01 octubre 2007

Carta pública al Gral. Gustavo Reyes Rangel Briceño, Ministro de la Defensa de la República Bolivariana de Venezuela

A una mujer con semejante valor y temple, como es la que suscribe esta carta, hay que abrirle las puertas de todos los medios de comunicación, de todos los hogares y, principalmente, de todas los espacios para que exprese lo que tiene que decir.

La pluma liberal exhorta a los lectores a cooperar en la divulgación de esta carta, porque la libertad por la que aboga Iantahny Pisani no es solamente la de su esposo preso, la suya, que está en riesgo, ni la de su familia, sino la libertad y el respeto de todos nosotros.

De: Iantahny Pisani

Para: Gustavo Reyes Rangel Briceño

Con el derecho que me da el haber compartido contigo mis años de adolescencia y el haber considerado que eras uno de mis mejores amigos durante muchísimos años, te reto, Gustavo, a que salgas tú mismo a darme peinilla por el hecho de salir a protestar y a defender mis derechos!

Te reto Gustavo Reyes, porque no es posible que se haya perdido en el camino un hombre sencillo, un hombre alegre, un hombre de ideas claras y sobre todo un hombre libre que nunca permitió que el autoritarismo de muchos de sus superiores se interpusiera ante sus decisiones personales.

Te reto Gustavo Reyes, porque sabes muy bien que mis derechos y los de mi esposo, han sido violados una y otra vez, así como el de miles de venezolanos a los cuales te debes por tu alta investidura.

Te reto Gustavo Reyes, porque sabes también que te he buscado y suplicado ayuda para que hagas que se imponga la justicia.

Te reto, porque sabes que hay una multitud de venezolanos que únicamente quiere vivir en democracia, libertad y paz para lograr el país que tanto tú como yo y todos queremos.

Te reto, porque alguien tiene que tratar de abrirte los ojos, tú, que crees tanto en Dios nuestro Señor, consulta con él, pídele que te ilumine.

Mira tu país y dime si lo que ves es lo que quieres, dime si realmente estás satisfecho con la gestión de este Gobierno, ve hacia los sectores más humildes y dime si tienen sus necesidades ciudadanas cubiertas, dime Gustavo Reyes, si aún eres el hombre a quien aprendí a respetar y a admirar por su férrea voluntad ante la adversidad, y, sobre todo, dime si sabiendo que son muchas las razones que tiene este país para salir a defender sus derechos ciudadanos, eres realmente capaz de levantar a mi Ejército Forjador de Libertades en contra de su pueblo.

Voy a salir a defender, por ejemplo, Gustavo Reyes, el derecho al respeto a la dignidad de las mujeres que tienen familiares presos en este país, que como te expliqué muy bien frente a los ascensores del Ministerio de la Defensa hace unos días, somos vejadas y humilladas al someternos a una requisa indignante que consiste en desnudarse y exponer sus partes íntimas en un supuesto por demás violatorio, de que somos delincuentes, insinuando que llevamos drogas, granadas o 9 milímetros en nuestras vaginas.

Voy a salir a protestar y a defender los derechos consagrados en nuestra Constitución vigente, que, como ves, en muchísimos casos no se cumplen. ¿Tú que vas a hacer? ¿Vas a reprimir a un pueblo que quiere por lo menos se ponga en práctica lo ya establecido, o vas a avalar un asesinato a los derechos civiles?

Donde se prenda una candelita, Gustavo, allí estaré yo, defendiendo lo que tú no has querido defender, así que recuerda cuando envíes a tus tropas a dar peinilla, mis hijas, mi mamá y yo estaremos allí recibiendo lo que nos envíes.

Te reto Gustavo Reyes, sal tú mismo a darme golpes o a negarme el derecho a alzar mi voz por las miles de cosas que tú muy bien sabes que tengo de sobra para reclamar.

Dios te Bendiga.

Y recuerda Gustavo Reyes, Dios es Garante de la Justicia, ¿de qué lado estás tú?

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