a una rectificación equitativa, los perjuicios sufridos por la nación en dicha oportunidad…”.

Podemos observar en esta declaración un contenido claro, preciso y categórico de la posición tradicional de la Nación Venezolana quien ha mantenido firme su posición de una u otra manera, en forma constante y permanente a través de sus representantes diplomáticos dentro y fuera de Venezuela y ante los posibles cambios en el orden internacional. De esta manera se reiteró nuestro derecho por los territorios al oeste del río Esequibo ante las Cancillerías Americanas especialmente la de USA, una de las naciones triunfadoras de la II Guerra Mundial y aliada incondicional de la Gran Bretaña.

Ya para el año de 1953, se había producido en el país una serie de movimientos nacionalistas en favor de la reclamación de los territorios de la Guayana Esequiba, que se frustraron como consecuencia de la mal llamada Guerra Fría, denominada así por el estadounidense B. Baruch, en un discurso pronunciado en la ciudad de Columbia Estado de Carolina del Sur. Esta “guerra fría” consistía en el estado de tensión entre las potencias capitalistas y la URSS en la década de los cincuenta, sesenta tensión que se trasladaría a la Guayana Británica en virtud de los grandes disturbios ocurridos en octubre de 1953 y a la designación de Venezuela sede para 1954 de la X Conferencia Interamericana donde se buscaría una resolución en contra del totalitarismo Soviético.

En dicha reunión, también debía plantearse el problema del Colonialismo en América como tema No 2º, Colonias y Territorios Ocupados e informe de la Comisión Americana de Territorios Dependientes, oportunidad ésta que supuestamente debía de favorecer a nuestra Nación para actualizar y plantear públicamente a nivel nacional e internacional los derechos que le asistían a Venezuela para pedir se le reivindicase del despojo territorial de su Guayana Esequiba.

Al tratar estos aspectos o cuestiones se involucraba directamente Venezuela. En el 1º. Referente a las “Colonias”, se debatiría el tema de las colonias que tenían los británicos establecidas al este desde el río Esequibo hasta el río Corentin y al oeste del río Esequibo, así como las otras dos Guayanas bajo el dominio holandés y francés. En el 2º, en el de los “Territorios Ocupados”, se encontraba implícito el caso de la Guayana Esequiba en razón a que ni jurídica ni políticamente se ha podido considerar la Zona reclamada por Venezuela como una colonia sino como lo que es en realidad, un territorio ocupado en contra de la voluntad de Venezuela, cuya soberanía le es inmanente hasta el último confín de sus fronteras.

No obstante que este tema estaba incluido en la agenda de la próxima Conferencia Panamericana ya se apreciaba la resistencia para ese entonces para debatir la contención Venezolana sobre el Esequibo por parte de los Estados Unidos. Vía cablegráfica procedente de Washington, llegó la información atribuida a fuentes autorizadas: “…que no era lugar apropiado para discutir semejante tema en una conferencia exclusivamente interamericana…” A pesar que el Gigante del Norte estaba de acuerdo con la descolonización en su política internacional.

LA COLONIA GUAYANA BRITANICA: SUBVERSION O EMANCIPACION

Paralelamente a los preparativos de la X Conferencia Interamericana, se producían en la Colonia de la Guayana Británica una serie de sucesos. De acuerdo a su constitución, la cual establecía la convocatoria de congresos partidarios anuales para fijar plataformas, elegir y determinar en forma general la organización y la política del partido, el Gobernador inglés solicitó a Cheddi Jagan, como líder de la mayoría parlamentaria que formara gobierno procediendo a través del Partido Progresista del Pueblo (PPP) a nombrar ministros. Sus representantes legislativos procedieron a ejecutar una serie de acciones en base a estrategias bien definidas en contra del status establecido que a la postre obligaron a los ingleses a deponer el Gobierno de Jagan.

Desde el legislativo como lo señalamos se aprobaron entre otras la derogación de Ley de Publicaciones Indeseables distribuyéndose cientos de miles de libros y panfletos de tendencia marxista producidas en Inglaterra por la izquierda Británica las cuales unas se vendían libremente allá y otras no, pero el Gobernador Británico las encontró peligrosas para la Colonia; se dejó sin efecto la prohibición de entrada en contra de líderes sindicales de las indias Occidentales (Trinidad); la Ley de Tenencia de Tierras de los Productores Arroceros fue enmendada para asegurar su ayuda a los arrendatarios en caso de sequía y establecer que si un terrateniente no cumplía su parte del trabajo de drenaje y mantenimiento el gobierno se haría cargo de la tarea y se cobraría a aquel los gastos generados. (La Ley existente preveía el desalojo del terrateniente que no realizara dicho trabajo).

Lionel Luckhoo, antiguo miembro del Consejo Legislativo señaló que la enmienda del PPP entrañaba una dictadura totalitaria. Entonces el Consejo de Estado del Gobernador procedió a vetarla haciendo lo mismo con la anulación de la Ley de Publicaciones Indeseables. El gobernador (Inglés) estaba evidentemente decidido a no admitir la necesidad de tales reformas ni el derecho de los guayaneses a aprobarlas a pesar de su oposición, mientras el gobierno central comenzó a tener problemas debido a que los funcionarios públicos preferían tratar con la Secretaria General de la Gobernación que con los ministros, reteniéndoles por días sus comunicaciones y remitiéndoselas a la Secretaria.

