El Tiempo
El nombramiento de Nancy Pelosi en E.U. y la campaña de Hillary Clinton simbolizan, según el organismo internacional, la tendencia significativa en la igualdad de género.
"Además de (Nancy) Pelosi (nombrada en 2006 presidenta de la Cámara de Representantes), ahora hay también una mujer como aspirante a la candidatura demócrata de la presidencia de E.U.: Hillary Rodham Clinton", recordó Caroline Vadio, portavoz de la misión de Estados Unidos para la ONU.
La designación de Pelosi ha supuesto en Estados Unidos la primera vez que una mujer ocupa un cargo tan importante, el tercero en la línea de sucesión a la presidencia.
Sin embargo, la mujer sigue siendo la principal víctima de la discriminación y violencia doméstica en el mundo.
En México, una de cada dos mujeres padece algún tipo de violencia de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
El mismo organismo señala que unas 11.000 mujeres mueren en el país de forma violenta cada año y que, de 55.000 encuestadas, el 46,6 por ciento aseguró padecer distintas formas de acoso tanto emocional como físico, sexual o económico.
En febrero de 2006 se creó la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos relacionados con Actos de Violencia contra las Mujeres a raíz de los "feminicidios" de Ciudad Juárez, en el norte de México, donde desde 1993 han sido asesinadas unas 400 mujeres sin que apenas haya encausados por estos crímenes.
En Cuba no hay datos oficiales sobre la situación de la violencia contra la mujer ni del cumplimiento de los derechos que tienen consagrados en los distintos cuerpos legislativos.
Un 36 por ciento de los diputados cubanos son mujeres; ocupan el 18 por ciento de los cargos de los ministerios y el 22 por ciento de los viceministerios, mientras que en el ámbito judicial representan el 49 por ciento de magistrados y el 61 por ciento de los fiscales.
En Guatemala, los grupos que velan por los derechos de las mujeres denuncian constantemente las violaciones y se quejan de la falta de voluntad de las autoridades para evitar los asesinatos.
En lo que va del 2007 han perdido la vida de forma violenta en este país centroamericano al menos 107 mujeres y, según la Policía, "es difícil determinar las causas específicas de esos hechos".
El año pasado fueron reportadas 578 muertes violentas de mujeres, de las cuales sólo 25 han sido investigadas por las autoridades.
En El Salvador las organizaciones feministas denuncian que en los Acuerdos de Paz, que pusieron punto y final en enero de 1992 a doce años de guerra civil, los derechos de las mujeres no fueron incluidos por lo que actualmente prevalecen graves problemas de discriminación laboral, violencia sexual y la resistencia del Gobierno a tratar de resolverlos.
Nilda Ríos, representante de Proyección Política de la Organización de Mujeres por la Dignidad y la Vida (Las Digas), dijo a Efe que "la violencia sexual sigue siendo invisibilizada, por la creencia de que una mujer casada o acompañada está obligada a tener sexo cuando su pareja lo desee".
Costa Rica es el segundo país del mundo con la mayor representación de mujeres en el Congreso (38,6 por ciento de los escaños), y los partidos están obligados a una cuota de 50 por ciento de mujeres en los puestos ejecutivos.
La primera vicepresidenta del país es una mujer, Laura Chinchilla, quien además es ministra de Justicia y las principales bancadas en la Asamblea Legislativa están lideradas por mujeres.
Sin embargo, diversos informes señalan un retraso importante en cuanto a la igualdad en los ingresos de hombres y mujeres, al percibir ellas salarios inferiores por el mismo trabajo.
En Nicaragua, Doris Zeledón, secretaria general de la Asociación de Mujeres Luis Amanda Espinoza (AMLAE), destacó que en el gobierno del sandinista Daniel Ortega las mujeres ocupan el 38 por ciento de los cargos públicos y que la meta es alcanzar el 50 por ciento.
El Centro de Estudios de la Mujer de Honduras (CEM) revela que los casos de asesinato y violencia doméstica aumentaron en 2006. En los últimos cuatro años fueron asesinadas al menos 586 mujeres, lo que supone un promedio de 140 anuales.
La presidenta de la Comisión Familia, Mujer y Juventud del Parlamento de Venezuela, Gabriela Ramírez, declaró que "este 8 de marzo el Estado venezolano tiene dos grandes logros que exhibir".
"El primero, la Ley de carácter orgánico sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia", aprobada a finales de 2006, y un posterior fallo judicial que asumió que "la flagrancia no puede ser vista en los términos tradicionales en materia de violencia doméstica", por lo que se debe considerar otros elementos para tipificarla a la hora de dictar los castigos en este sentido.
Aunque por mandato constitucional en Colombia hay igualdad de género y la discriminación está castigada en un país donde la población femenina supone el 51,4 por ciento de sus habitantes, cada día muere una mujer por la violencia sociopolítica y otra más pierde la vida cada seis días a causa de la violencia doméstica.
En el ámbito laboral, el salario de las colombianas es un 14,2 por ciento inferior al de los hombres, a pesar de que, como consecuencia del conflicto armado y de la violencia, más de 13 millones de mujeres son cabeza de familia, con ingresos inferiores al salario mínimo.
