Por Alberto Baumeister Toledo
Termino de regresar de un interesante e importante evento académico sobre insolvencia, concursos y remedios financieros y jurídicos para dichas anomalías. Son estas situaciones reales que a todos o a cualesquiera deben interesar. Hoy vivimos en una verdadera zozobra en lo atinente a seguridad, en lo económico, en lo financiero y pare de contar.
En la práctica todo está sometido a los vaivenes y criterios del jerarca omnímodo. Son tan variantes e inesperadas las normas que nos imponen, los cambios en la economía y las arbitrariedades que a fortiori y sin distingo nos imponen los funcionarios de turno, que todos y cualesquiera puede estar sujetos a un problema de insolvencia, terrible síntoma de descomposición económica de los patrimonios. Nada se diga cuando ello ocurre en empresas, y esas a su vez contagian por obvio su problema buscado o sobrevenido a otras del ramo o que la proveen, y de todo ello se genera una gran crisis.
En Venezuela, donde tanta ley loca se saca y se publica, con todo y lo que se odia por parte de quienes nos gobiernan a las empresas grandes, tipo capitalistas, pequeñas o micros, como ahora también pretenden enseñarnos existen otras, las regulaciones que se refieren a estas materias datan de 1863, así como lo oyen. No hay una regulación siquiera incipiente sobre esta materia de tanta trascendencia. Lo que existe es obsoleto y anticuado, poco le importa al Estado si esos patrimonios productivos en su momento desaparecen o no, tampoco hay protección para las fuentes de trabajo, en nada distinguen siquiera si dicha crisis afecta a no comerciantes, tampoco, hoy a pesar de la globalización, la regionalización y las "albas oscuras" con las cuales se nos amenaza para terminar con lo poco productivo que queda en el país, nada se tiene legislado en torno a los llamados conflictos o concursos transfronterizos, y aun cuando nos venimos normalmente a menos con cuanto está pasándonos, esas cosas sí pueden acaecer y provocar desastres indeseables en lo económico, como fueron los casos de las quiebras de Viasa, Avensa, etc. donde son muchos los acreedores de afuera que metieron la mano en perjuicio de los nacionales, y también viceversa.
La verdad es que uno se desalienta con estos desengaños. Se nos vende enajenadamente que estamos muy bien, que el país sigue a toda vela, hay reales hasta para regalarle a los vecinos, leyes locas, hasta para cuidar las tapas de alcantarillas, los celulares bolivarianos y los computadores Mirandinos, proyectos de constituciones inconstitucionales y con barrabasadas como las de declararnos democracia social en la Constitución, y en ella misma se regule como extinguirla y hacerla perversa y terminando en manos de un ególatra arbitrario decidido a ejercer sus poderes por siempre.
Hay tiempo para todo, pero no para lo que se requiere apropiada y tempestivamente. Se dictan normas y se decretan expropiaciones hasta para apropiarse de aeropuertos privados imposibles de darles fines públicos; para conculcar la propiedad de fábricas y empresas, para por vía del Derecho Público, con una figura anómala como la expropiación, se arrebatan los derechos de terceros, omitiendo toda consideración a quienes no son trabajadores, se ocupan ilegalmente edificios, sin que existan autoridades responsables, pero eso sí, no hay tiempo para dictar leyes necesarias e importantes.
En el evento en que participé, amén de tener que hacer el mutis cuando se nos preguntaba sobre la situación en Venezuela, nos dimos cuenta de lo atrasados que estamos en esa materia así como en otras muchas frente al resto de Iberoamérica, donde se cuenta con modernos ordenamientos concursales y de prevención y remedio para las insolvencias, aquí ni se habla de eso, hay que ver lo atrasada y desolada que ha estado y seguirá estando Venezuela. Por lo demás el evento resultó magnífico, participaron más de diez países y quedó en evidencia que en el vecino país por supuesto sí está vigente una clara y moderna Ley sobre la materia.
Y cambiando de tema, pero no del lugar al que me he referido, me enteré por la prensa de esos lados, de que también el señor Chávez ha sembrado conuco en dicho país, allí, según se lo reseña en prensa, atiende solícitamente los amoríos de quien aparentemente es una viuda de un ex gobernador colombiano que lo trae loco por culpa de Cupido.
Igualmente y por las mismas razones pude observar con vergüenza y humillación que ya las pretensiones de delimitación de fronteras con ese país, sobrepasan Castilletes, hito histórico de nuestra tan discutida frontera con el vecino país y lo más triste, de los desalentadores comentarios que se hacen de quien tan sin sentido tiene a su cargo los intereses y representación exterior de Venezuela.
Definitivamente que en nuestra patria como que sólo existimos mercachifles, que nada tenemos que esperar ni obtener del país, y políticos avispados que tienen y gozan de todo de lo que nos privan a los demás.