El PPP presentó a su vez un proyecto de impuesto a las tierras no explotadas y otro que aumentaba el número de becas; se derogaron solicitudes de nuevos arrendamientos de tierras de propiedad de la Corona; se inició una investigación sobre la paga y condiciones de trabajo de los sirvientes domésticos; también se iniciaron investigaciones de las operaciones del Departamento de Obras Públicas; fue denegada una moción para enviar una delegación a la recepción de la Reina en Jamaica. Mientras cundía la alerta frente a estas medidas, otras dos leyes despertaron inquietud y resistencia en los británicos: las Leyes del Régimen de Educación Pública que buscaba secularizar las escuelas religiosas y reescribir los libros de textos para darles cierta tendencia política.

A través de la ley de Relaciones de Trabajo se intentó eliminar los sindicatos establecidos mediante medidas legislativas y se fomentaron huelgas en el sector azucarero con el fin de lograr mejores condiciones de trabajo; se amenazó con la violencia; trataron de lograr el control de los servicios públicos y de minar la lealtad de la policía local. El propio Primer Ministro el 03 de mayo de 1953, señaló “…camaradas en el pasado, cuando pedíamos pan nos daban balas y los que disparaban sus armas contra los trabajadores eran elogiados por sus amos. Pero desde que el partido Progresista subió al poder, las mismas balas que fueron disparadas contra los pobres serán utilizadas ahora contra sus opresores. Organizaremos una fuerza policial que se conocerá como la policía del pueblo…”.

El Gobernador Sir Alfred solicito la intervención de tropas Inglesas por considerar que Cheddi Jagan y el partido del PPP de extrema izquierda conspiraban para transformar a la Guayana Británica en un estado subordinado a Rusia. El 07 de octubre de 1953, arribaron a las costas de la Guayana Británica, barcos de guerra con tropas inglesas, entre ellas la Real Infantería de Marina, 600 Fusileros Reales Escoceses, embarcados en Jamaica en el crucero de guerra St Superbe de 8000 toneladas, las fragatas Burgeard Bay, y Bigbury Bay y navegaba hacia las costas de la referida colonia el porta aviones Implacable con el primer batallón del Argyll y Fuerzas de los Sutherland Hihlanders con amplia experiencia de combate en Corea. El Secretario de la Gobernación de la Guayana Británica procedió a leer la siguiente proclama por radio una vez que las tropas aseguraron las diversas instalaciones vitales: “…El Gobierno de Su Majestad ha decidido que la Constitución de la Guayana Británica debe ser suspendida para impedir la subversión comunista del Gobierno y una crisis peligrosa tanto en el orden público como en los asuntos económicos…La facción en el poder ha demostrado con sus actos y discusiones que está dispuesta a llegar a cualquier extremo, incluso a la violencia para convertir, a la Guayana Británica en un Estado comunista…”.

En Inglaterra los laboristas apoyaron al ex Primer Ministro Jagan afirmando que el gobierno inglés había exagerado el riesgo representado por el partido dirigido por él y éste a su vez señaló “…que la responsabilidad de lo que pueda suceder recaería enteramente sobre el Gobernador y quienes lo asesoran. La presencia de buques extranjeros en la Guayana Británica solo puede considerarse como un acto de intimidación más aún como un acto de provocación destinado a provocar una crisis. No hay mediación alguna del partido mayoritario que indique que intenta conseguir sus demandas por otros medios que los institucionales…”.

LA X CONFERENCIA INTERAMERICANA DE CARACAS

Estos trágicos y lamentables sucesos afectarían y retardarían el proceso de reclamación de la Guayana Esequiba, en vista de que a nivel internacional éstos fueron percibidos como un Movimiento Independentista de la Guayana Británica especialmente en América y por supuesto en Venezuela. Para mediados de 1953, ya se había producido toda una serie de movimientos nacionalistas en nuestro país a favor de la reclamación de los territorios de la Guayana Esequiba y los acontecimientos que se produjeron en la Colonia de la Guayana Británica los impulsaron aún más ante la opinión pública nacional.

Incluso el Gobierno de Pérez Jiménez, a pesar de haber emitido un comunicado al gobierno inglés, optó por la prudencia al señalar el Dr. Aureliano Otáñez Canciller de la República “…No hay nada nuevo sobre la posición de Venezuela ante la situación de Guayana (Guayana Británica), el comunicado fue claro y preciso, no veo el porqué de las reacciones en Londres…” al preguntarle un periodista ¿ y qué sobre el Laudo? respondió “…eso es otra cosa, es un asunto muy largo…” y no quiso hablar de ello. Al preguntársele nuevamente ¿qué hará Venezuela en la Conferencia Inter Americana sobre la Guayana? El Canciller respondió: “…en la X Conferencia, ni en ninguna, pueden tratarse asuntos personales o particulares de ninguna nación, pero sí se puede plantear el problema del coloniaje y pedir la tramitación de ella en la América sin hacer alusión particular…”.

