Por Agustín Blanco Muñoz
El Universal
Deje la incertidumbre a un lado. Tranquilícese y decida de una vez el asunto de su voto por la llamada reforma constitucional. No se quede con remordimiento de conciencia. Si quiere votar, porque cree que esa es una forma de luchar contra este régimen de destrucción, y si considera que así va a cobrar, no deje de votar. Esa es su responsabilidad y debe asumirla.
Eso sí, recuerde aquellas voces encabezadas por Súmate que decían que sólo se podía votar si se cumplían las tan publicitadas condiciones, que eran la única garantía de que no se cometería fraude. Tenga en cuenta que todo eso quedó a un lado desde el 03-D-06.
El candidato de la "Unidad Nacional" acabó con esos remilgos y dijo haber perdido en limpios y transparentes comicios. De modo que quienes hablaban de fraude y exigían el cumplimiento de condiciones, quedaron ahora sin discurso y no pueden hacer otra cosa que llamar a votar para sacar ya al ocupante de Miraflores.
De tal manera que si usted votó por Rosales como "Plan Alterno", en esta ocasión le corresponde votar por el No. Y debe hacerlo porque, como dice Teodoro Petkoff, en este momento no hay un plan alterno. Todo está claro: cualquiera de los caminos conduce al voto. Y esto lo dice el mismo actor, con la misma tranquilidad con la que ayer afirmó que se ganaría y cobraría. Y después se reconoció que aquello había sido una "mentirita blanca".
De modo que, con esa lógica, es obligado concluir que con o sin plan alterno, hay que votar para que se produzca el bonito acto democrático, mediante el cual se imponga la otra parte y se llegue a comienzos de diciembre al socialismo del siglo XXI por la vía pacífico-electoral.
Esta es la tragedia de nuestros políticos: el apego a los viejos esquemas y a la "negociación democrática". A un candidato se le antepone uno o más candidatos, como ocurrió en diciembre. Y a este proyecto de reforma no es posible enfrentarlo porque no hay fuerza-condiciones para hacerlo.
Por ello, lo único que prospera es ir a votar. La innovación política es destacada: cuando no puedes con el enemigo te unes a él y le das el voto a su causa. ¿Quién dijo servilismo y complicidad?
Y quienes llaman a hacerlo ni siquiera se les ocurre decir que van a derrotar la proposición de los 33 cambios en la "Constitución bolivariana" a la que ahora defienden "las oposiciones" con fuerza y decisión.
El ex candidato Rosales lo gritó y sintetizó en el mitin de la defensa de la zulianidad 21/09/07: "vamos a la calle a defender nuestra Constitución bolivariana". Sólo le faltó decir que era la mejor "bicha" del mundo. Por ello, el debate planteado no tiene nada que ver con el fondo del asunto. Todo se limita a discutir si la votación debe ser en un bloque, en varios o artículo por artículo.
Con esto "las oposiciones" sólo tratan de impedir que se apruebe todo el paquete y queden fuera cuestiones como la reelección indefinida porque se corre el peligro, ante el vacío que padecemos, que el GP se quede montado en el coroto de por vida, como un Juan Vicente Gómez cualquiera.
En la pasada campaña electoral el GP dijo en muchas oportunidades que quien votara por él votaba por el socialismo. Y ahora dirá que se ratificó que la mayoría de los venezolanos, en pulcros comicios, se decidió por un socialismo que nace con el sello-garantía de la democracia: el voto.
Si usted quiere contribuir con la materialización de este discurso "participe en el límpido proceso electoral que se avecina". Pero entienda y acepte que hay otras posiciones que no ven las cosas de esa manera. Entre éstas está la de quienes se apartan del jueguito del sí o el no y planean la necesidad de construir una política diferente que signifique la construcción del tan nombrado plan alterno.
Esto es lo único que puede tener algún sentido en este terreno electoral. Lo otro es seguir indefinidamente en el debate-desgaste que nos imponen, por una parte "los oficialistas" y por otra las "oposiciones" para controlarnos y dominarnos.
De esta profunda crisis política sólo se podrá salir con políticas innovadoras que no pongan el acento en las viejas prácticas del próximo "caudillo necesario" del positivismo, sino en la intención y el hacer creador y trascendente. Se requiere entonces de actores que sean capaces de enfrentar con base y a tiempo los planes autori-totalitarios y militaristas que avanzan a paso de destructores.
Cuando se puso a andar lo que de inmediato calificamos como la trampa de los consejos comunales (Ultimas Noticias, 20/01/07) no hubo protestas. "Los oficialismos" montaron el poder popular y hasta le cambiaron el nombre a los ministerios.
Se invirtieron inmensas sumas en las nuevas e ilegales estructuras "para el poder popular" y ninguna de "las oposiciones" protestó. Lo hacen ahora cuando, simplemente se le va a dar rango constitucional a lo ya establecido.
¿Quién puede negar entonces que de una manera u otra todos tenemos metida la mano en el impulso e implantación de ese "socialismo" llamado a terminar de destrozar este ex país?
¿Se habrá dado cuenta el colectivo que mientras no se organice y permita que éste sea territorio de "los oficialismos" y "las oposiciones", seguiremos rumbo a la peor sobre-descomposición?
¿Aceptaremos impasibles el destino de una sociedad de sobrevivientes?
