20 enero 2008

La frase fugitiva

Por Liliana Fasciani M.

«La loca de la casa» me tiene desvelada. El libro de Rosa Montero lleva casi un año en mi biblioteca y hasta esta noche no se me había antojado leerlo. Ahora no consigo terminarlo, porque me ha tomado por sorpresa. Creí que era una novela y resultó ser un brebaje contra los demonios literarios. Bueno, más o menos. Pero no es la lectura la que me ha quitado el sueño, sino la auténtica «loca de la casa» –la mía– que me trae por la calle de la amargura desde hace algunos meses.

Lo curioso-casual es que me dio por leer ese libro en el mejor momento, es decir, en el peor momento. Justo cuando mi «daimon» anda todo alborotado, tratando de construir una historia a partir de una frase que llegó mientras estaba en la cola de dragón que se forma en la autopista diariamente, una de esas tardes perdidas por desperdiciadas en el tráfico insufrible de Caracas. Digo que la frase llegó porque no la buscaba. «La loca de la casa» la metió de contrabando en mi cabeza. Desde entonces ha estado martilleando sin cesar.

La frase se ha fugado. Estaba ahí, sonando sin voz, existiendo en solitario, ansiando una trama y un personaje para encajar en algún párrafo, y de repente se ha esfumado, como si un relámpago la hubiese desintegrado. Sus piezas revolotean, desperdigadas, en mi mente, igual que una sopa de letras. En este momento apenas vislumbro su celaje. Es una frase larga, parecida a un clavo del que puede colgarse cualquier cosa, siempre que sea liviana y delgada. De hecho, es una frase liviana y delgada que cabe en un susurro o en una divagación. Podría pasarla por el ojo de una cerradura o insertarla en un mazo de naipes, pero intuyo que ella preferiría posar junto a un balcón, mientras la mirada de quien la pronuncia contempla melancólicamente la ciudad.

Las palabras son rebeldes, lo que explica que haya frases que se fugan. Uno piensa que puede someterlas, doblegarlas a una idea o a un sentimiento, al margen de su propia existencia o del espíritu de sus significados. Hay que ser muy hábil en el permanente forcejeo con las palabras para que expresen lo que uno necesita. Algunas, tan independientes, se permiten el lujo de la autosuficiencia, como si pudiesen subsistir aisladamente, sin vincularse con los demás vocablos, en una soltería desconsiderada y arrogante que prescinde de las conjunciones, de las preposiciones, incluso de los verbos. Despampanantes y hurañas, dan la impresión de existir por sí mismas, conscientes de la importancia de su esencia y, por lo tanto, ajenas a su entorno, indiferentes a la desesperación de quien las requiere.

Sin embargo, esa frase, que de tanto ir y venir se ha hecho invisible, no está hecha de esa clase de palabras, sino compuesta por vocablos más humildes, para nada rimbombantes. Es una frase sencilla que podría pasar desapercibida si no la colocara en un monólogo o en un diálogo fundamental, si no creara para ella una atmósfera adecuada y un instante preciso. ¡Es una pena que ahora no la encuentre! Sé que anda por ahí, jugando al escondite. De vez en cuando asoma una tilde o me guiña un acento. Se burla de mi descaradamente, porque sabe que la busco. Si llegara a desaparecer del todo, tendría que recurrir a otras palabras para inventar una frase que cupiese en el vacío que ella dejara. Ni siquiera puedo confiar en que regrese sana y salva de su huida. Es probable que vuelva con una vocal desdentada o con una consonante coja. Sería una desgracia si se desbarrancara y perdiera la coma que lleva en el tobillo. Eso sería muy grave, pues automáticamente se transformaría. Una frase es como es y no puede ser de otra manera, porque entonces no es ella, sino otra distinta.

Han transcurrido muchos días y la frase no aparece. Debe haberse extraviado irremediablemente. Quizá sedujo a alguien que la supo aprovechar y ella se entregó sin recato. No, eso es imposible. Nadie, aparte de mi, la conoce. De todos modos, la culpa es mía. Me equivoqué al creer que la tenía perfectamente vigilada, que permanecería quieta en mi memoria hasta cuando decidiera utilizarla. Debe haberse sentido ignorada. O acaso se aburrió. Algunas veces pasa que las frases se cansan de esperar a que el escritor esté listo para dedicarles el tiempo y el espacio que merecen. Las más impacientes se largan con estrépito, tirando la puerta; las otras, más sensibles, se van calladamente, sin despedirse. Me aterra pensar que esa frase se haya ido. Me incomoda su ausencia. La sensación de pérdida es la misma que cuando mis mejores versos se han escurrido por el desagüe de la ducha. Jamás he logrado recuperar ninguno de los que se han mezclado con la espuma del jabón.

La frase ¡por fin! ha regresado. Entró sin hacer ruido y se apoltronó cómodamente en un rincón. A primera vista, parece estar intacta. Tiene la coma en su sitio, menos mal. «La loca de la casa» anda eufórica. Aunque su vida depende de mi, la historia depende de lo que yo haga con la frase fugitiva que ha vuelto como una hija pródiga. ¡Condenada reciprocidad! Se supone que en esta relación yo soy la pareja dominante. Falsa suposición. Mantenemos una lucha de poder que agota mis fuerzas hasta la rendición. Mientras la historia existe solamente en mi pensamiento, es todavía un embrión en desarrollo cuyo nacimiento depende de mi voluntad. Sin embargo, lo relevante y lo patético es que no soy yo quien ha creado al monstruito, sino ella, «la loca de la casa». Y después, ¡ay de mi!, sucederá lo de siempre. En cuanto escriba la frase, perderé casi todo mi poder. La historia, en algún momento, se emancipará, los personajes seguirán su propio rumbo, surgirán situaciones impredecibles… No podré impedirlo. Siendo mías la inteligencia y la memoria, «la loca de la casa» concibe las historias, preña a las palabras, yo sólo estoy obligada a parir a sus criaturas. La tirana me agobia noche y día, hace de mi su esclava. Y yo, lejos de oponer alguna resistencia, cedo sin protestar, la sigo obedientemente. Es inútil que intente sublevarme.

Sonó la hora. «La loca de la casa» me está desafiando. Quiere que me siente a escribir de una buena vez esa historia. Empezaré ahora mismo. No puedo arriesgarme a que la frase se escape de nuevo. Está muy inquieta. La coma titila, casi no puede respirar. Si escribiese a máquina, diría que la página continúa en blanco. Así era antes, cuando “Celestina”, mi pequeña Olivetti anaranjada, iba conmigo a todas partes, protegida bajo su negro y duro caparazón de plástico con asa. Colocaba una hoja en su rodillo y la dejaba ahí durante horas. En más de una ocasión dejé que transcurriese hasta una semana, entonces la pobre hoja, de tanto esperar, se adormilaba, acurrucada sobre la pechera de la fiel Celestina. La veía y sentía pena por ella. ¡Cuánta paciencia tienen las resmas de papel blanco! Ahora, lo blanco es la pantalla de la computadora. Mis dedos tamborilean sobre el teclado. Siento maripositas revoloteando en el estómago, como cuando he estado enamorada. Finalmente, la frase ocupará su lugar en el mundo. Una vez escrita, no podrá huir jamás. Dejaré que fluyan las palabras…

Mi mamá me ama

Por Teódulo López Meléndez

El gobierno ha decidido inscribirse en la escuela, sólo que no sabe leer y escribir y ha sido enviado a un preescolar “Simoncito”. Allí se le deberán enseñar las vocales y las consonantes con toda paciencia: eme con a es ma y así hasta lograr articular las primeras frases como “Mi mamá me ama”. Aprender a contar será más difícil, pero ya se le está aplicando la vieja terapia de utilizar los dedos de las manos.

Los venezolanos no tenemos tiempo para tan largo aprendizaje. El nuevo gabinete sólo muestra una militarización acentuada donde debemos destacar que por vez primera otro militar es vicepresidente. El nuevo gabinete es otra colección de alumnos de preescolar. Mientras no hay productos en las estanterías ni de Mercal ni de los supermercados, el padre del engendro ministerial asegura que Venezuela alimentará al mundo.

La malacrianza será difícil de extirpar. Los traumas de comportamiento no serán arreglados ni con el viejo método de la palmeta. El país asiste al delicado espectáculo de un gobierno que no sabe gobernar, que no tiene idea de cómo se maneja una economía, que carece de los más elementales principios de la diplomacia, que no puede aprender en un preescolar –ni aprenderá nunca- que cosa significa administrar a un país.

Estamos ante otra década pérdida, una donde desaprovechamos los altos precios del petróleo, donde llevamos el desarrollo industrial del país a su mínima expresión, una donde somos el hazmerreír del mundo que no entiende como un país inmerso en una bonanza petrolera no tiene productos básicos para alimentar a su gente o para que su gente se limpie, dado que desde 1857 se inventaron las primeras versiones del papel higiénico hasta que una década después se comprendió que debía comercializarse en forma de rollos.