Observamos cómo se imponía la tesis estadounidense de no plantear en la X Conferencia la reclamación del Esequibo, por encima de los objetivos e intereses nacionales de Venezuela y todavía aún hoy en día algunos voceros pretenden decir o afirmar que el reclamo de la Guayana Esequiba fue el producto de las presiones del Imperio de USA, cuando el año de 1953 fue uno de los de mayor tensión de la Guerra Fría. En marzo muere Stalin; en mayo, Ho Chi Minh corona su guerra de guerrillas al lograr su lugar teniente Vo Nguyen Giap tomar la plaza de Dien Bien Fu en poder de los franceses; se culmina la guerra de Corea por los nuevos dirigentes de la URSS; en junio los tanques soviéticos respaldan los gobiernos populares del Este; hay problemas en el Golfo de Trieste; hay actos terroristas de los Mau Mau en Kenia; hay acciones guerrilleras en Malasia. Si USA buscaba aliados para contener el comunismo internacional especialmente en América parecía no demostrarlo con Venezuela, al no apoyarla ni tener la visión para que se presentara en la X Conferencia una moción respecto a su reclamación por el Esequibo.

Para ese entonces el insigne historiador y miembro de número de la Academia de la Historia Eduardo Oxford López señaló ante la proximidad de la Conferencia de Caracas, lo siguiente: “…En la oportunidad en que ha de debatirse en la X Conferencia Interamericana el problema del colonialismo en América con su secuela de territorios ocupados por la fuerza… …es un deber histórico y una inyección vital de patriotismo. Por que para la fecha en que cese para América ese estigma colonial y vuelva la justicia por sus fueros, los venezolanos debemos tener presentes el reclamo y derecho que nos corresponde al respecto del despojado jirón de nuestra Guayana…”.

Incluso este insigne escritor iba mucho más allá al reconocer los derechos que tenían los pobladores de la colonia de la Guayana Inglesa de los territorios ubicados al este del río Esequibo al señalar “…mañana, cuando nuestros vecinos demerarenses recuperados y experimentados en el fallido intento autonómico de hoy, resultan proclamar y defender su independencia, veintiún repúblicas democráticas hispanoamericanas saludarán con júbilo esa determinación…”. Un argumento más en favor de Cheddi Jagan por parte de los Venezolanos de ese entonces y en contra de los que pregonaban que los sucesivos Gobiernos de Venezuela habían conspirado con USA, en su contra. Más aún, el 19 de octubre de ese año se constituyó en la UCV un comité estudiantil universitario apoyando el movimiento de independencia de la Guayana Británica, sumándosele el día 22 el Sindicato Profesional de Trabajadores Textiles, y el 25 de octubre dio su apoyo al movimiento emancipador la Asociación de Periodistas de Venezuela así como otras organizaciones y personalidades públicas.

Por otra parte, no solamente Eduardo Oxford López impulsó el reclamo de esos territorios, todo el pueblo venezolano se sumó a él, representados entre otros por Enrique Bernardo Núñez; M. A. Padrón; Antonio F. Araujo Trujillo; Mateos Alemán; Ángel Grisanti y su hermano Jesús Emilio; Ramón David León; los Doctores. P. I. González Penzo; José González González; Armando Tamayo. Hay que hacer mención especial a Armando Hernández Bretón, jurista e internacionalista quien realizó estudios junto a internacionalistas venezolanos y extranjeros a finales de octubre de ese año los cuales concluyeron que el Laudo sobre la Guayana Esequiba es nulo de toda nulidad, y ofreció a su vez la tesis que Venezuela debía presentar como previa a la X Conferencia Interamericana la moción de que se reconociera la situación “Sub Judice” de la Venezolanidad de la Guayana Esequiba. Consideraba el problema del coloniaje en América, de acuerdo a lo señalado por funcionarios oficiales de varios países y ratificando además el Dr. Hernández Bretón “…la tesis de esa situación es previa a cualquier otra incluso a la posición de la autodeterminación que se invoque para las zonas aun sometidas a coloniaje. Ello envuelve necesariamente una revisión del Laudo que restó a Venezuela zonas tan extensas como importantes. Esa es la situación jurídica a que se llegará sea cual fuere la oportunidad en que se discuta el problema…”. Este era por lo general el pensamiento que privaba mayoritariamente en la opinión pública nacional.

PANAMERICANISO-ATICOMUNISMO-DICTADURA

La reunión Interamericana de Caracas se realizó a pesar del amplio y vigoroso movimiento de oposición que en su contra se generó, como pocas veces había ocurrido en América. Entre sus adversarios podemos señalar ambas Cámaras Legislativas chilenas, parlamentarios de Costa Rica, Paraguay y otros países, los movimientos obreros de USA y América Latina, la federaciones de estudiantes de Latinoamérica, los más insignes intelectuales, la prensa libre de toda América. Hubo fuerzas que planteaban condicionar la asistencia a Caracas, los representantes de los Estados miembros, a que previamente el régimen anfitrión de Pérez Jiménez debía poner fin al estado de sitio permanente bajo el cual gobernaba, excarcelando a los presos políticos, autorizando el regreso de los exiliados y restableciendo las libertades democráticas, basadas estas exigencias en la carta de Bogotá y en la declaración de los Derechos del Hombre de obligatorio cumplimiento para los estados miembros. De no cumplirse estas exigencias la organización regional quedaba entredicho, porque cómo se podían ratificar los principios democráticos como respuesta fundamental de América al reto totalitario de la Unión Soviética, en un país regido por los mismos métodos policiales de Stalin y Beria.

