18 febrero 2008

La voz que no cesa


Por Delfina Acosta

El caso es que Benedetti es un poeta que llega a los corazones de los jóvenes porque su palabra es sencilla, elemental y roja de amor. Sus versos claros, transparentes le han valido amplia resonancia entre los lectores. A mí, particularmente, me extraña que no le hayan otorgado el Premio Nobel de Literatura.

Conoció el exilio: Debió abandonar en 1973, Uruguay, para radicarse en Buenos Aires. De la Argentina corrió a Perú, donde conoció el arresto y la deportación, para ir a parar en Cuba. Y de Cuba se embarcó para España. Vivió el exilio en compañía de su esposa, Luz López. El itinerario político de Mario Benedetti se empareja con la odisea. Ahora, el poeta, viudo ya, vive sus días otoñales en Uruguay.

Que su existencia fue apasionada y radical nadie pone en duda. Junto a miembros del Movimiento de Liberación Nacional- Tupamaros, fundó en 1971 el Movimiento de Independientes 26 de marzo. Esa agrupación llegó a formar parte de la coalición izquierdista del Movimiento Frente Amplio en el Uruguay. Qué quieren que les diga. Si bien su poesía está abierta con generosidad al amor, a la vida, a los pasos cansinos de la cotidianeidad, su pensamiento es básicamente político y humanista.

Es difícil que un gran escritor o un enorme poeta no sea un fervoroso activista de una causa social determinada.

Entre sus obras, se destacan nítidamente dos novelas: La tregua, 1960, y Gracias por el fuego, 1965. Hizo periodismo, ensayos, relatos, poesía y teatro. Entre sus poemarios pueden citarse La casa y el ladrillo, 1977, Vientos del exilio, 1982, Geografías, 1984, Las soledades de Babel, 1991.

Su voz siempre se ha caracterizado por su crecido sentimiento de protesta. Sus pensamientos reflejan un modo crítico de observación de la política, el periodismo, y la cultura. Mario Benedetti es el ejemplo del intelectual que se hace resonancia de las angustias del hombre contemporáneo.

HAGAMOS UN TRATO

Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber

a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.


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