14 enero 2008

Corrupción y socialismo

Por Tony Rivera Chávez

El advenimiento de un sistema político basado en principios “teóricos” plenamente cargados de abnegación, sacrificios y ejemplos de austeridad, suponían una carga destructiva contra la corrupción y el uso de los mejores hombres para combatir la corrupción y sus sistemas administrativos.

Hasta la fecha se constata como la delincuencia Fiscal Organizada prevalece sobre la honestidad y el trabajo. Se dice que hoy día existen más depredadores de los Fondos Públicos que en el pasado, lo cual se relaciona con los altos ingresos provenientes del petróleo y la ostentación de los funcionarios públicos y sus aliados (lumpen gestores) ante una Venezuela miserable y harta de necesidades. Las respuestas en la Quinta (socialista) República han sido totalmente erradas, pues se basan en la burocracia, la cual no deja de ser parte de la administración pública teniendo entre sus defectos para tal fin la defensa política de los supuestos corruptos cuando son denunciados. Por otra parte, durante décadas y quizás siglos los “amigos de lo ajeno” dentro de los gobiernos se hicieron de la experiencia y picardía suficientes para pasar con pocas derrotas en sus actividades delictivas, saliendo sus miembros sin castigo. No en vano se toma como ejemplo “el chinito de Recadi” cuando existió una numerosa banda de recaderos (corruptos) del dólar ampliamente conocidos que no padeció para nada de prisiones o de castigos leves siquiera.

Podemos decir que la sabiduría de los corruptos (burochorócratas) no es comparable a quienes tratan de aplacarlos con el agravante de que hay mucho “controlador” que juega para el equipo de los malos hijos de la patria. No se combatirá la corrupción con “más de lo mismo de los mismos” y solo las asambleas de trabajadores de cada organismo, previa dotación de atributos legales, podrán discutir y recomendar la investigación de las actividades de quienes manejan los Fondos Públicos, además de participar en estas reuniones las comunidades hacia las cuales se destinan los bienes y/o servicios sujetos a la averiguación.

En estas asambleas, cuando se den evidencias sobre delitos, se pedirá un Fiscal Instructor especial para desde allí empezar la acusación y condena contra los malamañosos. Es una forma rápida, participativa y expedita para limpiar de indeseables la Administración Pública, a menos que todos sean culpables y no haya remedio para el flagelo. Sin embargo, cuando participa la gente y se nivela la jerarquía burocrática a la igualdad ciudadana, es momento cuando se saben muchas cosas ocultas. Los empleados en su mayoría son honrados y además conocen las practicas administrativas al detalle, pero si están presionados, aplastados y amenazados por la cúpula dominante en cada organismo, no hablan por el temor de ser despedidos y hasta llevados a un Tribunal por difamadores, pero si ocurre lo contrario y se apoya al común, otro gallo cantaría.

noskagamus2008@gmail.com

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