Solo dos cancillerías expresaron públicamente su criterio, la de Costa Rica negándose a asistir y la de los Estados Unidos ratificando su deseo de hacerlo en palabras del Subsecretario de Estado para América Latina , Moors Cabot “…Quiero insistir en que los Estados Unidos no intervienen en asuntos internos de de otros países. A mi juicio, rehusar la concurrencia a Caracas seria intervenir en asuntos internos de otro país…”. Así ante tanta adversidad por lo demás justificada contra el gobierno dictatorial de Pérez Jiménez, en su discurso de instalación de tan magno evento el 01 de marzo de 1954, a pesar de su supuesto nacionalismo no se refirió al reclamo por la Guayana Esequiba y al respecto sólo entre líneas señaló: “… nos comprenderemos mejor si procedemos con sinceridad al estudiar y resolver los problemas que nos atañen; colectivamente si fortalecemos el principio de solución de las controversias por las vías pacificas y perfeccionamos el correspondiente sistema de aplicación; si no adulteramos nuestra propia realidad con ánimo de sorprender a los de afuera y si no contribuimos a que la opinión pública de nuestros países forme criterio erróneo acerca de la vida de otros pueblos…” es lo único de sus palabras que podíamos señalar se podía aplicar al reclamo por el Esequibo.

COLONIAS Y TERRITORIOS OCUPADOS E INFORME DE LA COMISIÓN AMERICANA DE TERRITORIOS DEPENDIENTES

En la duodécima sesión plenaria de la Conferencia Interamericana del 15 de marzo de 1954 se inició la discusión de la cuestión del coloniaje en América. Brasil, Argentina y Venezuela fijaron su posición con dos proyectos de resolución y una declaración, en la comisión de asuntos políticos y jurídicos marcadas con el No 204 y tituladas “Territorios Americanos bajo el poder Político de estados extracontinentales”. La moción presentada por Brasil en su parte resolutiva señalaba, 1º Declarar su firme convicción de que los países extra continentales que ejercen poder político sobre porciones de territorio de Americanos no tardarán en ultimar las medidas comprendidas en los términos de la Carta de las NN.UU, para permitir que los pueblos respectivos puedan ejercer plenamente sus derechos de autodeterminación, a fin de que se elimine definitivamente en América el régimen de subordinación a potencias extracontinentales. En su punto 3º, Declarar que la presente resolución no se refiere a territorios que son de materia de litigio o reclamación entre países extra continentales y algunas repúblicas Americanas, formulando votos para que tales litigios o reclamaciones se resuelvan con mayor brevedad posible, de acuerdo con los métodos de solución pacífica previstos en los tratados vigentes.

La república de Argentina por su parte planteó, 1º Declarar que es voluntad de los pueblos de América que sea eliminado definitivamente el coloniaje y la ocupación de territorios y en su punto, 3º Proclamar la solidaridad de las repúblicas americanas con los justos anhelos de los pueblos de América de que se les restituyan los territorios y repudiar el uso de la fuerza ejercida para mantener dicha ocupación cuya ocupación detentan potencias extracontinentales.
Como podemos observar la referencias de estos dos países con respecto a los litigios de Venezuela (la Guayana Esequiba) Guatemala (Belice) y la Argentina (las Malvinas) con la Gran Bretaña eran simplemente enunciativos.

La delegación venezolana por su parte presentó la siguiente declaración eminentemente diplomática al Capítulo I, Tema 2 del programa Colonias y Territorios Ocupados e Informe de la Comisión Americana de Territorios Dependientes. Enunciar la misma sería largo, pero en ella lo más contundente era su párrafo primero que indicaba “…La posición de Venezuela en materia colonial en América es bien conocida de todas las repúblicas de este continente y no variará ni cambiara jamás mientras este en pie el histórico y doloroso problema que a todos nos atañe…” Con esta escueta declaración del gobierno, Venezuela se sometía a los intereses internacionales para una descolonización, que a la larga le sería perjudicial frente su reclamo.

Una vez iniciados los debates, el delegado Venezolano Dr. Ramón Carmona, intervino el día 16, encargado de dar a conocer la posición venezolana la cual se enmarcaba en la declaración entregada a la presidencia de la Conferencia con una mínima variante “… Venezuela ha mantenido a todo lo largo de su historia frente al problema que estamos considerando, una posición bien conocida, puesto que ella se confunde con el origen mismo de nuestra nacionalidad…gracias a esfuerzos y sacrificios que hicieron posible la realización de esos ideales en gran parte del suelo americano…”.

Continuando con su intervención el delegado por nuestro país señaló “… Sin embargo, cree mi delegación indispensable insistir, en esta oportunidad, acerca de la tradición venezolana y recordar, entre los hechos recientes de mayor significación que la hacen evidente, la declaración formulada por el representante de Venezuela ante la IV reunión de Consulta de Ministerios de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas, celebrada en Washington en 1951, y el Comunicado emitido por la Cancillería venezolana el 16 de octubre último, con motivo de sucesos ocurridos en Georgetown…”.