El país ha sido destruido con saña. Los alumnos de preescolar salieron del seno de las fuerzas armadas a desgobernar. La reconstrucción será difícil y los venezolanos comenzaremos de nuevo, siempre a comenzar de nuevo, como es la triste y patética historia de este país. Habrá que reconstruir, eso sí, sobre otras bases distintas de las del pasado. La organización política deberá ser otra, una horizontal, sólo que ahora vemos un nuevo brote de enfermedad (al lado del dengue, de las paperas y del paludismo), uno execrable que se llama nepotismo.

Habrá que aprovechar el despertar político de la nación e impulsar la construcción de una república de ciudadanos, una donde no veamos más una Asamblea Nacional como la presente (plena de adulantes, de incultos y de desfachatados), sino un foro de primer orden cuyas decisiones sean miradas con respeto. Para ello se hará necesario un estado de alerta y vigilancia permanente de la población sobre las organizaciones partidistas y sobre el sistema electoral, un estado donde se generen formas alternativas de organización si los partidos tienden de nuevo a la degeneración.

Habrá que reformular el mercado, limpiar de excrecencias los principios que han sido prostituidos, avanzar hacia nuevas formas de organización económica que convivan con la propiedad privada en perfecta armonía, impedir el renacer del poderío de los negociantes que confunden actividad lucrativa con influencia política e impedir el rebrote de un círculo de todopoderosos que impongan a la nación sus exigencias ilegítimas.

Habrá que restituir el principio clásico de la separación de poderes envolviendo la juridicidad en un verdadero Estado Social de Derecho donde la economía funcione para el hombre y no para las cifras, donde la legalidad no sea estancamiento sino cauce para un flujo constante de justicia y equidad.

Habrá que hacer muchas cosas hacia delante, nunca hacia atrás, desde ya, conceptualizando y proponiendo, mientras este inepto régimen que padecemos habla, amenaza a cada instante (a su entender la única manera de hacer saber que sí existe un gobierno) y trata de aprender las cosas básicas, como leer y escribir, sumar y multiplicar. A semejante aprendizaje de la frase básica “Mi mamá me ama” hay que oponerle la cultura, el conocimiento científico, un pensamiento desarrollado, concepciones políticas innovadoras. El país tiene como, a pesar de que veamos el nepotismo de quienes quieren dejar como herederos a sus esposas, hijos y parientes. El país sabe como, a pesar de que veamos la proliferación de candidatos para unas elecciones que apenas serán en octubre. El país tiene que practicar como, a pesar de que ver a algún dirigente en la televisión provoque náuseas.

Para decirlo lo más gráficamente posible, frente a un gobierno que se inscribe en la escuela para tratar de aprender a pronunciar “Mi mamá me ama” hay que oponerle una dirigencia que haya descifrado el código genético de la nación y de su futuro. No se pongan pesimistas con lo que ven, más bien aprendan a mirar mejor. No se lamenten con lo que oyen, más bien agudicen los oídos y aprendan a escuchar. No se entristezcan con lo que leen, más bien aprendan a leer. Si el país aprende a ver, a oír y a leer, al fin llegará el siglo XXI a esta patria de balbuceantes.

La democracia participativa y la educación: una estafa ideológica

Por Javier Padrón Aguirre

Hace algún tiempo, los límites de la intromisión del Estado en la vida de los ciudadanos y ciudadanas eran muy claros. El Gobierno y los funcionarios públicos no pretendían formar “a un tipo humano nacional de determinadas características, tal como luego pretendería hacer Luis Beltrán Prieto Figueroa; no pretendían “configurar el orden social”. La educación que recibían los niños y niñas era el reflejo de los valores y creencias de sus padres y familiares, no el producto de las convicciones ideológicas del gobernante de turno y el partido dominante.

Con la excusa de combatir las desigualdades socioeconómicas, el Estado invadió aquellas esferas de la vida social que pertenecían exclusivamente a los ciudadanos y las ciudadanas. Así, el Estado diseñó un modelo de ciudadano, un modelo de familia, un modelo de empresario y decidió arrebatarnos nuestro dinero y nuestras riquezas a través de los impuestos, para hacer realidad su objetivo de producir en masa esos modelos. Ser un ciudadano, una familia, un empresario diferente, pasó a ser reprochable, censurable políticamente y socialmente. Nos arrebataron el derecho de definir nuestra personalidad y nuestro destino. ¿La existencia precede a la esencia? Tal vez, pero no en el Estado Social y Burocrático de Derecho.

Luego de décadas de asfixiarnos, nos ofrecieron una compensación por semejante robo: la democracia participativa. El Estado, a cambio de todos aquellos ámbitos de nuestra vida privada que nos fueron arrebatados, nos ofrece la posibilidad de colaborar, como simples segundones, con los funcionarios públicos en la gestión de aquello que fue nuestro. En otras palabras, invaden nuestra casa y nos botan de ella, para luego gentilmente solicitar nuestra opinión acerca de qué color deben usar para pintarla e invitarnos a una parrilla una vez cada dos meses para corroborar que la pintaron del color del partido gobernante. Realmente, conmueve ver a nuestros ciudadanos y nuestras ciudadanas reclamar participación en las decisiones sobre la educación de sus hijos e hijas, cuando lo que debemos hacer es exigir es la devolución de lo que nos fue arrebatado.

¿Quién debe decidir qué valores se enseñan a nuestros niños y nuestras niñas? Sus padres y sus familias. ¿Quién debe decidir que asignaturas se les imparten? Las comunidades de cada plantel educativo, bien sea éste público o privado. ¿Quién debe decidir en qué se gasta el presupuesto de cada escuela? Los padres y las madres junto con los profesores y profesoras y representantes. Ya basta de mendigar exiguas cuotas de participación de carácter no vinculante en las decisiones de las autoridades educativas. Hay que romper con un modelo fracasado que nos considera menos capaces que un burócrata. Que el Estado les devuelva a los ciudadanos y ciudadanas lo que le ha arrebatado. Es hora de hacer justicia.

La voluntad desde abajo

Por Teódulo López Meléndez

El día 4 de enero de este año un grupo de colombianos decidió crear un grupo para protestar contra las FARC (nomasfarc@colombiasoyyo.org). No tienen interés partidista alguno, sólo remachan que cada vez que ETA comete un atentado el pueblo español sale a las calles y ya es hora de que los colombianos hagan lo mismo. Pues bien, en escasos doce días ya cuentan con unos ochenta mil adherentes y han convocado manifestaciones en toda Colombia y en todo el mundo para el día 4 de febrero.

En su país ya tienen todo listo, en Armenia, Bucaramanga, Cali, Bogotá, Barranquilla, Fusagasuga, Medellín y Ocaña. En el mundo están listos para manifestar ese día en Buenos Aires, Ciudad de Guatemala, Punta Cana (RD), Ciudad de México, Nueva York, Miami, Philadelphia, Boston, Chicago, Washington, San Francisco, Houston, State College (Pennsylvania), Iowa, Toronto, Calgary (Alberta, Canadá), París, Madrid, Düsserdorf, Hamburgo, Londres, La Haya, Torino y Tel Aviv.

Entusiasmados (www.colombiasoyyo.org/convocatoria) dicen que están organizando en Neiva, Santa Marta, Cúcuta, San Andrés, Tunja, Villavicencio, Cartagena, Pereira, Barcelona (España), Sydney (Australia), Santiago (Chile), Caracas, Los Ángeles (California), Panamá y Quito. Todo en una docena de días, lo que constituye una sorprendente y grata organización civil que no se queda esperando –como entre nosotros- que los grandes comedores de hallacas despierten y se den cuenta que hay que oponerse al régimen.

Seguramente saldrán también en Caracas. ¿Sería mucho pedir que la oposición convoque para acompañar a los colombianos ese día en Caracas en su protesta contra la FARC? Arriba les dejé el mail por si quieren detalles. No sería nada malo que le adicionaran una protesta por las declaraciones de Chávez en torno a las organizaciones terroristas colombianas.

Cito el ejemplo no sólo para publicitarlos –que se lo merecen- sino como expresión viva de una sociedad que no espera y toma iniciativas. Tengo en la mente a los comisarios de la Policía Metropolitana y a los agentes a quienes se les ha negado la aplicación de la amnistía. Hay una explicación de fondo para mantener como presos políticos a estos ciudadanos: si los liberan se cae la invención histórica, mejor la deformación histórica, que el régimen que padecemos los venezolanos ha formulado. Los llamados pistoleros de Puente Llaguno –que todo el mundo vio disparando a mansalva contra los manifestantes pacíficos en los sucesos de abril del 2002- gozan de plena libertad y hasta de algún adjetivo heroico. Los dirigentes de la policía que tantas veces protegieron las marchas y que hicieron lo imposible por evitar una matanza mayor son sometidos al escarnio, se les sigue un juicio demorado y son sometidos a todas las violaciones al debido proceso. Lo que se hace con estos ciudadanos es una burla a la justicia, una agresión contra la dignidad humana y la perpetuación caprichosa de un engaño histórico.