El Universal
Deje la incertidumbre a un lado. Tranquilícese y decida de una vez el asunto de su voto por la llamada reforma constitucional. No se quede con remordimiento de conciencia. Si quiere votar, porque cree que esa es una forma de luchar contra este régimen de destrucción, y si considera que así va a cobrar, no deje de votar. Esa es su responsabilidad y debe asumirla.
Eso sí, recuerde aquellas voces encabezadas por Súmate que decían que sólo se podía votar si se cumplían las tan publicitadas condiciones, que eran la única garantía de que no se cometería fraude. Tenga en cuenta que todo eso quedó a un lado desde el 03-D-06.
El candidato de la "Unidad Nacional" acabó con esos remilgos y dijo haber perdido en limpios y transparentes comicios. De modo que quienes hablaban de fraude y exigían el cumplimiento de condiciones, quedaron ahora sin discurso y no pueden hacer otra cosa que llamar a votar para sacar ya al ocupante de Miraflores.
De tal manera que si usted votó por Rosales como "Plan Alterno", en esta ocasión le corresponde votar por el No. Y debe hacerlo porque, como dice Teodoro Petkoff, en este momento no hay un plan alterno. Todo está claro: cualquiera de los caminos conduce al voto. Y esto lo dice el mismo actor, con la misma tranquilidad con la que ayer afirmó que se ganaría y cobraría. Y después se reconoció que aquello había sido una "mentirita blanca".
De modo que, con esa lógica, es obligado concluir que con o sin plan alterno, hay que votar para que se produzca el bonito acto democrático, mediante el cual se imponga la otra parte y se llegue a comienzos de diciembre al socialismo del siglo XXI por la vía pacífico-electoral.
Esta es la tragedia de nuestros políticos: el apego a los viejos esquemas y a la "negociación democrática". A un candidato se le antepone uno o más candidatos, como ocurrió en diciembre. Y a este proyecto de reforma no es posible enfrentarlo porque no hay fuerza-condiciones para hacerlo.
Por ello, lo único que prospera es ir a votar. La innovación política es destacada: cuando no puedes con el enemigo te unes a él y le das el voto a su causa. ¿Quién dijo servilismo y complicidad?
Y quienes llaman a hacerlo ni siquiera se les ocurre decir que van a derrotar la proposición de los 33 cambios en la "Constitución bolivariana" a la que ahora defienden "las oposiciones" con fuerza y decisión.
El ex candidato Rosales lo gritó y sintetizó en el mitin de la defensa de la zulianidad 21/09/07: "vamos a la calle a defender nuestra Constitución bolivariana". Sólo le faltó decir que era la mejor "bicha" del mundo. Por ello, el debate planteado no tiene nada que ver con el fondo del asunto. Todo se limita a discutir si la votación debe ser en un bloque, en varios o artículo por artículo.
Con esto "las oposiciones" sólo tratan de impedir que se apruebe todo el paquete y queden fuera cuestiones como la reelección indefinida porque se corre el peligro, ante el vacío que padecemos, que el GP se quede montado en el coroto de por vida, como un Juan Vicente Gómez cualquiera.
En la pasada campaña electoral el GP dijo en muchas oportunidades que quien votara por él votaba por el socialismo. Y ahora dirá que se ratificó que la mayoría de los venezolanos, en pulcros comicios, se decidió por un socialismo que nace con el sello-garantía de la democracia: el voto.
Si usted quiere contribuir con la materialización de este discurso "participe en el límpido proceso electoral que se avecina". Pero entienda y acepte que hay otras posiciones que no ven las cosas de esa manera. Entre éstas está la de quienes se apartan del jueguito del sí o el no y planean la necesidad de construir una política diferente que signifique la construcción del tan nombrado plan alterno.
Esto es lo único que puede tener algún sentido en este terreno electoral. Lo otro es seguir indefinidamente en el debate-desgaste que nos imponen, por una parte "los oficialistas" y por otra las "oposiciones" para controlarnos y dominarnos.
De esta profunda crisis política sólo se podrá salir con políticas innovadoras que no pongan el acento en las viejas prácticas del próximo "caudillo necesario" del positivismo, sino en la intención y el hacer creador y trascendente. Se requiere entonces de actores que sean capaces de enfrentar con base y a tiempo los planes autori-totalitarios y militaristas que avanzan a paso de destructores.
Cuando se puso a andar lo que de inmediato calificamos como la trampa de los consejos comunales (Ultimas Noticias, 20/01/07) no hubo protestas. "Los oficialismos" montaron el poder popular y hasta le cambiaron el nombre a los ministerios.
Se invirtieron inmensas sumas en las nuevas e ilegales estructuras "para el poder popular" y ninguna de "las oposiciones" protestó. Lo hacen ahora cuando, simplemente se le va a dar rango constitucional a lo ya establecido.
¿Quién puede negar entonces que de una manera u otra todos tenemos metida la mano en el impulso e implantación de ese "socialismo" llamado a terminar de destrozar este ex país?
¿Se habrá dado cuenta el colectivo que mientras no se organice y permita que éste sea territorio de "los oficialismos" y "las oposiciones", seguiremos rumbo a la peor sobre-descomposición?
¿Aceptaremos impasibles el destino de una sociedad de sobrevivientes?