Por Valentín Arenas Amigó
La Reforma Constitucional propuesta es una nueva Constitución sin convocar una Asamblea Constituyente que pretende someter a votación si los derechos naturales que Dios le dio a cada uno de los venezolanos y que consagra, además, la Constitución de 1999 pueden el 2D. serle arrebatados a los ciudadanos y transferidos al autócrata.
Esto es simplemente absurdo, tan absurdo como si se decidiera someter a una votación cambiarle el sexo a los venezolanos y las venezolanas. Esos derechos no dependen de ninguna elección. Tampoco el cambio de un estado Democrático a otro Comunista pues a estas alturas de la Historia ningún pueblo escoge suicidarse de esa manera. Sólo puede ser llevado a esclavitud a través de la violencia física o de un fraude electoral que es violencia moral.
Ante tamaña barbaridad se ha producido una división lamentable entre los partidarios de ir a votar por el NO y los que se niegan a hacerlo por la desconfianza que tienen en el C.N.E. De esta división entre los venezolanos democráticos, que prácticamente somos todos, debe responder tanto el régimen, que vive de la división, como los políticos tradicionales que ante una situación de esta gravedad no han sido capaces de unirse y darle a los ciudadanos una CONSIGNA ÚNICA. Ahora llaman a votar pero cuando el Referendo Revocatorio se fueron todos a sus casas sin denunciar el fraude.
En Diciembre del 2006 tampoco hicieron buena aquella consigna, tan difundida, de “cobrar”. Una sociedad democrática como lo es la sociedad venezolana, huérfana de un liderazgo unitario, fuerte y valiente, no tiene otra alternativa que asumir ella misma ese liderazgo. No cree en supuestos líderes que al defender intereses partidistas ponen en grave riesgo la permanencia de la democracia en Venezuela y la de sus propios grupos políticos. Falta visión.
Esta orfandad de liderazgo sitúa la alternativa entre quienes manifiestan su rechazo a la Reforma Constitucional votando por el NO y quienes, por desconfianza en el C.N.E. y ante el temor a ser burlado, lo manifiestan NO acudiendo a votar. Son dos formas de expresar lo mismo. Es el mismo rechazo a una Dictadura Comunista expresado de manera diferente. Un C.N.E. parcializado y no confiable es el responsable de la abstención. Un sector político que ha sido incapaz de unirse y formular una consigna única es también responsable. No importa. El ciudadano rechazará el cambio de modelo de país propuesto bien sea votando NO o NO votando.
El 2 de Diciembre el C.N.E. dará el resultado que quiera dar como lo ha hecho antes, pero lo que no podrá hacer es fabricar a millones de votantes en largas colas, ni tampoco derrotar y paralizar a un pueblo que nació para ser libre y liberó a otros. La suma del NO con la de quienes NO acudan a votar será de tal magnitud que hará inválida la consulta y nulo sus efectos. Esto se expresa así: AA (Abstención activa) + NO =R.R. (Reforma Rechazada).
La Reforma Constitucional propuesta es una nueva Constitución sin convocar una Asamblea Constituyente que pretende someter a votación si los derechos naturales que Dios le dio a cada uno de los venezolanos y que consagra, además, la Constitución de 1999 pueden el 2D. serle arrebatados a los ciudadanos y transferidos al autócrata.
Esto es simplemente absurdo, tan absurdo como si se decidiera someter a una votación cambiarle el sexo a los venezolanos y las venezolanas. Esos derechos no dependen de ninguna elección. Tampoco el cambio de un estado Democrático a otro Comunista pues a estas alturas de la Historia ningún pueblo escoge suicidarse de esa manera. Sólo puede ser llevado a esclavitud a través de la violencia física o de un fraude electoral que es violencia moral.
Ante tamaña barbaridad se ha producido una división lamentable entre los partidarios de ir a votar por el NO y los que se niegan a hacerlo por la desconfianza que tienen en el C.N.E. De esta división entre los venezolanos democráticos, que prácticamente somos todos, debe responder tanto el régimen, que vive de la división, como los políticos tradicionales que ante una situación de esta gravedad no han sido capaces de unirse y darle a los ciudadanos una CONSIGNA ÚNICA. Ahora llaman a votar pero cuando el Referendo Revocatorio se fueron todos a sus casas sin denunciar el fraude.
En Diciembre del 2006 tampoco hicieron buena aquella consigna, tan difundida, de “cobrar”. Una sociedad democrática como lo es la sociedad venezolana, huérfana de un liderazgo unitario, fuerte y valiente, no tiene otra alternativa que asumir ella misma ese liderazgo. No cree en supuestos líderes que al defender intereses partidistas ponen en grave riesgo la permanencia de la democracia en Venezuela y la de sus propios grupos políticos. Falta visión.
Esta orfandad de liderazgo sitúa la alternativa entre quienes manifiestan su rechazo a la Reforma Constitucional votando por el NO y quienes, por desconfianza en el C.N.E. y ante el temor a ser burlado, lo manifiestan NO acudiendo a votar. Son dos formas de expresar lo mismo. Es el mismo rechazo a una Dictadura Comunista expresado de manera diferente. Un C.N.E. parcializado y no confiable es el responsable de la abstención. Un sector político que ha sido incapaz de unirse y formular una consigna única es también responsable. No importa. El ciudadano rechazará el cambio de modelo de país propuesto bien sea votando NO o NO votando.
El 2 de Diciembre el C.N.E. dará el resultado que quiera dar como lo ha hecho antes, pero lo que no podrá hacer es fabricar a millones de votantes en largas colas, ni tampoco derrotar y paralizar a un pueblo que nació para ser libre y liberó a otros. La suma del NO con la de quienes NO acudan a votar será de tal magnitud que hará inválida la consulta y nulo sus efectos. Esto se expresa así: AA (Abstención activa) + NO =R.R. (Reforma Rechazada).
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