Me permito decirle a la sociedad venezolana que no ha respondido adecuadamente a esta afrenta. Ya es hora de que se formen comités de defensa de los policías metropolitanos por todas partes, que se ejerzan protestas públicas, que las familias sientan la total solidaridad de sus conciudadanos, que se llame a los venezolanos en el exterior a dirigirse a los gobiernos extranjeros denunciando como el régimen que nos atosiga utiliza a estos hombres como víctimas para sostener mentiras y falsificaciones históricas.

La organización espontánea es fundamental. Los pueblos no pueden estar esperando a que algún Mesías le indique lo que debe hacer. Cada quien es un líder y como tal debe comportarse. Debemos procurar una sociedad en estado permanente de alerta que toma sus propias iniciativas. El régimen nos está sometiendo al bochorno de ejercer la política exterior como si fuera una partida de bolas criollas. Ante el mundo estamos apareciendo como una republiqueta que no sabe comportarse en el escenario mundial. Y aquí no hay reacción. Aquí debería estar en la calle una manifestación protestando por las groserías que marcan indebidamente un comportamiento internacional. Quizás el 4 de febrero es una buena fecha para que los venezolanos salgan a hacerle saber al mundo que somos un país decente que tiene conciencia de sus responsabilidades globales por encima de las morisquetas de un peleador devaluado.

Carta a Manuel Rosales

Por Germán Novelli

En memoria de Deomira y “Pan Salao”


Estimado Manuel:

La situación que atraviesa el país es peligrosa. Sabes, muchas veces lo hablamos antes de que esto ocurriera, que no estamos frente a un proyecto revolucionario sino enfrentados a un hombre con ansias de poder totalitario, lleno de complejos bastardos, egoísmo y hasta instinto criminal, quien en su afán de gloria fascista, no le importa conducir a Venezuela a la bancarrota, usando los recursos de los venezolanos para consolidar su proyecto personal.

Tras la victoria gloriosa del pueblo el pasado referendo, lo mínimo que exige nuestra gente es que la oposición esté a la altura de la confianza expresada por la mayoría. Lo mínimo que espera el Zulia es que en tus manos no se pierda el bastión de lucha democrática que tanto ha costado mantener. Contigo al frente del batallón de la dignidad, los zulianos han derribado las barricadas del odio, el cerco económico, la persecución, el irrespeto, la calumnia, una artillería que ha fracasado en su intento de ponerte de rodillas y, contigo, al Zulia y al país mismo.

Tú y yo venimos de las mismas raíces, somos, en palabras textuales de Manolo Silva, hijos de “la provincia de la provincia”, por lo que comprendemos lo difícil que es conquistar el poder para hacer verdad los sueños de los de abajo e iniciar la transformación que la patria reclama.

Cuando comienza el debate por escoger a los mejores, tanto para dirigir los rumbos del Zulia como para continuar escribiendo la historia digna del resto de los municipios del estado, no debes ni puedes desaprovechar tu liderazgo, es la única manera de impedir que los traidores de ayer y siempre lleguen al poder regional para copiar en el estado el modelo autocrático nacional.

Desde la tierra, la memoria de Deomira Guerrero y Erwin Rosales te exigen que en tus manos no se deshagan nuestros ideales ni la heroica resistencia democrática. Creo firmemente que el nuevo gobernador, alcaldes, ediles, miembros de juntas parroquiales no pueden ser el resultado de los caprichos personales sino de la expresión de todos los zulianos.

Bajo ningún concepto puedes caer en la tentación de fallar en esta oportunidad, un fracaso en la selección puede regresarnos al pasado cupular que tanto ha criticado el nuevo país. Esa practica cupular y corrupta es la responsable de tener a un sátrapa como Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores, un irresponsable que ha demostrado estar más interesado en su propio proyecto continental, que en resolver los problemas a una población que clama justicia social.

Los candidatos deben surgir del acuerdo, no de unos pocos sino de la voluntad de todos, en el que impere el verdadero sentir democrático y progresista, desechando el dedo de las complacencias, compromisos económicos o el desastroso esquema del compadrazgo, pésima herencia del gomecismo y un mal hábito que impuso la cogollocracia.

Necesitamos candidatos, pero los mejores para competir y ganar. No puedes darte el lujo, a veces me siento responsable de ello, de permitir que gente de la extirpe Dimartino o trapisondas como Butacci y compañía, puedan cobijarse de nuevo entre tus alas para clavar el puñal de la traición en el corazón de nuestro pueblo.

El Zulia tiene talante, pero también una cantera de dirigentes, capaces de continuar cuidando las costas de libertad, representadas por ambas márgenes del Coquivacoa, que ha convertido a nuestro estado en un faro libertario que ilumina al resto de la nación.

Me permito proponerte, con la confianza y amistad que nos ha unido por más de 40 años, que convoques a todas las fuerzas de la resistencia zuliana, sin excluir a nadie, para que mediante una consulta amplia, elija a los abanderados de la lucha democrática, que garanticen que el estado no caiga en manos del imperio de Chávez, porque sería, además de una tragedia, una desgracia.

En este acuerdo, además de las fuerzas políticas partidistas, deben estar presentes la dirigencia y base estudiantil, profesoral y trabajadora de las universidades zulianas, así como los gremios, sindicatos, corporaciones empresariales, comunidades organizadas, hombres y mujeres libres y de buenas costumbres, que generen la confianza necesaria para garantizar la victoria, no como posibilidad sino como hecho concreto. Mientras más amplio, transparente y participativo sea este acuerdo iremos seguros a derrotar a los enemigos del Zulia y de la patria.

Sabes bien que en estos tiempos muchos quieren ser diputados, concejales, alcaldes y, por supuesto gobernador. Entendemos que surgirán descontentos, que seremos penetrados por agentes del oficialismo represivo, pero la claridad en la selección de los abanderados, permitirá derrotar e identificar a los traidores. Manuel, el reto es que no haya una sola plaza sin clavar la bandera de la victoria popular y democrática.

Recibe un abrazo, las manos y el corazón de los míos que son los tuyos, están listos para acompañarte junto al Zulia en esta gran batalla, que nos permitirá mañana y siempre poder mirar la cara de los nuestros sin la vergüenza de haberlos defraudado.

De nuevo el gobierno contra la autonomía, el pensamiento diverso y la democracia

Por Amalio Belmonte

El Ministro Acuña, dispuesto a cumplir con el objetivo de forzar la presencia de cuadros revolucionarios en las Universidades Nacionales, nos amenaza, anuncios de prensa mediante, con: “No reconocer ingresos (de estudiantes) que sean administrados unilateralmente por las instituciones de educación superior”. Agrega que su despacho convocará un CNU, para dar a conocer lo que el gobierno ordenará al respecto.

Esta decisión, desconocida por los funcionarios de la OPSU, que han intentado infructuosamente por la desidia ministerial, examinar este asunto con las distintas Secretarías de las Universidades Autónomas para concertar criterios racionales sobre el mismo, dada su complejidad, tiene el cometido de impedir que las instituciones de educación superior, ante tanta anomia, negligencia e ineficacia oficial para concertar políticas y diseñar procedimientos consensuados (como lo había prometido el profesor Acuña), procedieran a convocar sus pruebas internas para el año 2008.

Esas mismas instituciones ofrecieron al MES toda su experiencia y sapiencia para elaborar una prueba de aptitud con base en criterios científicos académicos, basados en referencias nacionales e internacionales. Pero la agenda de trabajo de estos funcionarios siempre está ayuna de creatividad y capacidad para el intercambio intelectual, en ella sólo son bienvenidas laudatio que les confirmen en sus dogmas.

No es precisamente la calidad académica lo que importa al gobierno del Presidente Chávez. Por ello el empeño del profesor Acuña para ratificar, con el modo y el gesto rudo de quienes asumen el rol de iluminados por la historia, para imponernos la ambigüedad de lo que llaman ética socialista del siglo XXI, cuyos alcances, fundamentos doctrinarios y lógica siguen siendo uno de los mayores secretos del régimen. La educación sólo es un tema que les interesa para construir un represivo aparato político y hacer de ella un valedor ideológico oficialista. Ni tan siquiera los condescendientes postmodernos, atentos a la benevolencia gubernamental, han podido otorgarle consistencia al Socialismos del siglo XXI.

Así, fracasado el intento por constitucionalizar la ética socialista en la educación, instituir el pensamiento único y concederle rango constitucional a las misiones educativas, el gobierno, igual como lo hace con otras actividades del país, pretende hacernos subsidiarios, por decretos y procedimientos burocráticos, de lo que el pueblo les negó el 2 de diciembre pasado.

