26 febrero 2010

Fallo de la Corte Constitucional colombiana contra la reelección presidenciall

Una lección magistral sobre el principio de la división de poderes acaba de dictar la Corte Constitucional colombiana. Es, sin duda, una sentencia histórica que marca con absoluta nitidez las líneas de separación que deben existir entre los diversos órganos del Poder Público. Es, también, una decisión política de gran trascendencia, dado que su objeto ha sido nada menos que la Ley 1354 del 8 de diciembre de 2009, por la cual se pretendía convocar a un referendum constitucional con la finalidad de proponer la reelección del Presidente Alvaro Uribe para un tercer periodo presidencial.

Con siete votos a favor y 2 en contra, la Corte Constitucional ha declarado inexequible en su totalidad la Ley 1354. Y, a la pregunta de una periodista, el Presidente de dicha Corte, Dr. Mauricio González, en la rueda de prensa que siguió a la lectura de los extractos más sustanciales del fallo, ha afirmado que ninguno de los nueve magistrados recibió presiones del Ejecutivo, ni de los representantes de los demás poderes, respecto de la decisión que les correspondía tomar.

La inexequibilidad total de la mencionada Ley implica la imposibilidad para el presidente Alvaro Uribe de postularse nuevamente como candidato presidencial. Pero, además, la imposibilidad de que cualquier otro mandatario pretenda gobernar ese país por un periodo mayor al establecido expresamente en el artículo 197 de la Constitución colombiana de 1991.

Artículo 197: "Nadie podrá ser elegido para ocupar la Presidencia de la República por más de dos periodos".

En conclusión, la única manera legítima y legal de lograr la prórroga del periodo presidencial o, a tales fines, la modificación del citado artículo, sería mediante una reforma de la Constitución que propusiera el Congreso, o una Asamblea Constituyente, o el pueblo. Y en todo caso, si existieren dudas o disconformidad con respecto al procedimiento que se lleve a cabo para ello -tal como ha ocurrido ahora-, la Corte Constitucional tendría que resolver el asunto por la vía del control de constitucionalidad previsto en los ordinales 1º y 2º del artículo 241 de la Constitución colombiana.

Al margen de estas consideraciones jurídicas, vale preguntarse: ¿Es razonable que un gobernante se mantenga en el poder por más de dos periodos presidenciales? ¿Es admisible el argumento de que no ha logrado concretar sus planes en ese plazo? ¿Cuál podría ser el verdadero propósito de un mandatario que aspire a la reelección continua por tiempo indefinido? ¿Merece la confianza del pueblo un presidente que no haya completado la ejecución de, por lo menos, el 50% de su programa de gobierno en dos periodos?








24 febrero 2010

En la conciencia del castrismo, Orlando Zapata Tamayo, preso de conciencia

La muerte vive en la cárcel.

Ayer, 23 de febrero de 2010, la muerte cegó con su güadaña la vida de Orlando Zapata Tamayo en un calabozo sin luz de la Cárcel de Kilo 7 en Camagüey, conocida también con la irónica expresión "Se me perdió la llave".

Su delito: Criticar al gobierno cubano y defender los Derechos Humanos.

Arrestado en marzo de 2003 durante una cacería política emprendida por el gobierno de la Isla para perseguir, condenar y torturar a más de setenta disidentes cubanos, fue acusado de "desacato, desorden público y desobediencia", y sentenciado, en nueve juicios sumarios, a la pena de treinta y seis años de prisión.

Este hombre de 42 años de edad, declarado "preso de conciencia" por Amnistía Internacional, comenzó una huelga de hambre el pasado 2 de diciembre en reclamo de mejores condiciones carcelarias y de que no le mantuvieran en el área de los presos comunes.

Su protesta fue ignorada durante 83 días. Finalmente, la muerte logró vencer la resistencia de su cuerpo, pero la inhumana brutalidad del régimen castrista no consiguió doblegar la fortaleza de su espíritu.

