02 febrero 2008

Postulaciones trascendentes

Por José Alberto Medina Molero

“Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso…”

Walt Whitman
(UNA HOJA DE HIERBA)


Un líder es un camino y una motivación. Esa inconmensurable dualidad impone al postulante a serlo una muy buena carga de cualidades y destrezas. A todo esto, se agrega el coraje talentoso para llevar a su sociedad a otros estadios de progreso moral y material.

Otra verdad: los países que en verdad progresan y se empinan en las dificultades, venciéndolas con arrojo, son aquellos con la fortuna y las condiciones para contar con líderes verdaderos, trascendentes, en sus diversas etapas de desarrollo.

Estos asertos vienen a colación, debido a la firma el 23 de Enero pasado de un acuerdo nacional de las fuerzas opositoras, respecto a las postulaciones al proceso eleccionario a realizarse este año. Ello significó un paso en la dirección adecuada, celebrado y aplaudido. No obstante lo anterior, y como se dice en matemáticas, ese pacto fue una condición necesaria pero no suficiente. A ese gran paso hay que sumar otro, otro que es vital. Nos referimos a un profundo y descarnado análisis de la situación de las regiones y estados, de forma de elaborar un plan específico de soluciones posibles (las realizables) a ofertar al electorado. Nos estamos refiriendo a un plan de trabajo elaborado con base en la realidad de cada área. Un plan que dignifique y enaltezca la labor de líderes, que quieren encauzar al país por otro rumbo. A la par, sería una muestra de profundización de la democracia, pues para su elaboración se podrá (de seguro) contar con el concurso de las fuerzas vivas de cada región, generando la motivación y la acción participativa de la gente.

Si las filas opositoras y los técnicos que en ellas militan, junto a los respectivos abanderados, se embarcan en este trascendente paso, no sólo irán conjurando los peligros que se ciernen sobre la administración de la República, sino que habrán dado una verdadera muestra de que tienen la hechura y la voluntad de los líderes necesarios e idóneos. Como diría el gran Conrad Adenauer: “Todos vivimos bajo el mismo techo, pero no tenemos el mismo horizonte”.

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