Por Valentín Arenas Amigó
Venezuela le pide con urgencia una señal a los políticos. La Sociedad Democrática Venezolana, la misma que decidió no ir a votar por Diputados porque un año antes había sido víctima de un fraude en el Referéndum Revocatorio y la misma que el pasado 2 de Diciembre se movilizó para decirle NO al proyecto socialista viene pidiéndole, desde hace tiempo, a nuestros dirigentes políticos que den “una señal” demostrativa de que el interés nacional priva sobre sus intereses partidistas o personales.
Pero no hay manera de que se constituyan en un frente de unidad nacional. Se movilizan únicamente por fines electorales y como el régimen sabe esto y tiene el control del Registro Electoral y del CNE marchan así ambos en paralelo felices hacía el mes de Noviembre independientemente de que será el C.N.E. quien de los resultados del evento si no los esconde tal como sucedió con los resultados finales del 2 de Diciembre que aun se desconocen...
Ante esta realidad objetiva nos atrevemos a sugerir no la unión de los sectores políticos opositores, pues esto pareciera que es una tarea imposible, sino la unión en la denuncia de los problemas más graves que afectan todos los días a los venezolanos para que la denuncia no fraccionada sea mas contundente. Todos juntos a defender en bloque los intereses nacionales para acabar de arruinar el poco crédito que le quede al oficialismo y a sus candidatos en toda la geografía nacional y enviar así el mensaje de UNIÓN y de FUERZA que tanto necesita la Sociedad Democrática. No es difícil hacerlo porque nos referimos a problema muy gruesos. Esto servirá para acercar los dirigentes políticos al ciudadano y constituirse ambos en un solo bloque. Justamente lo contrario a lo que está sucediendo hoy en el PSUV amenazado por eso de aborto.
Pero cuales son esos problemas? La defensa de la vida ante la catarata de homicidios. La defensa de la libertad ante los repetidos secuestros. La libertad de expresión ante las continuas amenazas y el objetivo de imponer la hegemonía comunicacional. El rechazo de una política económica ideologizada y errada que redujo la producción, aumentó la escasez y que con la inflación está asfixiando la vida de los sectores más débiles. La regaladera de fondos que tanta falta hacen en el país para viviendas y hospitales. La situación inhumana en las cárceles, la impunidad ante la delincuencia desatada y, finalmente, darle un respaldo unitario al Cardenal Urosa cuando le solicita al Gobierno que respete las instituciones. Pero ¿es que todos estamos de acuerdo con todo esto?, nos dirán. Por supuesto que sí, pero no es lo mismo que cada dirigente lo exprese individualmente en entrevistas casuales por radio o televisión que lo hagan en un comunicado conjunto de todo el sector político nacional exigiendo soluciones en nombre de la Sociedad Democrática de Venezuela.
Este Régimen, ya en caída libre, no tiene ni la capacidad ni tampoco la voluntad para solventar todo esto, pero la denuncia y la exigencia común generará una corriente de simpatía y de respaldo automático hacia esos dirigentes por un pueblo que es la víctima diaria de todos estos problemas. Es esto lo que hace falta. ¿Es pedir demasiado?
Venezuela le pide con urgencia una señal a los políticos. La Sociedad Democrática Venezolana, la misma que decidió no ir a votar por Diputados porque un año antes había sido víctima de un fraude en el Referéndum Revocatorio y la misma que el pasado 2 de Diciembre se movilizó para decirle NO al proyecto socialista viene pidiéndole, desde hace tiempo, a nuestros dirigentes políticos que den “una señal” demostrativa de que el interés nacional priva sobre sus intereses partidistas o personales.
Pero no hay manera de que se constituyan en un frente de unidad nacional. Se movilizan únicamente por fines electorales y como el régimen sabe esto y tiene el control del Registro Electoral y del CNE marchan así ambos en paralelo felices hacía el mes de Noviembre independientemente de que será el C.N.E. quien de los resultados del evento si no los esconde tal como sucedió con los resultados finales del 2 de Diciembre que aun se desconocen...
Ante esta realidad objetiva nos atrevemos a sugerir no la unión de los sectores políticos opositores, pues esto pareciera que es una tarea imposible, sino la unión en la denuncia de los problemas más graves que afectan todos los días a los venezolanos para que la denuncia no fraccionada sea mas contundente. Todos juntos a defender en bloque los intereses nacionales para acabar de arruinar el poco crédito que le quede al oficialismo y a sus candidatos en toda la geografía nacional y enviar así el mensaje de UNIÓN y de FUERZA que tanto necesita la Sociedad Democrática. No es difícil hacerlo porque nos referimos a problema muy gruesos. Esto servirá para acercar los dirigentes políticos al ciudadano y constituirse ambos en un solo bloque. Justamente lo contrario a lo que está sucediendo hoy en el PSUV amenazado por eso de aborto.
Pero cuales son esos problemas? La defensa de la vida ante la catarata de homicidios. La defensa de la libertad ante los repetidos secuestros. La libertad de expresión ante las continuas amenazas y el objetivo de imponer la hegemonía comunicacional. El rechazo de una política económica ideologizada y errada que redujo la producción, aumentó la escasez y que con la inflación está asfixiando la vida de los sectores más débiles. La regaladera de fondos que tanta falta hacen en el país para viviendas y hospitales. La situación inhumana en las cárceles, la impunidad ante la delincuencia desatada y, finalmente, darle un respaldo unitario al Cardenal Urosa cuando le solicita al Gobierno que respete las instituciones. Pero ¿es que todos estamos de acuerdo con todo esto?, nos dirán. Por supuesto que sí, pero no es lo mismo que cada dirigente lo exprese individualmente en entrevistas casuales por radio o televisión que lo hagan en un comunicado conjunto de todo el sector político nacional exigiendo soluciones en nombre de la Sociedad Democrática de Venezuela.
Este Régimen, ya en caída libre, no tiene ni la capacidad ni tampoco la voluntad para solventar todo esto, pero la denuncia y la exigencia común generará una corriente de simpatía y de respaldo automático hacia esos dirigentes por un pueblo que es la víctima diaria de todos estos problemas. Es esto lo que hace falta. ¿Es pedir demasiado?
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