Ya veremos las exigencias de pureza ideológica diseñada, seguramente en los laboratorios del Comando Francisco Miranda (lástima el uso del nombre de una figura tan universal como el Precursor), que le permitirán al ministro Acuña constatar el grado de pertinencia ideológica de la juventud venezolana, como requisito esencial para tener derecho a la educación.

Paradójicamente, quizás con impudor (no consigo adjetivo mas elegante), en el aviso ministerial se solicita a las universidades “mantener la articulación con este Ministerio para "unificar (¿) criterios" sobre el acceso a la educación superior. Precisamente, ninguno de los ministros de este gobierno han valorado jamás toda la inmensa masa crítica del país, parte de la cual les ha servido para escalar en la burocracia estatal existente en las universidades, al momento de tomar decisiones sobre políticas educativas... Ese desafío intelectual les atemoriza por lo que sólo queda apelar al recurso fácil de las razones de Estado (tan gratas al doctor J. Goebbels cuando pugnaba por la pureza del alma alemana para librarla del pensamiento burgués).

La revolución de la naturaleza que representa el profesor Acuña, siempre es impositiva, antidemocrática, con carencias terribles de cientificidad, fundamentos académicos y respeto por la pluralidad. El gobierno no tiene interés alguno por examinar con seriedad y con fundamentos académicos el problema de las limitaciones para ampliar el ingreso de los estudiantes a la educación superior, menos aún actuar con seriedad frente a los problemas de exclusión. Esto último sólo es un estribillo que utiliza para acusar a las universidades de elitista y despreocupadas por la justicia social.

¿Cómo hacemos, se pregunta siempre el Presidente de la República, para que no exista un solo estudiante que no sea revolucionario? A lo que de forma obsecuente el ministro Acuña responde “extendiendo la ética socialista del gobierno”, a pesar, insistimos que tal predicamento no posee asidero teórico alguno en los vericuetos ideológicos del oficialismo.

La amenaza actual es la continuación de los Cinco Motores de la Revolución, derrotados el 2 de diciembre, particularmente el Motor Moral y Luces. De las políticas educativas que han creado un sistema educación paralelo bolivariano de pensamiento unidimensional. De la misión ciencia, que tanto dislates hace cometer a Rigoberto. También de los objetivos de la Misión Cultura que propicia un hombre nuevo incontaminado, y en el reciente organismo concebido para escribir la historia oficial, denominado Centro Nacional de Historia, cuyo principal objetivo es corregir las deformaciones de la historia burguesa y procurar espacio suficiente a las hazañas del presidente Chávez, con los respectivos ritos, y fechas de los epígonos del socialismo del siglo XXI.

Finalmente, para no dejar de lado ninguna de las características de los revolucionarios de pensamiento único, sin ambages, ni cuido del estilo, nos advierte que tendrán disponibles a sus guardias rojos, comprobando el correcto comportamiento político de las universidades. Se pondría en marcha el panóptico ideológico del ministro Acuña, quien: “solicita a la Comunidad Universitaria ejercer la contraloría social (vigilar y castigar) en procura de garantizar procesos inclusivos accesibles a todos los miembros de la sociedad“.

Bien podemos preguntarnos ¿por qué el gobierno ha hecho tan poco para que ese cometido de justicia se cumpla? ¿Dónde están los responsables que no han cumplido con las diligencias que les demanda la sociedad? Hacia estos problemas debería volcarse el espíritu revolucionario del Ministro.

Tiene la palabra el Consejo universitario y todos los que nos sintamos obligados a defender nuestra universidad libre democrática y autónoma.

¡Impermeables al desaliento!

Miseria para todos

Por Nelson Maica C.

“He sido rica y he sido pobre; ser rica es mejor”.
Sophie Tucker


Hemos oído hasta la saciedad la cantidad de planes y propósitos y cifras, hasta prestadas, con las cuales la voz del régimen edulcora todas sus intervenciones públicas, sobre todo, las televisadas, abusando de la audiencia y de la salud pública. Realiza un desmedido esfuerzo por querer demostrar el éxito económico de su régimen, algo que no ha podido lograr, a pesar del interés común que despierta el tema. ¿Por qué más gente y recursos se van en vez de venir?

Hagamos un ejercicio imaginativo. Y usted, apreciado amigo(a), abrió un negocio de venta de arepas rellenas y/o empanadas en un espacio de su casa, en cualquiera de nuestros pueblos, porque cerraron la empresa en donde usted trabajaba y/o porque usted es, naturalmente, responsable y tiene familia, no es opositor ni afecto al régimen y no está en alguna de las listas segregacionistas puestas en práctica por este régimen y se cansó de buscar un cargo en el régimen, pero se los otorgan a los mas allegados, a los dirigentes del proceso y, desde luego, no se va a quedar con los brazos cruzados. Tiene que trabajar. Tiene que responderle a su familia. Tiene que comprar los ingredientes, pagar servicios y su mano de obra y/o empleados para producir las arepas y/o empanadas. Hace su cálculo de costos cada día.

La única forma que usted tenía para saber si las personas (el público) querían y compraban sus arepas y/o empanadas era producirlas y ofrecerlas en venta. Cuando notó que las vendía, entonces se percató de que valían tanto o más que los ingredientes, que los componentes: harina pan, carnes, pescados, vegetales, salsas, gas, luz, alquiler, aliños, su trabajo, impuestos, permisos, etc. Volvió a las cuentas al final de un cierto periodo y precisó: la diferencia entre el precio final y los costos dejan ganancia, entonces, se dijo, tengo una actividad económica productiva y cumplo una función social. Mantengo a mi familia y cumplo con la sociedad y el estado.

Bueno, apreciado amigo(a), para que usted y su familia lo tengan claro: el socialismo, el comunismo, que trata de “implantar a juro” este régimen, niega las ganancias, niega el lucro, niega la actividad productiva individual, niega la iniciativa privada, eso no puede permitirlo el socialismo, comunismo por eso es que la voz única del régimen dice a cada momento que hay que ser pobre, que es malo ser rico. Cuanto ofrece este socialismo, comunismo, es miseria igual para todos, menos para quienes tienen cargos en el régimen, porque administran la riqueza de todos. Ahí está la escasez, como en Cuba, las colas para comprar productos básicos para la vida y, ahora, también, luz, gas y gasolina y aceites en algunas poblaciones, como por ejemplo en San Fernando de Apure, San Juan de Payara, Cunaviche.

Si hay desarrollo económico, producción y crecimiento, ¿por qué hay escasez? ¿Por qué tenemos que hacer colas? Ahora inflación, escasez, inseguridad y el régimen aliado de las guerrillas y el narcotráfico, para colmo. Buscando “conflictos” internacionales para ocultar su fracaso e incapacidad interna y “tomar aire” internamente. Pero el pueblo sabe y siente que ya no lo representan. Así que…

¿Qué le parece? Con razón andan rasgándose las vestiduras y comprando todo tipo de armas. Hablando de guerra y no de paz. Tratando de perpetuarse en el poder. No quieren entregar el poder. Andan rebuscando “mañas” para desconocer el mandato del pueblo. ¿Usted quiere vivir en la miseria como la mayoría de los cubanos? No. Entonces alístese. Rescatemos la democracia plural. SI a la libertad. ¡El pueblo los rechazó el 2D2007 y dijo NO al comunismo, NO al militarismo, NO al continuismo!

La ley no se cumple, ergo cámbiese la ley

Por Yulen Ariza Rossy

Decía Edmund Burke que la jurisprudencia es la primera de todas las ciencias y orgullo del intelecto humano, la razón colectiva acumulada a lo largo de los siglos, en la que se combinan los principios de la justicia original y la infinita variedad de intereses humanos.

Recientemente he oído críticas al sistema jurídico anglosajón de la Common Law por estar principalmente basado en la jurisprudencia. El fundamento de dichos ataques: el ensalzamiento de la legalidad frente a la manipulación y tergiversación a las que, supuestamente, parece ser más susceptible la normativa jurisprudencial. Sin embargo, son muchas las leyes que en España no se cumplen. Por motivos políticos, sin ir más lejos, la ley de banderas, y por motivos prácticos, como consecuencia lógica de un sistema en que los exabruptos de los políticos se recogen habitualmente en normas legales cuyo cumplimiento es harto imposible, tanto por su exhaustividad como por la incompatibilidad que pueden llegar a tener unas leyes con otras.

En los últimos dos meses se ha vuelto a poner sobre el tapete del debate político la situación del aborto. Fruto de la controversia suscitada por las detenciones de médicos abortistas y las imágenes difundidas por los medios del Grupo Intereconomía la reacción de la izquierda, beligerante siempre con el orden moral, no se ha hecho esperar. El razonamiento que ha rodeado tanto el planteamiento de El País como el de la ejecutiva socialista da una vuelta de tuerca a la tan denostada situación de la legalidad española. Efectivamente, las cosas pueden ir a peor. Si la ley del aborto no se está cumpliendo, lo que debemos hacer, por tanto, es cambiarla y punto. Ampliarla. Se acabó el problema. Así no se incumple. A esto cabe alegar, otra vez con Burke, que "los crímenes, cuando se toleran, es que se prefieren".