Para finalizar su exposición el delegado Venezolano exigió que quedara asentada en la respectiva acta e indicó “… Al recordar ahora esos antecedentes, el Gobierno de Venezuela desea reafirmar el criterio sustentado en esas ocasiones y, al efecto, formula frente a esta Asamblea la siguiente declaración de cuyos términos pide que quede expresa constancia en actas, a saber:

1º.Respecto al problema general del coloniaje en América el Gobierno de Venezuela considera que hoy, más que nunca, se hacen impropios en el ámbito del Nuevo Mundo la existencia de países vasallos y el mantenimiento del régimen colonial.
2º En cuanto al caso concreto de la Guayana Británica, el Gobierno de Venezuela declara que ninguno de los cambios de “status” que puedan ocurrir en ese país vecino, puede ser obstáculo para que el Gobierno Nacional, interpretando el sentimiento unánime del pueblo venezolano, y en vista de las peculiaridades circunstancias que prevalecieron en relación con el señalamiento de su línea fronteriza con la mencionada Guayana, haga valer su justa aspiración de que se reparen, conforme a una rectificación equitativa, los perjuicios sufridos por la nación en esta oportunidad. De conformidad con lo que antecede, ninguna decisión que en materia de colonias se adopte en la presente Conferencia, podrá menoscabar los derechos que a Venezuela corresponden por este respecto ni ser interpretada, en ningún caso, como una renuncia de los mismos…”.

Esta nueva declaración estuvo dirigida a reservarse el derecho a reclamar la devolución de los territorios de la Guayana Esequiba.

La Conferencia fue Clausurada el 28 de marzo. De ella podemos decir que el papel de los representantes de USA había sido el lograr una condena a las actividades del movimiento comunista internacional por constituir ellas una intervención en los asuntos Americanos, lo cual se logró con la llamada Declaración de Caracas. Sin embargo, Guatemala, México, Bolivia, Brasil, y otros países de América Central y del Sur exigieron en la X Conferencia, que se resolvieran en primer lugar sus problemas económicos y para lograr su objetivo presentaron una serie de resoluciones que condenaban la política de Estados Unidos en esta área. La resolución presentada por el representante de Argentina, llamada a poner término al colonialismo en este hemisferio, fue aprobada por unanimidad finalizaba la conferencia de las Américas sin que Venezuela propusiera una resolución contundente en contra del coloniaje y la protección de sus derechos por los territorios del Esequibo, ni siquiera como país sede se atrevió a proponerlo, y sólo en forma declarativa dejó a salvo sus derechos. Por otro lado, el llamado “Imperio” Estadounidense no necesitó presionar al Gobierno Venezolano para lograr la aprobación de su moción anticomunista y se opuso a que se tratara directamente la contención venezolana.

LA CARTA MAGNA DE LA DESCOLONIZACION

Las tensiones (Guerra fría) entre la URSS y los países occidentales se habían agravado una vez más en esos quince últimos años, luego de una serie de sucesos, entre ellos el derribo del avión norteamericano U-2 sobre territorio soviético. Este hecho le sirvió posteriormente de motivo a Nikita Kruschev para que abandonara la reunión el 16 de mayo de 1960, a la que había acudido para entrevistarse con Eisenhower, De Gaulle y Mc Millan, y para presentar la queja ante el Consejo de Seguridad contra los Estados Unidos. Teniendo como antecedentes estos sucesos, en septiembre de ese año se dio inicio a la XV Asamblea de la O.N.U, llevando en el orden del día el ingreso de dieciséis nuevos países, todos africanos con excepción de Chipre, por recomendación del Consejo de Seguridad.

La presencia de estos nuevos Estados cuyo ingreso en la O.N.U votó en su favor la Asamblea y el aumento de la tensión entre la URSS y los países occidentales cuyos intereses los acercaban a los EE.UU, mas no a sus puntos de vista, ponían de relieve la cuestión de la liquidación de de los últimos vestigios del colonialismo y como era de esperarse, la iniciativa partió del Gobierno Ruso cuya delegación inscribe en el orden del día una “…Declaración sobre la concesión de independencia a los países y a los pueblos coloniales…” procediendo a presentar un proyecto integrado por los siguientes puntos:

1º. Conceder inmediatamente a todos los países coloniales, territorios bajo Administración Fiduciaria y territorios no autónomos la independencia completa y la libertad de edificar sus propios Estados nacionales conforme a la voluntad y a las aspiraciones libremente expresadas de sus pueblos. El régimen colonial y la administración colonial en todas sus formas deben ser totalmente suprimidos, a fin de permitir a los pueblos de estos territorios decidir por sí mismos su suerte y su régimen político.
2º. Eliminar igualmente todos los puntos de apoyo del colonialismo, es decir los terrenos y las zonas cedidos en arrendamiento en territorio extranjero.
3º. Se invita a los Gobiernos de todos los países a observar rigurosamente, en las relaciones entre Estados, las disposiciones de la Carta de las NN.UU, y de la presente Declaración, relativa al respeto y a la igualdad de los derechos soberanos, la integridad territorial de todos los Estados sin excepción, y a no admitir ninguna manifestación de colonialismo, ningún derecho o privilegio exclusivo de ciertos Estados en detrimento de otros Estados.