Este triste acontecimiento debe hacernos reflexionar sobre lo que está ocurriendo en nuestro propio país. El ensañamiento del régimen chavista contra los presos políticos, venezolanos sin reconocimiento de sus derechos humanos, sin garantías procesales, sin respeto por sus vidas. Los abusos cometidos contra Franklin Brito, en huelga de hambre desde hace meses, ilegalmente privado de su libertad y de sus derechos.

Hay pocas diferencias entre la dictadura castrista y la dictadura chavista, pero todo apunta hacia una similitud absoluta.





23 febrero 2010

Incontinencia emocional

La discusión surgida ayer entre los presidentes de Colombia y Venezuela ha sido reseñada en casi todos los periódicos del mundo, debido tanto al tono de sus expresiones como al mensaje en ellas contenido. Insisto en este tema porque no es un hecho que deba pasar desapercibido, dado que un enfrentamiento verbal de ese tipo podría producir serias consecuencias diplomáticas, por las que los más afectados seríamos los ciudadanos de ambos países. Al parecer, ni Uribe ni Chávez pensaron en esto cuando intercambiaron insultos.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua la palabra "carajo" denota enfado o rechazo. Mandar a alguien al carajo, como mandó Chávez a Uribe, equivale a "rechazarlo con insolencia y desdén".

Respecto a la expresión "¡Sea varón!" pronunciada por Uribe, bien puede traducir una disposición a forzar al otro a demostrar su virilidad utilizando los puños, como suele hacer la mayoría de los hombres cuando se sienten ofendidos en su hombría. Pero si, además, se refuerza la provocación con una palabra cuyo significado es exactamente lo opuesto de la anterior -"cobarde: pusilánime, sin valor ni espíritu"-, no hay duda de la intención que estimula el tono con que se manifiesta el insulto.

Llegados a este extremo, cualesquiera sean las razones de uno y otro para repelerse y agredirse de tal modo, ninguno de los dos tiene derecho a arriesgar la paz de sus países y la fraternidad de sus pueblos por su incontinencia emocional.

Uribe vs. Chávez, o cómo servirse de un insulto para ofrecer herramientas educativas











El chisme corrió como la pólvora: Uribe y Chávez discutieron a voz alzada y en presencia de sus colegas durante la comida el día de ayer. Según cuenta el que lanzó la bola, Uribe le reclamó a Chávez el embargo comercial que mantiene sobre Colombia. Chávez expuso o trató de exponer sus razones al respecto. No sabemos en cuál lenguaje, ni con qué expresiones. Dice el que dice haber oído tras alguna puerta que Uribe le interrumpió y el otro dio media vuelta, dispuesto a irse. Y entonces Uribe le desafió: "¡Sea un varón! Usted es valiente para hablar a distancia y cobarde para hablar de frente." Por supuesto, Chávez le respondió con su habitual saludo de despedida: "¡Vete pa'l carajo!". Entonces el cura párroco de la cumbre, el ¿pacificador? Raúl Castro, intervino... y la sangre no llenó las copas.

Si el cuento está bien contado o no, ¡quién sabe!. Pero lo bueno de este lamentable episodio es que aporta mucho al humorismo. Y el buen humor es, por el momento, lo único medianamente sano que nos queda a los venezolanos, aunque eso no significa que como nos salva de perder el juicio, pueda salvarnos de todos los perjuicios que nos causaría tener que ir a juicio.

No obstante este último riesgo, hemos decidido explotar el "diálogo" sostenido por los susodichos mandatarios para favorecer a una buena causa, a través de un método 100% capitalista que es, después de todo, la mejor forma de producir de bienes, servicios y bienestar.

Hoy mismo hemos comenzado a imprimir las frases "Sea un varón..." y "¡Vete pa'l carajo!" en la parte frontal y en la parte posterior, respectivamente, de cierta cantidad de franelas de diversos colores y tallas. Y aquí entra usted, estimado lector. Si compra una o varias franelas, su colaboración nos permitirá adquirir libros de cuentos, cuadernos de dibujo, creyones y juguetes didácticos para los niños que viven en el Barrio Vista Hermosa de la ciudad de El Tigre.

Este aporte se inscribe en el programa de actividades que, a partir del 15 de abril del año en curso, realizaremos progresivamente en todos los sectores del Municipio Simón Rodríguez.