En nuestro sistema legal parece que no existe necesidad de manipular la ley; se cambia al antojo del consumidor y se acabó el problema. El incumplimiento de la legalidad es una afrenta al Estado de Derecho, pero el tipo de propuestas que plantea el PSOE demuestra algo peor: la voluntad del progresismo por subvertir los principios básicos sobre los que se asienta el Estado y el mismo Derecho. Asumiendo la teoría del mal menor, y puestos a elegir, es preferible que la clase dirigente tenga que hacer malabarismos para reinterpretar una sólida y asentada tradición jurídica, a la revolución pura y simple.


La dignificación del crimen

Por Trino Márquez

Después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, a Colombia le ha costado un enorme esfuerzo construir y, sobre todo, mantener las instituciones democráticas. A la hermana República nada le ha sido fácil.

Evitar que la confrontación política y social se desborde, y la nación se desbarranque por el precipicio de la guerra civil, ha sido una tarea titánica para la mayoría de los gobiernos. Las plagas que la han azotado son peores que la peste negra que diezma a la Europa medieval. Guerrilla (que va desde las corrientes marxistas radicales hasta los bolivarianos más rabiosos), narcotráfico y paramilitares son algunos frentes donde los gobiernos han tenido que batirse. Pablo Escobar y los “extraditables” causaron estragos durante la década de los 80 y parte de los 90. El M-19, en 1985, organiza una de las operaciones más violentas y audaces de las que se tenga memoria en América Latina: el asalto al Palacio de Justicia. Allí toman como rehenes a los magistrados de la Corte. Ese episodio culmina con la muerte de la mayoría de los magistrados y de los subversivos que asaltan el edificio, y se convierte en símbolo de la lucha sin cuartel entre el Estado y los grupos que querían destruirlo para implantar una dictadura o el caos total.

En medio de un ambiente tan adverso, Colombia, sin embargo, alcanza dos metas muy importantes. La primera, logra que su economía crezca de forma constante desde comienzos de los años 80, durante la llamada “década perdida”, cuando la mayoría de las naciones del continente, agobiadas por el peso de la deuda externa, están sumidas en la depresión. La otra, asienta la legalidad democrática. Sin contar con divisas petroleras para mantener a todos los grupos contentos, el Estado puede sortear las tremendas dificultades de un entorno tan turbulento, y preserva las instituciones y la paz en medio de los ataques continuos y por distintas vías de los extremistas. Tras la salida del poder del general Gustavo Rojas Pinilla en 1957, en esa nación cada cuatro años se han alternado gobiernos electos por el pueblo.

Sin embargo, este inmenso esfuerzo realizado por los gobiernos y por la sociedad colombiana desde hace más de medio siglo, no ha sido comprendido ni apreciado por las FARC. Su máximo jefe, Manuel Marulanda, junto con Raúl Reyes y Jorge Briceño (el “Mono Jojoy”), los otros dos líderes visibles, lo que han hecho a lo largo de todas estas décadas es conspirar contra la posibilidad de que Colombia se enrumbe definitivamente por la ruta de la estabilidad y el desarrollo. Desaparecido Pablo Escobar, legalizado el M-19, reducido el poder los carteles de la droga, minimizada la capacidad operativa de las Autodefensas, las FARC se levantan como el principal obstáculo para que se normalice la vida política en esa nación. La tozudez de los insurgentes, y su incapacidad para plantear una salida sensata y factible que permita reducir las inocultables desigualdades sociales existentes, no mayores que las de cualquier otro país latinoamericano, incluida Venezuela, han hecho que esa fuerza militar carezca por completo de apoyo popular, especialmente entre los campesinos, víctimas permanentes de sus atrocidades.

Desde hace más de tres décadas las FARC dejaron de ser la representación de aquella guerrilla, con visos de heroicidad, que se extiende en América Latina después del triunfo de Fidel Castro en Cuba. Desde los años 80 sus acciones consisten en asesinatos a mansalva, secuestros, extorsión, cobro de vacuna, asociación estrecha con los narcotraficantes, intimidación, mutilaciones, atentados dinamiteros en lugares públicos, incluso de esparcimiento. En esos episodios de violencia y muerte no hay nada de heroísmo, ni altruismo. No hay nada digno de rescatar. Solo el desprecio por la libertad y la democracia, el culto desmedido a la violencia, la apología del odio, la glorificación del resentimiento.

Los colombianos, sobre todo los más pobres, quisieran saber qué piensan las FARC acerca de temas como el empleo, el desarrollo económico, la modernización del país, la mejora de la infraestructura, los cambios en la educación y la salud, el perfeccionamiento del sistema de seguridad social, la eliminación del narcotráfico. Quisieran saber qué piensan en torno de los problemas cuya resolución podría permitir construir una nación más próspera y más equitativa. Pero, de ninguno de estos temas hablan los guerrilleros. No lo hacen porque no conocen a Colombia, ni al planeta. Se desligaron de ambos. Viven en un mundo donde prevalece la fuerza bruta sobre la razón y la inteligencia.

A ese grupo de desalmados, ignorantes y psicópatas es a quienes Hugo Chávez pretende dignificar. Elevar a la categoría de héroes. Lavarles el rostro para mostrarlos como apóstoles de la justicia y paladines de la lucha legítima de los desamparados contra la oligarquía. La defensa que hace Chávez y su Gobierno de las FARC es injustificable por donde se le examine. Representa una ofensa al valiente pueblo colombiano y a los familiares de las miles de personas que han sido víctimas directas de esos forajidos. Las acciones de las FARC no son políticas, sino delincuenciales, pues se adelantan en una nación que no se ha dejado encantar por los radicales que propician la violencia y niegan la democracia, sino que, al contrario, concentra sus fuerzas para mantenerse con decoro en el marco de la libertad.

Las FARC se encapsularon como un quiste maligno que se resiste a disolverse y que se mantiene al acecho para atacar en el momento en el que el cuerpo social se debilite. Ellas encarnan el pasado militarista, caudillesco, embrutecido e inmoral de la barbarie premoderna. El “autogol” que se metió Chávez, según la expresión de Laura Restrepo, la escritora más reconocida de Colombia y una de las mejores del continente, explica por qué la proposición de darle status de “fuerza beligerante” a esos desalmados no encuentra eco ni siquiera en la izquierda neogranadina.

La gran paradoja de todo esto es que quien pretende dignificar a las FARC y plantea sacarlas del grupo de organizaciones terroristas, es el mismo que mantiene presos a Simonovis, Forero y Vivas, y que cuando la disidencia ofuscada pone un triqui traqui en cualquier lugar de Venezuela o arma una guarimba impertinente, inmediatamente sale a calificarla de fascista, golpista y terrorista.

El intercambio humanitario

Por Valentín Arenas Amigó

Ahora que el humanismo revolucionario está de moda vale la pena recordar este humanismo en el caso de los tres rehenes colombianos. Esta es la historia.

Una organización reconocida mundialmente como narcoguerrillera secuestró en el año 2003 a dos ciudadanos del hermano país que nada tenían que ver con el enfrentamiento entre un gobierno legítimo y unos delincuentes aspirantes a revolucionarios financiados con el tráfico de drogas. Durante esos años el sentimiento humanitario estuvo absolutamente ausente hacía estos seres inocentes víctimas de una actuación político-delincuencial a la que eran absolutamente ajenos.

Sorpresivamente, después de tantos años de cautiverio, el sentimiento humanitario de los secuestradores afloró como por arte de magia en medio de una coyuntura muy especial.

La simpatía del Teniente Coronel con las FARC se manifestó después de que las actuaciones erráticas y populistas (¿por qué no te callas?) del Presidente de Venezuela confirmaron ante el mundo la naturaleza autocrática-totalitaria del régimen e internamente cuando el pueblo venezolano le dice NO al intento de constitucionalizar un régimen como el cubano. Es en esta situación de profunda crisis, externa e interna, cuando hace su aparición, con un gran despliegue mediático por cierto, el humanismo tanto en la guerrilla colombiana como en el régimen de Venezuela que, “hermanados”, se presentan al mundo como “hermanas de la caridad”, en la mejor disposición de colaborar y ser protagonistas de un intercambio humanitario de presos delincuentes por secuestrados inocentes, pero como esto les fracasó, el profundo sentimiento humanitario los obligó a liberar, por lo menos, a tres secuestrados, pero siempre a través del Teniente Coronel venezolano, a quien necesitan “oxigenar” y rescatar de la difícil situación que atraviesa, agravada por el escándalo del maletín Antonini-PDVSA que ahora investiga nada menos que un Fiscal Federal del Imperio.