Obviando los procedimientos normales la Asamblea se rechazó la propuesta de la Mesa de remitir esta petición para su estudio a la Comisión Política y conforme a la iniciativa de Nikita Kruschev, se decidió que el proyecto de Declaración ruso fuese discutido directamente en la Asamblea en sesión plenaria. Las discusiones se prolongaron del 28 de noviembre al 14 de diciembre, interviniendo en ella 73 delegaciones. Desconocemos si la delegación Venezolana intervino y cuál fue su posición al respecto. El representante ruso, el señor Zorin defendió los tres puntos con el apoyo de varios países de la Europa oriental y de Cuba. Sin embargo el mismo día que se inició la discusión fue presentado otro proyecto (por cuarenta y tres países Afroasiáticos) el cual al final se impuso. Honduras a su vez propuso una enmienda con respecto a los territorios colonizados que subsistan en América (Belice, Guayana Británica, y Las Malvinas) la cual fue retirada.

La delegación de Rusia presentó un nuevo proyecto, esta vez de enmienda a la presentada por los países Afroasiáticos, en el que se invitaba a las potencias interesadas a asegurar, en todos los territorios dependientes, la transmisión del poder absoluto y soberano al pueblo, y a entablar negociaciones con los representantes de los pueblos coloniales elegidos por sufragio universal, para que todos los pueblos coloniales accedieran a la independencia antes de terminar el año 1961, a la vez que se encomendaba a la siguiente Asamblea examinar la aplicación de este proyecto de resolución.

Al ser sometidos a votación los diferentes proyectos, el de la Unión Soviética fue rechazado así como sus enmiendas, imponiéndose el de los países Afroasiáticos por una mayoría de de ochenta y nueve votos, ninguno en contra y se abstuvieron los siguiente nueve Estados Unidos, Portugal, España, la Unión Surafricana, Australia, Bélgica, República Dominicana y Francia. Desde el punto de vista político constituyó un hito el hecho que ningún miembro de la O.N.U, votase en su contra, así como el escaso número de abstenciones. Para los diferentes estudiosos del tema la abstención de los EE.UU, se debía a las próximas elecciones que debían de reemplazar a Eisenhower en la Casa Blanca, y al hecho cierto que la delegación estadounidense no podía votar contra la resolución, sin apartarse de su tradicional línea de conducta respecto a su política internacional (ya que siempre propuso y sostuvo la Descolonización). Ni podía votar a su favor, sin demostrar con los hechos que, la URSS se le había adelantado con su iniciativa.

La Declaración sobre la independencia de los pueblos coloniales aprobada, se conocería con el nombre de Resolución 1514 (XV) de la Asamblea de las NN.UU. Según opinión de los entendidos la más trascendental adoptada por ella en los veinte años de su existencia. El Embajador permanente del Uruguay ante las NN.UU Dr. Carlos María Velázquez al preguntarse cómo pudo aceptarse un resultado tan revolucionario por la casi totalidad de los Estados miembros, se respondió: “…Las circunstancias psicológicas, además, naturalmente, de la intrínseca justicia de su sentido político, no eran propicias para manifestar oposición al proyecto, y la gran mayoría de las delegaciones que tenían reservas en cuanto a algunos aspectos del texto, prefirieron expresarlas en el curso de sus declaraciones antes que hacerlo con un voto de abstención…” Todo lo anterior fue posible en el Consejo Económico y Social de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, dependiente de la Comisión de Derechos Humanos, la que adoptó una actitud decidida por la descolonización en 1960, en su Declaratoria sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales y rompiendo con sus mismas bases colonialistas al señalar lo que consideraba como colonialismo en la Resolución 1514 (XV).

En su artículo 1º declaraba: “La sujeción de los pueblos a una subyugación, a una dominación o a una explotación extranjera, lo cual constituye una denegación de los derechos fundamentales del hombre, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y la cooperación internacional”. Este artículo se encontraba en concordancia con la Resolución del 16 de diciembre de 1952, en referencia a la tesis de que el colonialismo es una denegación de los Derechos Humanos.

En el artículo 2º se establecía: “Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural”. Esta resolución tampoco era ajena por cuanto en la Carta de las NN.UU, se hacía referencia constantemente al libre derecho que tienen los pueblos de disposición.

Estos dos primeros artículos de la Resolución, 1514 /XV de las NN.UU, entendemos se refieren a ese colonialismo ejercido por el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte en la Guayana Británica desde que conquistó por el derecho que le daban sus armas, primero en 1796 y luego en 1802, la Colonia Holandesa del Demerara, integrada por Demerara, Berbice y Esequibo y que habían sido cedidas en 1814 a Inglaterra por la Convención de Londres. Y posteriormente, a partir de 1841, mediante la usurpación de los territorios ubicados al oeste del río Esequibo, conocidos hoy como Zona en Reclamación, Guayana Esequiba, el Esequibo. Por último esa usurpación se convertiría en un despojo al arrebatarnos mediante sentencia espuria del Laudo Arbitral de París del 03 de octubre 1899, 159.000 km2 de territorio, así como por la reiterada negación por parte del mismo Reino Unido a permitir la autodeterminación de los pueblos por ellos colonizados entre ellos, Belice, las Malvinas y por supuesto la Guayana Esequiba.