En Argentina mañana se difunde en la comunidad educativa la Convención para Eliminar la Discriminación contra la Mujer con objeto de educar tanto a niños como profesores y padres.
En 2006, las argentinas consiguieron logros importantes: la legislación sobre la jubilación que permitió a 790.000 mujeres mayores acceder a la cobertura de salud y a unos ingresos propios.
En el 90 por ciento de los casos de violencia de género en Argentina, los agresores son familiares, cónyuges o ex parejas y la mayoría de las víctimas tarda varios años en denunciarlo.
En Paraguay, el fenómeno de la emigración tiene una característica especial porque son las mujeres principalmente quienes abandonan los hogares, obligadas por la pobreza que afecta al 40 por ciento de la población.
No obstante, en los últimos años ha aumentado el protagonismo político de las paraguayas, que actualmente ocupan la titularidad de siete de las 18 secretarías (ministerios) del Gobierno de Nicanor Duarte, quien frecuentemente destaca como uno de sus logros la marcada presencia femenina en su gabinete.
Pese a haber equiparado teóricamente hace varios todos sus derechos con los hombres, las mujeres brasileñas siguen siendo víctimas de discriminación, especialmente económica y política.
Aunque el porcentaje de hogares brasileños encabezado por mujeres subió del 22,9 por ciento en 1995 al 30,6 por ciento en 2005, la tasa de desempleo de aquellas era de cerca del 12,2 por ciento en 2005 y la de los hombres de apenas el 7,1 por ciento, según estadísticas oficiales.
Además, las mujeres apenas cuentan con 46 representantes en la Cámara de Diputados, lo que equivale al 9 por ciento del total, y nunca han ocupado cargos directivos en el Congreso.
En Chile, con la llegada a la presidencia de la socialista Michelle Bachelet, que designó un gabinete ministerial paritario, la situación de la mujer ha mejorado notablemente, aunque persisten diferencias en el ámbito laboral.
Las mujeres representan el 36 por ciento de la fuerza laboral del país, mientras que por el mismo trabajo éstas perciben hasta un 30 por ciento menos que los hombres.
El gobierno de Bachelet implantó en 2006 el Código de Buenas Prácticas Laborales en la administración pública, que implica la disminución de discriminaciones y elimina la exigencia de reconocimientos médicos para determinar si la mujer está en edad fértil en el momento de su contratación.
Una encuesta reciente de la entidad privada Corporación Humana establece que a pesar de tener como presidenta una mujer, el 81 por ciento de las chilenas se sienten discriminadas, especialmente en el área laboral.
"Además de (Nancy) Pelosi (nombrada en 2006 presidenta de la Cámara de Representantes), ahora hay también una mujer como aspirante a la candidatura demócrata de la presidencia de E.U.: Hillary Rodham Clinton", recordó Caroline Vadio, portavoz de la misión de Estados Unidos para la ONU.
La designación de Pelosi ha supuesto en Estados Unidos la primera vez que una mujer ocupa un cargo tan importante, el tercero en la línea de sucesión a la presidencia.
Sin embargo, la mujer sigue siendo la principal víctima de la discriminación y violencia doméstica en el mundo.
En México, una de cada dos mujeres padece algún tipo de violencia de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
El mismo organismo señala que unas 11.000 mujeres mueren en el país de forma violenta cada año y que, de 55.000 encuestadas, el 46,6 por ciento aseguró padecer distintas formas de acoso tanto emocional como físico, sexual o económico.
En febrero de 2006 se creó la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos relacionados con Actos de Violencia contra las Mujeres a raíz de los "feminicidios" de Ciudad Juárez, en el norte de México, donde desde 1993 han sido asesinadas unas 400 mujeres sin que apenas haya encausados por estos crímenes.
En Cuba no hay datos oficiales sobre la situación de la violencia contra la mujer ni del cumplimiento de los derechos que tienen consagrados en los distintos cuerpos legislativos.
Un 36 por ciento de los diputados cubanos son mujeres; ocupan el 18 por ciento de los cargos de los ministerios y el 22 por ciento de los viceministerios, mientras que en el ámbito judicial representan el 49 por ciento de magistrados y el 61 por ciento de los fiscales.
En Guatemala, los grupos que velan por los derechos de las mujeres denuncian constantemente las violaciones y se quejan de la falta de voluntad de las autoridades para evitar los asesinatos.
En lo que va del 2007 han perdido la vida de forma violenta en este país centroamericano al menos 107 mujeres y, según la Policía, "es difícil determinar las causas específicas de esos hechos".
El año pasado fueron reportadas 578 muertes violentas de mujeres, de las cuales sólo 25 han sido investigadas por las autoridades.
En El Salvador las organizaciones feministas denuncian que en los Acuerdos de Paz, que pusieron punto y final en enero de 1992 a doce años de guerra civil, los derechos de las mujeres no fueron incluidos por lo que actualmente prevalecen graves problemas de discriminación laboral, violencia sexual y la resistencia del Gobierno a tratar de resolverlos.