Situación esta de gravedad extrema. La verdad puede derrotar a la mentira. Se dispara la alarma y se prende la luz roja. Los panas son para ayudarse en las situaciones difíciles, piensan, y ésta es una de ellas. El mensaje político está bien claro: el show montado para la liberación de estos tres inocentes se utilizó como un salvavidas lanzado a ese mar embravecido del caso Antonini-Wilson, un escándalo que amenaza con hacer zozobrar a la revolución bolivariana con Comandante y todo. Y ahí lucharon en los espacios mediáticos del mundo entero los dos gigantes: el tardío y sorpresivo humanismo encarnado por las FARC, y el Imperio empeñado en saber, no lo que había en el maletín, sino el verdadero significado de esos $. Humanismo simulado vs. la Verdad que revelará la justicia.

Y en medio de este intercambio humanitario de ciudadanos de otros países el venezolano se pregunta, con razón, ¿por qué todo ese derroche de humanismo de última hora no se practica aquí en Venezuela, acogiendo el clamor nacional de que sean liberados todos los venezolanos presos y perseguidos por el único delito de disentir del régimen?

Liberadas las dos rehenes colombianas, ¿el T.C. tendrá tiempo ahora para gestionar que las FARC libere también a los venezolanos que tiene secuestrados? El silencio confirmaría que el humanismo fue un show con motivos políticos.

Gran Colombia

Por Luis Marín

El reconocimiento de las FARC y el ELN como fuerzas beligerantes no puede entenderse como una solicitud hecha al gobierno colombiano, que sería a todas luces improcedente e impertinente, sino como una declaración unilateral, que causa estado. Esta declaración no modificó el status de los grupos terroristas, que lo siguen siendo, pero sí el del Estado que los acoge, que en consecuencia se convierte en un Estado protector de terroristas.

Ante las abrumadoras evidencias de la presencia y operaciones de estos grupos en territorio venezolano, el régimen optó por darles reconocimiento y tratar de legalizar el concubinato. De manera que las interrogantes deben orientarse a dilucidar cuales son las consecuencias que pueden derivarse de la nueva situación. Un dato duro no indiscutible es que se consideran legales en Venezuela los que el resto del mundo considera como delincuentes.

Lo nuevo no son los hechos, porque bastaría recordar que los militares del grupo anti secuestro y extorsión que capturaron y entregaron al canciller de las FARC, Rodrigo Granda, están presos bajo cargos de "traición a la patria"; mientras que Granda fue liberado por el gobierno colombiano y se fotografía triunfante en Miraflores junto a otros jefes guerrilleros y la flamante senadora Piedad Córdoba. La novedad es la declaración oficial del Ejecutivo, refrendada por la llamada Asamblea Nacional, que reconoce lo que antes ocultaban: que los movimientos guerrilleros colombianos tienen un "proyecto bolivariano, que aquí se respeta". ¿Y qué proyecto "bolivariano" puede ser ese? No hay que devanarse los sesos demasiado. Todo el mundo sabe cual es el proyecto bolivariano, expresado de manera inequívoca en el Congreso de Angostura de 1919, que tanto se cita en estos días, por el mismo Bolívar: "La reunión de la Nueva Granada y Venezuela es el objeto único que me he propuesto desde mis primeras armas". Ese Congreso decretó la creación de Colombia, formada por los departamentos de Venezuela, Cundinamarca y Quito, a los que se unió después Panamá. Así que la pregunta que es necesario formular a cualquier autoridad responsable del país es si realmente cree viable el ideal "bolivariano" de la Gran Colombia.

El proceso de destrucción de la institucionalidad venezolana tiene como final culminación la desaparición misma de la República, para fundirse en un ente transnacional, tal como lo preveía el proyecto de nueva constitución derrotado el 2 de diciembre pasado.

Por lo pronto, las FARC han creado una fachada política llamada "Movimiento bolivariano para una nueva Colombia", para darle concreción práctica a estos proyectos, aparentemente quiméricos. Pero ¿tienen las FARC algo que perder en un negocio tan chivato? En absoluto. Al fin y al cabo, de tomar el poder en Colombia, nadie podría creer que van a respetar ningún acuerdo, de esta o de cualquier otra naturaleza. En cambio, sí pueden sacar mucho provecho inmediato de estos planes, por delirantes que luzcan a largo plazo. Las FARC y el ELN serían avanzadas armadas en el territorio colombiano, mientras en el lenguaje oficial ya se ha hecho familiar la expresión de que en Venezuela nos encontramos "en la retaguardia".

La fórmula de la izquierda ortodoxa llamada Polo Democrático (quizás no por casualidad parecido al Polo Patriótico venezolano) que aspira alcanzar el poder por elecciones, pero sin declinar la continuación de la "lucha armada", es una reminiscencia de la época ya remota de los frentes nacionales anti coloniales, promovidos por Moscú, que combinan un movimiento político partidista, "de masas", con un "brazo armado".

Visto del lado colombiano, ¿cómo puede percibirse un viraje como este? Un hecho concreto imposible de ignorar es que, de acuerdo con el derecho internacional, constituye un acto de agresión: "La protección otorgada a una banda armada que intente la invasión de otro Estado, así como la negativa a retirar a esta banda armada toda ayuda o protección, después que el Estado amenazado lo hubiere pedido".

Por su parte, los EEUU podrían verse también atrapados por su sistema legal, que ha establecido una serie de medidas contra aquellos Estados de los que se sospeche que promueven o protegen organizaciones terroristas; con tanto más razón estarían obligados a actuar contra quienes lo hacen flagrantemente y en forma tan desafiante. El problema es que todo esto se esté haciendo precisamente con el propósito de propiciar un conflicto del que se esperan obtener réditos políticos, militares e ideológicos. Ciertamente, es cosa conocida que el estado de guerra es un estado de excepción permanente y generalizado, en que se pueden tomar medidas represivas y de control de la población imposibles en épocas de paz.

En la nueva constitución que fue rechazada el 2D pasado, se había adelantado la intención de abolir la libertad de información y el debido proceso, cosas que se pretenden hacer ahora propiciando un conflicto exterior o interior. Las respuestas de los venezolanos y colombianos que adversen esta chifladura no pueden ser rituales ni predecibles. Lo peor que se puede hacer ante una amenaza como esta es subestimarla; como no hacer nada ante la mentira, la calumnia y el chantaje. Por ejemplo, ante las acusaciones insultantes contra los militares colombianos, norteamericanos, aunque antes contra israelitas y en verdad contra cualquiera, no puede responderse solamente con un ritual "exhiba las pruebas", que todo el mundo sabe que no existen. El problema es otro: ¿qué hacer en términos prácticos cuando alguien adopta una línea política cuyo eje central es el insulto y la difamación, completamente infundados?

Ya escribía Hannah Arendt al final de la Segunda Guerra Mundial que: "el gobernante totalitario procede como un hombre que persistentemente insulta a otro hombre hasta que todo el mundo sabe que el segundo es su enemigo, así que puede, con alguna plausibilidad, ir a matarle en defensa propia."

Pongamos otro ejemplo doméstico. En la misma alocución en que se pide el reconocimiento para las FARC y el ELN como idealistas bolivarianos, se utiliza el caso del estudiante Nixon Moreno, asilado en la nunciatura apostólica, para arremeter contra el Nuncio de su Santidad el Papa y contra toda la Iglesia. Nixon Moreno sería un violador, alguien que usa armas para disparar contra la policía, en fin, un delincuente. Estaría muy mal que Nixon o el Nuncio exigieran "las pruebas", porque ¿qué dicen esas pruebas que cualquier transeúnte conoce, aún sin estar familiarizado con el caso? Que la agente supuestamente víctima del intento de violación (no fue violada) se retractó de su declaración inicial en que, inducida por una entrevistadora del canal 8 del Estado, había señalado a Nixon Moreno dentro del grupo agresor. Que el jefe de seguridad de la gobernación del Estado Mérida declaró ante la comisión de la llamada Asamblea Nacional que investiga el caso, que la agente nunca acusó a Nixon Moreno de intento de violación, sino que dijo que habría disparado contra su compañero; por lo que la acusación de intento de violación estaba totalmente descartada por esa oficina. A todo evento, tampoco era posible que hiciera una cosa ni la otra porque para ese momento Nixon Moreno se encontraba en un hospital, víctima de múltiples heridas de perdigones disparados por la policía. Eso dicen las pruebas; pero ¿sirven para algo?

En contraste, este mismo régimen utiliza el nombre de Emmanuel, hijo nacido en cautiverio de una rehén de las FARC y, por tanto, producto evidente de una violación, para denominar una fallida operación propagandística. Imposible dudar que las FARC y el ELN utilizan armas y sí que disparan no sólo contra la policía, sino contra soldados y sobre la población civil indefensa. No obstante, no son delincuentes y aquí "merecen respeto". Este contraste tan grotesco pone de relieve una auténtica insania moral. No es posible inscribirla dentro de un procedimiento racional, por lo que el desafío que plantea es mucho mayor que el de una contienda política ordinaria.

