07 marzo 2008

Guerra psicológica

Por Valentín Arenas Amigó

“Transigir con un comunista es mil veces peor que transigir con un ladrón, sin que con esto quiera yo ofender a los ladrones...”
José I. Rivero
(brillante periodista cubano)


Seguramente Ud. se encuentra, amigo lector, entre los millones de personas que han creído que Fidel Castro llegó al poder después de vencer con su guerrilla al ejército de Batista. La verdad histórica es otra.

La imagen legendaria de Castro en traje de campaña y con un fusil al hombro fue prefabricada con fines publicitarios. Hebert Matheus con su entrevista en Sierra Maestra fue cómplice de esta publicidad. Ni la guerrilla derrotó nunca al ejército de Batista, ni Fidel es tampoco ningún héroe. Fidel desembarcó en el Granma con unos amigos y corrió a esconderse en la Sierra Maestra , el pico más alto y agreste de Cuba. De vez en cuando bajaba, no él por supuesto sino Camilo y Huber Matos sobre todo, a intentar darle “picotazos” de mosquitos al ejército. Cuando éste reaccionaba inmediatamente corrían todos hacía el cerro y se escondían. La guerra que ganó Fidel no fue una guerra militar si- no otra diferente.

Entonces, ¿como derrotó a Batista?. Consciente como estaba del rechazo popular que tenía el Dictador desarrolló una guerra psicológica impresionante. Entre los subversivos que tenía infiltrados en varias ciudades del país haciendo terrorismo y la Radio Rebelde que trasmitía todos los días a las 9:00 p.m. un mensaje de terror generó una invasiva guerra psicológica. Se amenazaba (fin de mundo) con lo que iba a venir sobre la gente de Batista, bien nutrida ya del Tesoro Público, quienes empezaron a pensar que la cosa se les estaba poniendo “color de hormiga”. Se sintieron atemorizados y acorralados. Cercados no por las armas sino por el miedo. Y ese temor llegó hasta el propio Batista, lo arropó y el día 31 de Diciembre de 1958 tomó un avión, metió en él a sus familiares y amigos mas allegados y levantó vuelo a los 2:00 a.m., del 1° de Enero del 59. Por lo tanto, no fue con balas sino con LA PRESIÓN PSÍQUICA como Castro llegó al poder. Sus guerrilleros no fueron un ejército conquistador sino uno de ocupación. Fidel ocupó el poder que Batista había abandonado por miedo. Interesante la experiencia.

Esta estrategia, exitosa para derribar a un Dictador, es la que ahora se está utilizando en Venezuela desde Miraflores pero no para derrotar a un Dictador sino para intentar derrotar el derecho a ser libre del Soberano pueblo venezolano. Terrorismo desde el Estado. Qué tiene que hacer entonces la Sociedad Democrática ? Aplicar, al revés, la misma estrategia que Castro utilizó contra Batista. Darle la medicina que paraliza a los Dictadores. Llámese Batista, Fujimori o Pérez Jiménez. Derrotarlo con balas no es fácil porque las balas las tienen ellos. Pero una guerra psicológica sin cuartel es perfectamente factible. Mencionar los nombres de aquellos talibanes mas comprometidos con el régimen, anunciar que se les impedirá abandonar el país para que respondan de sus actuaciones, señalar las acciones penales, nacionales e internacionales, a las que podrán ser sometidos. Justicia no venganza. Explicar las graves repercusiones que todo esto tendrá para sus respectivas familias que desde ya esta viviendo en un infierno. Cercarlos con las armas del espíritu y con el coraje del ciudadano muy difícil de aniquilar.

¿Quién puede, por ejemplo, contra una campaña por la justicia bien diseñada? ¿Cómo se la destruye si tienen su base no en mentiras sino en la verdad? Contra esta guerra psicológica no pueden ni los tanques, ni las ametralladoras, ni los aviones, ni los submarinos soviéticos, ni la selectiva distribución de bombas, ni el cierre de los medios. Cuando se tiene que apelar a la violencia es porque se es débil. Esta guerra es de coraje y no de homicidios, es la misma que ganaron los pueblos de Hungría y de Polonia nada menos que luchando contra agentes del mismo Imperio Soviético. Es la guerra del espíritu contra la materia, de la libertad y la dignidad humana contra la esclavitud del hombre y la sociedad por el Estado. Es la misma guerra que un día ganaron para sus respectivos pueblos, esos auténticos líderes revolucionarios que fueron Simón Bolívar y José Martí.

Este es el desafío actual de Venezuela. El dictador corre, claro que corre. Y de primero…La reacción de Hugo el 4F y el 11 de Abril anuncia que ni él ni su gente resisten una guerra psicológica bien montada.

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