Con respecto al artículo 3º: La falta de preparación en los terrenos político, económico, social o en el de la enseñanza no debe ser jamás tomada como pretexto para retrasar la independencia. Este artículo fue uno de los más controversiales y criticados de la resolución por lo que implicaba. Los países Afroasiáticos al proponerlo estaban conscientes de la realidad de las colonias porque luego de decenas de años de administración imperial, el subdesarrollo era total en las colonias. Por otra parte este artículo chocaba con el pensamiento Inglés de su misión de civilización, de libertades políticas paulatinas otorgadas, y como desenlace mejor que la independencia, una vinculación de la entidad autónoma con la antigua Metrópoli igual o parecido al British Commonwealth of Nations.

El legado inglés en la Guayana Británica para la fecha era un modelo clásico de explotación, sus productos básicos eran el azúcar y la bauxita, la educación inexistente y los territorios al oeste del río Esequibo lejanos y habitados sólo por indígenas, a excepción de Bertica. Apenas un año antes de la resolución 1514 (XV), en 1959 la Gran Bretaña aprobó un plan de desarrollo para la Guayana Británica de cinco años formulado por Kenneth Berrill, economista de Cambridge. El programa aceptado por los británicos preveía para 1960-1964 erogaciones del orden de los 110 millones de dólares, de los cuales casi el 45% se destinaba a la agricultura, el 24% al transporte y comunicaciones, el 12% las finanzas, crédito e industrias, el 10% a salubridad, educación y bienestar y el 9% al resto de las necesidades.

El artículo 4º: Se pondrá fin a cualquier acción armada o a cualquier medida de represión, de cualquier suerte que sea, dirigida contra los pueblos dependientes, para permitir a estos pueblos ejercer libre y pacíficamente su derecho a la independencia a completa, y la integridad de su territorio será completa. Respecto a este artículo es difícil enmarcar cada caso con respecto a las medidas de fuerza o represivas con las de mantenimiento del orden público y la protección de las poblaciones especialmente la foránea o de color, donde las tensiones raciales agravan la situación.

Con respecto al artículo 5º de la citada Resolución, 1514 /XV se señalaba entre otras cosas que,”…se deberán de tomar medidas para traspasar todos los poderes a los pueblos de esos territorios, sin condiciones ni reservas, en conformidad con su voluntad y sus deseos libremente expresados y sin distinción de razas, credos ni color, para permitirles gozar de una libertad y una independencia absolutas…”. Al analizar esta exigencia por parte de las NN.UU, podemos referirnos al Pueblo Amerindio llamado así por los ingleses para diferenciarlos de los hindúes (Indios) de la India que habían llegado a la Guayana Británica en un numero de unos diez mil entre los años 1838-1846, con el fin de suplantar a los esclavos negros liberados en 1833. Pasaron así los indígenas habitantes de esa región a ser Amerindios, o indios de América.

El Pueblo Amerindio, o los “indios rojos” como a veces se le suele llamar, integrado por las etnias Arawak, Wapishana, Akawaio, Patamona, Caribe, Makuhi, Pemón, Trio, Wai-Wai, Mawayana, asentados en los territorios que reclama Venezuela y en concordancia con el artículo 2º de la referida Declaración, representaban para ese momento y representan aun hoy en día el 90% de la población asentada al interior de los territorios del Esequibo. Para el año de 1960, conformaban el tercer grupo étnico con 30.000 personas, el 4 % después de los afro guyaneses con 200.000, el 33 %, y los hindú con 300.000 con el 48%.

En el área costera, habitan principalmente los descendientes de hindúes y africanos. Los indígenas viven al interior con una condición social muy baja, y discriminados por el resto de los grupos étnicos son llamados despectivamente Buckemen, lo que supone aun en nuestros días un racismo bien definido en contra de los amerindios.

La realidad indicaba, en cuanto al espíritu, propósito y razón de este artículo 5º de la resolución de la O.N.U, que las condiciones no estaban dadas para ejecutarlo o ponerlo en práctica, en razón a las diferencias raciales, e ideológicas y culturales imperantes en la Guayana Británica, debido a la “desintegración del Movimiento Nacionalista”. La división del People`s Progressive Party (PPP) era inminente y entre 1953 y 1957 se habían agudizado la luchas por el poder y los seguidores de Jagan y su contraparte Burnham estaban envueltos en violentas disputas ideológicas, con graves alteraciones del orden público. En 1957 se constituyeron dos partidos con un contenido altamente racial, el Progresista del Pueblo (People`s Progressive Party, PPP) de los indoguyaneses adeptos a Jeddi Jagan y el Partido Congreso Nacional del Pueblo (National Congress, PNC) de los afroguyaneses liderizados por Forbes Burnham. A través de este último partido los afroguyaneses gobernarían por 28 años consecutivos, en detrimento de los otros grupos especialmente los indígenas.

