09 marzo 2008

El cuento socialista

Por Nelson Maica C

“Los marxistas no están dispuestos a reconocer
que también los nazis son socialistas”.

Ludwig von Mises.


¡Que vergüenza y bochorno para los venezolanos demócratas el episodio vivido hasta la cumbre en la República Dominicana esta semana! ¡Y el circo continúa y el cuento del socialismo, comunismo del siglo XXI continúa! Sí, debe ser un cuento de nunca acabar, como el del gallo pelón. ¿Por qué?

Los señores C. Marx y F. Engels partieron del supuesto de que sin capitalismo no hay dictadura del proletariado, ni socialismo, ni comunismo. Independientemente si hay guerra o paz. Es producto de la intervención de la razón humana, de la mente humana. Sin capitalismo no hay socialismo, comunismo.

Aquí se acaba el argumento de que el socialismo, comunismo es mejor que el capitalismo. Sólo hay que contestar las siguientes preguntas: ¿Por qué fracasó en Rusia? ¿Por qué China dice que ya el 50% de su economía es privada y que seguirá en esa vía?

También se acabó el argumento de que el socialismo, comunismo renovado, el de ahora, era una necesidad, porque tenía que reparar los daños de la segunda guerra mundial. Cuando es evidente que esos daños han sido reparados, en lo material, por el capitalismo. Lo más que le hemos leído a algunos radicales defensores del socialismo, comunismo es que las consecuencias económicas del socialismo, comunismo han sido poco satisfactorias. ¡Qué cinismo!

¿A quién le han pedido ayuda y préstamos los países socialistas, comunistas arruinados? A los financistas de los países capitalistas. Ahí están los registros mundiales. Ahí están los cubanos, recibiendo azúcar y alimentos de USA. Ahí esta la Venezuela de hoy con su “sancocho” socialista, comunista, luego de 10 años de régimen comprándole alimentos de primera necesidad a los yankis. Ahí tenemos a los cubanos, quienes perdieron su libertad de elegir en cual ocupación trabajar, en dónde habitar, qué comer y vestir. Perdieron la libertad para viajar al exterior, para leer periódicos y libros, para ver televisión, para oír radio, para usar el internet nacionales y extranjeros. Han sido regresados al medioevo, son los modernos siervos del Estado. Son los modernos esclavos del Estado, de una elite en el poder.

Cuanto han obtenido, a cambio de la pérdida de su libertad, que ya dura 48 años, es el cuento de nunca acabar, la misma cantaleta desde 1958, es la promesa de que dentro de no se sabe cuántos años más, cuando se alcance la nueva etapa de la sociedad socialista, comunista, sólo entonces habrá abundancia. El cuento del gallo pelón. Y todo por seguir las ideas equivocadas de C. Marx, desde 1875.

Ese paraíso de desastre, ese “infierno” que nos está “tocando”, es el ofrecimiento de este régimen y colas y más colas. Ese desastre ya lo estamos padeciendo en Venezuela. Afortunadamente, en los últimos días, estamos observando que las personas comienzan a “despabilarse”. Ojalá entiendan que la libertad y la democracia plural son bienes muy apreciados y que este régimen nos quiere convertir en esclavos, en sus esclavos, mediante el ardid del ofrecimiento y obligatoria aceptación de dádivas de todo tipo, comida, casas, trabajo a destajo, becas, etc., en las misiones, y gastar el dinero que se obtenga conforme a sus órdenes.

Espero que todavía queden algunas reservas civiles aquí y en toda América, para impedir que nos conviertan en otra Cuba. “Están evidenciados en todo”. Deberían irse del gobierno por sus propios pies, sería lo prudente, ahora.

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