Los venezolanos, que nos creíamos librados del delirio de la Gran Venezuela, ahora nos encontramos pavorosamente inmersos en el mucho peor y más peligroso delirio de la Gran Colombia. Decir que está en juego la existencia de la República por primera vez no es un artificio retórico, sino una aterradora realidad.

Cortesía de Democracia Cristiana

17 enero 2008

Cristianismo social

Por Nelson Maica C.

“Todo aquello que sofoca la individualidad, sea cual sea el nombre que se le de, es despotismo”.
John Stuart Mill


En la Iglesia de Inglaterra, por supuesto, distinta a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, surgió el cristianismo social a mediados del siglo XIX; apoyó el cooperativismo y difundió la idea de que el socialismo era el resultado del desarrollo del cristianismo pero basado en principios cristianos. ¿Entendible?

Sus principales exponentes fueron Juan Frederick Denison Maurice (1805-1872, teólogo y socialista ingles), Charles Kingsley (1819–1875, escritor británico) y John Ludlow (1821–1911, líder del socialismo cristiano).

La idea inglesa del socialismo cristiano se extendió rápidamente a Alemania, sobre todo, apoyando el desarrollo del cooperativismo. Se le atribuye a Federico W. Raiffeisen (1818-1888) la constitución de las cooperativas agrícolas en Alemania y las de créditos rurales, las cuales disminuyeron las tasas de interés, estimulando los créditos en la actividad agropecuaria y por tanto su desarrollo. La primera de estas cooperativas fue creada en 1862 y dio origen a otras cooperativas y, después, a la constitución, en 1877, de la Federación Alemana de Cooperativas.

Se debe recordar, también, a Schulze Delitzsch (1808-1883) quien, además de hacerle propaganda a las ideas de Raiffeisen, organizó congresos, redactó el proyecto básico de la ley alemana de cooperativas y favoreció el desarrollo del crédito urbano. Ambos, Delitzsch y Raiffeisen, contribuyeron en echar las bases de la metodología y de la teoría del cooperativismo en Alemania. Apoyaban a la clase trabajadora y animaban a los ricos a practicar la justicia y la caridad inspiradas en el espíritu del compañerismo cristiano inglés, fomentando la cooperación más que la competencia o rivalidad entre los trabajadores. ¡Jamás por la fuerza bruta ni por ley! ¡Jamás violentando la propiedad privada! ¿Parecido a las cooperativas “a juro” y “por ley” que se pretende instaurar, por ahora, en Venezuela?

La primera diferencia que notamos entre la idea del socialismo cristiano inglés y la concepción liberal es en cuanto al desarrollo de la libertad individual y, a partir de ésta, el progreso de la sociedad. ¡Progreso basado en la libertad individual! Hacia mediados del siglo XIX, muchos liberales desarrollaron un programa más pragmático que abogaba por una actividad constructiva del Estado en el campo social, manteniendo la defensa de los intereses individuales. En este sentido la Iglesia de Inglaterra se proclama defensora del cooperativismo al estilo inglés.

John Stuart Mill (1806-1873) –liberal- no negó ciertas contradicciones de la sociedad capitalista, por ejemplo, la mísera situación de la clase obrera en aquel tiempo, la influencia nociva de la competencia de entonces, la explotación del trabajo infantil y femenino, desarrollando como solución proposiciones acerca de la organización de sociedades cooperativas; al respecto, influyó para que se promulgara en 1852 la primera ley en el mundo que de manera específica regulaba el fenómeno cooperativo: La Industrial and Provident Societies ACT.

John Stuart Mill propugnó la creación de cooperativas de trabajo asociado en un contexto de mercado para conseguir una “revolución moral” y un “ordenamiento más beneficioso de los asuntos industriales”.

Traemos, al presente, a otro afanoso observador del cooperativismo como lo fue León Walras (1834-1910, revolución marginalista y teoría del equilibrio general), quien además fundó una revista en 1866, “La Travail”, dedicada al asociacionismo cooperativo. Para él, las cooperativas ”cumplen su gran papel económico que no es suprimir el capital, sino hacer que el mundo sea menos capitalista, y también un papel moral, no menos considerable, que consiste en establecer la democracia en el mecanismo de la producción…”.

Es oportuno recordar que en el enfoque liberal se parte del análisis del hombre económico que se encuentra en la sociedad, en la que su individualismo compite con el de los restantes miembros de la misma y que la propia existencia de la sociedad resulta posible únicamente como una asociación también comercial (de trabajo y de cambio) entre las personas. Este enfoque metodológico se caracteriza por tratar de explicar la conducta económica del hombre sin referencia al tiempo o al lugar, sin el análisis de la historia, exponiendo el surgimiento de la cooperación y el cooperativismo como producto de las circunstancias. Ahí los hechos.

Para muchos estudiosos, también se considera al cooperativismo como una expresión de la propia naturaleza humana y al capitalismo como una forma eterna y natural de producción, que puede evolucionar con movimientos como el cristianismo social inglés y dar paso a un sistema más racional, más equitativo, más moral.

¿Cuáles han sido los resultados de los “tipos” de cooperativismo en Venezuela? ¿Y del cooperativismo “robolucionario”, después de nueve años de régimen? ¿Por qué este régimen no respeta a la Iglesia Católica y a los venezolanos católicos? ¿Por qué insulta al Nuncio Apostólico? ¿Por qué los diplomáticos no repudian públicamente semejante conducta? ¿Por qué los católicos nos dejamos irrespetar de esa manera?

¡Los católicos debemos repudiar y protestar su insolencia! ¡Con la Iglesia Católica no te metas! ¡Virgen de La Pastora, renúncialo! ¡Que renuncie! ¡Que renuncien todos! ¡El pueblo le dijo NO al comunismo, al militarismo, al continuismo, a la reelección indefinida el 2D-2007. SI a la libertad y a la democracia plural!

15 enero 2008

De vuelta a la vida

Por Liliana Fasciani M.

Finalmente, las señoras Consuelo González y Clara Rojas fueron liberadas. Es una gran noticia. Diría que es la mejor de las noticias para empezar el año. Es, sobre todo, un inmenso alivio para ellas y sus familiares, después de seis largos años de angustia y sufrimiento.

Conmueve a cualquiera el emocionante reencuentro de Consuelo González con sus hijas y su pequeña nieta, el abrazo en el que se fundieron Clara Rojas y su madre. No cabe duda que ha sido un volver a la vida para todas ellas, pues aunque jamás perdieron la esperanza, tampoco pudieron, en todo ese tiempo, perder el miedo. Y el miedo es, precisamente, lo que más duele, lo que golpea y debilita sin cesar la esperanza. Porque no se sabe si están o no, porque no se sabe dónde ni cómo, porque no se sabe si algún día, porque no se sabe si tal vez… El miedo que se nutre de las dudas y las suposiciones, que devora la paciencia mientras cuelga de un hilo la fe. El miedo que siendo libre, confina.

Cautivas en la profundidad de la selva, aisladas del resto del mundo, en contacto únicamente con sus secuestradores, trasladándose constantemente de un campamento a otro en las más precarias condiciones, seis años son demasiados años de no vivir, de no ser libres, siempre con el riesgo de ya no ser. Sin embargo, ambas lograron vencer el miedo y sobreponerse a sus circunstancias. Es un acto de valentía su capacidad para la supervivencia. De alguna o de varias maneras la muerte les pasó rozando, pero ellas lograron esquivarla. No se sale ileso de un secuestro. Es una experiencia que deja profundas heridas, que marca como un hierro encendido la mente y el espíritu.
Consuelo y Clara han vuelto a la vida, pero sus vidas ya no son las mismas. Nada para ellas será nunca como antes. Durante su cautiverio, Consuelo perdió a su esposo y Clara tuvo un hijo. Aún deben enfrentarse a esta nueva realidad que mueve de sitio sus sentimientos. Especialmente para Clara, cuya criatura le fue arrebatada de su seno y, desde entonces, ha pasado de una madre sustituta a otra. Gracias a Dios, a pesar de todo, Emmanuel es un niño salvado, porque su madre ha sido liberada a tiempo.

Mientras tanto, dispersos en la selva, casi setecientas personas continúan viviendo al lado de la muerte, esperando que alguien les devuelva su libertad, esperando volver a la vida.

¿Los musulmanes son mejores que los nazis?

Por José Brechner

El principio ético, jurídico y político, indica que con los terroristas no se debe negociar, porque al hacerlo, automáticamente se los legitima, nos someten a sus condiciones y se los alienta a cometer más crímenes.

Doblegarse a los terroristas, es igual que subyugarse a la mafia. Si lo haces una vez, por siempre serás su esclavo y vivirás en el temor. Esa es la situación que confronta el mundo con el terrorismo islamista por más de 40 años, y todavía hay ingenuos que confían en el diálogo.