Respecto al articulo 6º de la Resolución 1514 /XV nos referiremos a ella al señalar la intervención del Canciller Venezolano Ignacio Iribarren Borges, ante la XXa Asamblea Nacional General de las NN.UU en octubre de 1962.

RESERVA DE DERECHOS SOBRE LA GUAYANA ESEQUIBA Y DENUNCIA DEL LAUDO ARBITRAL ANTE LA O.N.U

Para el año de 1962 el estado Venezolano había recabado suficientes evidencias y elementos que señalaban la componenda y fraude ante el Tribunal Arbitral de Paris y el 22 de febrero de 1962, el Embajador de Venezuela ante la ONU, Dr. Carlos Sosa Rodríguez, en la 130ª Reunión de la Cuarta Comisión de Administración Fiduciaria y territorios no Autónomos, en nombre de la República dejo sentada la reserva de sus derechos y aspiraciones en los territorios de la Guayana Esequiba, al señalar: “…En esta oportunidad, cuando ha sido planteada ante las Naciones Unidas la cuestión de la independencia de la Guayana Británica y la legítima aspiración de su población de alcanzar, mediante pacíficas negociaciones con el Reino Unido, el ejercicio pleno de su soberanía, el gobierno de Venezuela, al apoyar cálidamente tan justas aspiraciones, se ve al mismo tiempo obligado, en defensa de su propio pueblo, de pedir que se tomen también en cuenta sus justas reivindicaciones, y que se rectifique en forma equitativa la injusticia cometida. Esto espera poderlo hacer mi país mediante amistosas negociaciones entre las partes interesadas, tomando muy en cuenta, no solo sus legítimas aspiraciones, sino también las circunstancias actuales imperantes y los legítimos intereses del pueblo de la Guayana Británica…”.

A través de esta reserva pública que hizo el Estado Venezolano con respecto al proceso de descolonización, no solamente estaba preservando esos territorios en reclamación, sino que a su vez reconocía la libre determinación de los pueblos asentados en dicha colonia, y ratificaba a la vez los derechos del pueblo Venezolano, dejando intrínsecamente salvados en ella los derechos de los amerindios autóctonos de los territorios del Esequibo.

El articulo sexto de la citada Resolución de la O.N.U. establecía “… Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país, es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas…” Esto no es aplicable a Estados ya independientes, respecto a poblaciones aborígenes en áreas interiores, en especial en Latino América, en base a su constitucionalismo, que señala a las poblaciones indígenas como parte integrante de la propia Nación constituyéndose un asunto de Estado. Venezuela al no reconocer la validez del Laudo de 1899, respecto a esos pueblos asentados en los territorios del Esequibo, éstos pasaban a formar parte de la categoría implícita en el artículo sexto.

Respecto a este artículo sexto, el entonces Canciller Venezolano Ignacio Iribarren Borges, ante la XXa Asamblea Nacional General de las NN.UU en octubre de 1962, señaló “…No pueden tener otra forma de descolonizarse que la reintegración al Estado del cual han sido desmembrados; de no hacerse tal distinción, sería admitir que se puede deformar el principio de la autodeterminación, con el fin de consagrar una situación de hecho en la ignorancia del principio fundamental del respeto a la integridad territorial de los Estados. Desde luego, este principio está salvaguardado en el Artículo sexto en la propia resolución…”.

Los acontecimientos anteriores y otra serie de sucesos nos indican que para el momento de la descolonización, no existía una unidad nacional en la Guayana Esequiba pero la reclamación del Esequibo por parte de Venezuela y su manipulación por parte de Forbes Burnham a su favor para consolidarse en el poder ha contribuido a estructurar esa unidad, al consolidar el sentimiento de la nacionalidad guyanesa frente al reclamo Venezolano entre afro e indoguyaneses, el cual era completamente ignorado en las décadas de los cincuenta y sesenta mas no así entre los Amerindios, a los cuales se les niegan sus derechos individuales, así como sus derechos territoriales estatutarios con título del uso, goce y disfrute de ellas.

La tensión entre la URSS, y los países occidentales encabezados por los EE.UU en la década comprendida entre 1952 y 1962, indudablemente marcaron las relaciones a nivel internacional. Sin embargo las grades potencias de ese entonces tenían puntos de vista comunes a pesar de sus rivalidades y uno de ellos fue el proceso de la emancipación de los pueblos coloniales frente al cual Venezuela tenía un reclamo territorial tradicional por las aéreas comprendidas al oeste del río Esequibo. A pesar de los esfuerzos de los sucesivos Gobiernos venezolanos para corregir este error histórico ante el imperio inglés, ante la Colonia de la Guayana Británica y ante la O.N.U en esa época tan trascendental de la humanidad, no logró sus objetivos en ese entonces persistiendo la contención aun hoy en día.

Pretender ahora desconocer nuestro justo reclamo en base a que fue el producto de la Guerra Fría, y de las presiones del llamado “Imperio” (Acción de imperar o de mandar con autoridad) de los Estado Unidos es negar nuestra existencia, aspiraciones, y objetivos nacionales como sociedad perteneciente a la Nación Venezolana la cual es una e indivisible de acuerdo a lo que tradicionalmente se ha señalado en todas nuestras constituciones a partir de 1811.