Termino de regresar de un interesante e importante evento académico sobre insolvencia, concursos y remedios financieros y jurídicos para dichas anomalías. Son estas situaciones reales que a todos o a cualesquiera deben interesar. Hoy vivimos en una verdadera zozobra en lo atinente a seguridad, en lo económico, en lo financiero y pare de contar.
En la práctica todo está sometido a los vaivenes y criterios del jerarca omnímodo. Son tan variantes e inesperadas las normas que nos imponen, los cambios en la economía y las arbitrariedades que a fortiori y sin distingo nos imponen los funcionarios de turno, que todos y cualesquiera puede estar sujetos a un problema de insolvencia, terrible síntoma de descomposición económica de los patrimonios. Nada se diga cuando ello ocurre en empresas, y esas a su vez contagian por obvio su problema buscado o sobrevenido a otras del ramo o que la proveen, y de todo ello se genera una gran crisis.
En Venezuela, donde tanta ley loca se saca y se publica, con todo y lo que se odia por parte de quienes nos gobiernan a las empresas grandes, tipo capitalistas, pequeñas o micros, como ahora también pretenden enseñarnos existen otras, las regulaciones que se refieren a estas materias datan de 1863, así como lo oyen. No hay una regulación siquiera incipiente sobre esta materia de tanta trascendencia. Lo que existe es obsoleto y anticuado, poco le importa al Estado si esos patrimonios productivos en su momento desaparecen o no, tampoco hay protección para las fuentes de trabajo, en nada distinguen siquiera si dicha crisis afecta a no comerciantes, tampoco, hoy a pesar de la globalización, la regionalización y las "albas oscuras" con las cuales se nos amenaza para terminar con lo poco productivo que queda en el país, nada se tiene legislado en torno a los llamados conflictos o concursos transfronterizos, y aun cuando nos venimos normalmente a menos con cuanto está pasándonos, esas cosas sí pueden acaecer y provocar desastres indeseables en lo económico, como fueron los casos de las quiebras de Viasa, Avensa, etc. donde son muchos los acreedores de afuera que metieron la mano en perjuicio de los nacionales, y también viceversa.
La verdad es que uno se desalienta con estos desengaños. Se nos vende enajenadamente que estamos muy bien, que el país sigue a toda vela, hay reales hasta para regalarle a los vecinos, leyes locas, hasta para cuidar las tapas de alcantarillas, los celulares bolivarianos y los computadores Mirandinos, proyectos de constituciones inconstitucionales y con barrabasadas como las de declararnos democracia social en la Constitución, y en ella misma se regule como extinguirla y hacerla perversa y terminando en manos de un ególatra arbitrario decidido a ejercer sus poderes por siempre.
Hay tiempo para todo, pero no para lo que se requiere apropiada y tempestivamente. Se dictan normas y se decretan expropiaciones hasta para apropiarse de aeropuertos privados imposibles de darles fines públicos; para conculcar la propiedad de fábricas y empresas, para por vía del Derecho Público, con una figura anómala como la expropiación, se arrebatan los derechos de terceros, omitiendo toda consideración a quienes no son trabajadores, se ocupan ilegalmente edificios, sin que existan autoridades responsables, pero eso sí, no hay tiempo para dictar leyes necesarias e importantes.
En el evento en que participé, amén de tener que hacer el mutis cuando se nos preguntaba sobre la situación en Venezuela, nos dimos cuenta de lo atrasados que estamos en esa materia así como en otras muchas frente al resto de Iberoamérica, donde se cuenta con modernos ordenamientos concursales y de prevención y remedio para las insolvencias, aquí ni se habla de eso, hay que ver lo atrasada y desolada que ha estado y seguirá estando Venezuela. Por lo demás el evento resultó magnífico, participaron más de diez países y quedó en evidencia que en el vecino país por supuesto sí está vigente una clara y moderna Ley sobre la materia.
Y cambiando de tema, pero no del lugar al que me he referido, me enteré por la prensa de esos lados, de que también el señor Chávez ha sembrado conuco en dicho país, allí, según se lo reseña en prensa, atiende solícitamente los amoríos de quien aparentemente es una viuda de un ex gobernador colombiano que lo trae loco por culpa de Cupido.
Igualmente y por las mismas razones pude observar con vergüenza y humillación que ya las pretensiones de delimitación de fronteras con ese país, sobrepasan Castilletes, hito histórico de nuestra tan discutida frontera con el vecino país y lo más triste, de los desalentadores comentarios que se hacen de quien tan sin sentido tiene a su cargo los intereses y representación exterior de Venezuela.
Definitivamente que en nuestra patria como que sólo existimos mercachifles, que nada tenemos que esperar ni obtener del país, y políticos avispados que tienen y gozan de todo de lo que nos privan a los demás.
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