Nilda Ríos, representante de Proyección Política de la Organización de Mujeres por la Dignidad y la Vida (Las Digas), dijo a Efe que "la violencia sexual sigue siendo invisibilizada, por la creencia de que una mujer casada o acompañada está obligada a tener sexo cuando su pareja lo desee".
Costa Rica es el segundo país del mundo con la mayor representación de mujeres en el Congreso (38,6 por ciento de los escaños), y los partidos están obligados a una cuota de 50 por ciento de mujeres en los puestos ejecutivos.
La primera vicepresidenta del país es una mujer, Laura Chinchilla, quien además es ministra de Justicia y las principales bancadas en la Asamblea Legislativa están lideradas por mujeres.
Sin embargo, diversos informes señalan un retraso importante en cuanto a la igualdad en los ingresos de hombres y mujeres, al percibir ellas salarios inferiores por el mismo trabajo.
En Nicaragua, Doris Zeledón, secretaria general de la Asociación de Mujeres Luis Amanda Espinoza (AMLAE), destacó que en el gobierno del sandinista Daniel Ortega las mujeres ocupan el 38 por ciento de los cargos públicos y que la meta es alcanzar el 50 por ciento.
El Centro de Estudios de la Mujer de Honduras (CEM) revela que los casos de asesinato y violencia doméstica aumentaron en 2006. En los últimos cuatro años fueron asesinadas al menos 586 mujeres, lo que supone un promedio de 140 anuales.
La presidenta de la Comisión Familia, Mujer y Juventud del Parlamento de Venezuela, Gabriela Ramírez, declaró que "este 8 de marzo el Estado venezolano tiene dos grandes logros que exhibir".
"El primero, la Ley de carácter orgánico sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia", aprobada a finales de 2006, y un posterior fallo judicial que asumió que "la flagrancia no puede ser vista en los términos tradicionales en materia de violencia doméstica", por lo que se debe considerar otros elementos para tipificarla a la hora de dictar los castigos en este sentido.
Aunque por mandato constitucional en Colombia hay igualdad de género y la discriminación está castigada en un país donde la población femenina supone el 51,4 por ciento de sus habitantes, cada día muere una mujer por la violencia sociopolítica y otra más pierde la vida cada seis días a causa de la violencia doméstica.
En el ámbito laboral, el salario de las colombianas es un 14,2 por ciento inferior al de los hombres, a pesar de que, como consecuencia del conflicto armado y de la violencia, más de 13 millones de mujeres son cabeza de familia, con ingresos inferiores al salario mínimo.
En Argentina mañana se difunde en la comunidad educativa la Convención para Eliminar la Discriminación contra la Mujer con objeto de educar tanto a niños como profesores y padres.
En 2006, las argentinas consiguieron logros importantes: la legislación sobre la jubilación que permitió a 790.000 mujeres mayores acceder a la cobertura de salud y a unos ingresos propios.
En el 90 por ciento de los casos de violencia de género en Argentina, los agresores son familiares, cónyuges o ex parejas y la mayoría de las víctimas tarda varios años en denunciarlo.
En Paraguay, el fenómeno de la emigración tiene una característica especial porque son las mujeres principalmente quienes abandonan los hogares, obligadas por la pobreza que afecta al 40 por ciento de la población.
No obstante, en los últimos años ha aumentado el protagonismo político de las paraguayas, que actualmente ocupan la titularidad de siete de las 18 secretarías (ministerios) del Gobierno de Nicanor Duarte, quien frecuentemente destaca como uno de sus logros la marcada presencia femenina en su gabinete.
Pese a haber equiparado teóricamente hace varios todos sus derechos con los hombres, las mujeres brasileñas siguen siendo víctimas de discriminación, especialmente económica y política.
Aunque el porcentaje de hogares brasileños encabezado por mujeres subió del 22,9 por ciento en 1995 al 30,6 por ciento en 2005, la tasa de desempleo de aquellas era de cerca del 12,2 por ciento en 2005 y la de los hombres de apenas el 7,1 por ciento, según estadísticas oficiales.
Además, las mujeres apenas cuentan con 46 representantes en la Cámara de Diputados, lo que equivale al 9 por ciento del total, y nunca han ocupado cargos directivos en el Congreso.
En Chile, con la llegada a la presidencia de la socialista Michelle Bachelet, que designó un gabinete ministerial paritario, la situación de la mujer ha mejorado notablemente, aunque persisten diferencias en el ámbito laboral.
Las mujeres representan el 36 por ciento de la fuerza laboral del país, mientras que por el mismo trabajo éstas perciben hasta un 30 por ciento menos que los hombres.
El gobierno de Bachelet implantó en 2006 el Código de Buenas Prácticas Laborales en la administración pública, que implica la disminución de discriminaciones y elimina la exigencia de reconocimientos médicos para determinar si la mujer está en edad fértil en el momento de su contratación.
Una encuesta reciente de la entidad privada Corporación Humana establece que a pesar de tener como presidenta una mujer, el 81 por ciento de las chilenas se sienten discriminadas, especialmente en el área laboral.
Fuente: Agencia EFE
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