Los terroristas usan la conferencia sólo para aparentar racionalidad, adquirir cobertura mediática, disimular sus criminales objetivos, ganar tiempo, seguir enriqueciéndose, sumar adeptos y obtener más armas, de manera que cuando llegue la gran batalla, serán más fuertes. Los gobiernos laboristas de Israel, particularmente el de Rabin, sentaron desdichados precedentes, aceptando la convivencia con quienes ni siquiera reconocen su derecho a la existencia.

Hoy -bajo la fuerte presión de los norteamericanos y europeos, que exigen de Israel lo que nunca aceptarían para sus países- Ehud Olmert, que se volvió más izquierdista y ególatra que Shimon Peres, está cediendo ante las mortales demandas de los palestinos, aunque la causa palestina sea la mentira más grosera de la historia contemporánea, fabricada por los árabes para mantener viva la yijad.

Cuando pregunté a sobrevivientes del Holocausto: ¿Por qué no actuaron a tiempo contra el peligro nazi? Me contestaron que no podían imaginar que el pueblo de Goethe podría convertirse en lo que se convirtió.

Alemania era la exaltación de la cultura europea, y sin embargo volvió a la barbarie. Los árabes viven en la barbarie, son un millón de veces más incivilizados y asesinos que los nazis. Hubo alemanes que arriesgaron su vida por salvar judíos, tenían mayor sentido humanitario que los musulmanes.

El 2000, guardias palestinos detuvieron a dos reservistas israelís que equivocaron su ruta e ingresaron a Cisjordania. Fueron llevados a una estación de la policía palestina en Ramallah, donde la turba ingresó al recinto en complicidad con los gendarmes, los tiraron desde el segundo piso a la calle, les arrancaron los ojos y los destriparon vivos, luego se exhibieron eufóricos con las manos ensangrentadas.
En 1970, cuando Yasser Arafat comandaba Al Fatah, sus fedayines invadieron una guardería infantil al norte de Israel, asesinaron a las niñeras, tomaron a los bebés y los arrojaron violentamente desde el techo destrozándolos contra el suelo. Esos fueron los comienzos del terrorismo palestino. Una de las pruebas que debían pasar los fedayines durante su entrenamiento, consistía en matar gatos con los dientes.
Si alguien considera que el conflicto con los palestinos o los islamistas, puede ser resuelto alrededor de una mesa, es porque no tiene idea de la clase de individuos con que se está lidiando.

Los tiernos pacifistas occidentales deberían irse a vivir por un tiempo a algún país musulmán, tratando de practicar su propia religión, ajena al Islam, y veríamos qué conceptos tendrían después de la experiencia, si es que sobreviven a sus anfitriones.
Los alemanes eran considerados ilustrados y refinados, y sin embargo crearon Auschwitz. Nadie puede vislumbrar lo que son capaces de hacer los musulmanes si no se los pone en su lugar a tiempo. Y el tiempo pasó hace mucho. Estamos en la cuenta regresiva, previa a la explosión nuclear que tiene planeada Irán y Al Qaida.

El fundamento contra el terrorismo, era, que con los terroristas no se negocia; se combate. Ese principio debe permanecer inalterable, de lo contrario Occidente seguirá perdiendo la perspectiva del peligro en que vivimos. Hay que dejar de escuchar las mentiras de los Ajmadineyad, Nasrallah, Abbas, Assad, Ashrawi, Haniya y demás Hitler del momento, para enfrentarlos de la única manera que ellos entienden; con la fuerza.

La tragedia de Hugo

Por Valentín Arenas Amigó

No estamos entre los venezolanos que ven a Hugo como un maluco que para nada le importa su país. No. Pensamos más bien que aunque la destrucción de Venezuela sea lo que realmente está logrando, no lo hace por maldad sino por una mezcla de incapacidad con la necesidad de exhibicionismo. La cosa opera así.

Hugo estudió para ser militar, dar órdenes o cumplirlas, pero no para la difícil tarea que es gobernar un país que requiere de mucha capacidad para el diálogo y la conciliación de intereses que no encaja en la mente de un militar. De pronto se vió Presidente de la República. Un salto al vacío.

Para empezar no supo rodearse de un equipo de colaboradores capaces que suplieran y disimularan su incapacidad para gobernar, más o menos. Consciente de esta realidad y con una necesidad cuasi patológica de “llamar la atención” y figurar como sea para compensar así la incapacidad que le impide poder exhibir una gestión de gobierno exitosa, se ve obligado para ser tomado en cuenta a utilizar la vía del escándalo o del show para lo que tiene condiciones excepcionales. Esto es lo que explica las fastidiosas cadenas, los insultos y las amenazas a personalidades siempre muy importantes para ganar, coleado de ellas, espacios u oxígeno en los medios, los continuos eventos a los que asiste dentro del país y fuera de él, sus repetidos viajes y el show publicitario llamado “intercambio humanitario” que intercambia a seres humanos como corotos y que no tiene nada de humanismo pues se utilizan a rehenes privados de su libertad hace más de cinco años para llamar la atención y equilibrar otros desequilibrios como es el escándalo del maletín Antonini-Pdvsa y el fracaso de la FARC que con medio siglo al margen de la ley no ha podido aún tomar el poder en Colombia. Ni podrá…

Esta realidad nos lleva a la conclusión de que la Sociedad Democrática Venezolana, cuya sobrada mayoría quedó confirmada el 2D y es por eso que el CNE no da el boletín final, necesita poner la agenda en el País, colocar a Hugo a la defensiva y por esta vía ganarse, con méritos propios, los espacios en los medios que no pueden estar más al servicio de un ególatra sino del interés supremo de la Patria y en beneficio de todos los venezolanos. Cobra así vigencia interna la frase de “Por qué no te callas” expresada ahora por un liderazgo que internamente consolide los valores de nuestra cultura cristiana y tradición libertaria, todo lo cual será de beneficio para todos los venezolanos quienes recordarán estos años como una pesadilla. Para lograrlo basta ya de bailar la música que ponga un Presidente enfermo de protagonismo. Hay que obligarlo a que baile la música de valores y de principios interpretados con cordura y coraje para construir, todos unidos, el País mejor que todos los venezolanos queremos tener. ¿O estamos ante un caso de insania mental?

14 enero 2008

Un millón de voces contra las FARC


El 4 de febrero del 2008 el Pueblo Libre de Venezuela se une a la convocatoria de París, y como en el mundo entero, se invita a una gran concentración internacional contra las FARC en todas las Plazas Bolívar para apoyar la liberación de los otros 774 rehenes secuestrados en la selva colombiana.

Una gran marcha internacional está siendo organizada en cada Plaza Bolívar de todas las ciudades y pueblos de Venezuela y en el mundo entero el 4 de febrero de este año. El pueblo colombiano y todos quienes lo apoyan van a concientizar la opinión pública mundial sobre el horror que vive a diario el pueblo colombiano a causa de un grupo terrorista: las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).

Un solo objetivo: que simples ciudadanos manifiesten ante el mundo entero el dolor de Colombia y decir simplemente:

NO MÁS FARC
NO MÁS ataques a las poblaciones más vulnerables
NO MÁS secuestros
NO MÁS masacres y asesinatos
NO MÁS acciones terroristas


Habrán manifestaciones, marchas, encuentros el próximo 4 de febrero en Colombia y el mundo entero: París, Nueva York, Londres, Madrid, Buenos Aires, Miami, Sídney, Barcelona, Munich, Toronto, Filadelfia, Boston, Quito, y aún más ciudades.

Las cifras de las FARC:
774 rehenes secuestrados actualmente en la selva colombiana (cifra oficial)
400 personas secuestradas en el 2007
6772 personas secuestradas está última década

Cortesía de Pueblo Libre

Comunismo a la vista

Por Nelson Maica C.

“Lo que distingue a la civilización de la barbarie es que en la primera las personas basan sus relaciones humanas en la persuasión y en la segunda las basan en la fuerza”.
Mark Skousen


Venezuela. ¿Sonó la alarma? ¿Seguirá sonando? ¿Y por qué antes no? Para algunos observadores de los centros de poder de Occidente no existe motivo de alarma. Nada se parece a lo ocurrido, por ejemplo, en 1917 ó 1945. Para otros, los supuestos resucitados partidos “comunistas" de ahora no tienen deseos de restaurar las dictaduras proletarias o revivir la confrontación con Occidente. Pero en Venezuela, país petrolero, se “tomo” el poder un Capitán General, ahora declarándose socialista, comunista con impunidad. ¿De repente? ¿Luego de 8 años?

Parece que los “observadores políticos” tienen la perspectiva de que desde las purgas "trotskistas" y "bujarinistas", los nomenklaturistas del aparato partidista, la policía política y la burocracia gubernamental, en aquellos Estados que abrazaron el credo comunista, compartían la evidencia de que el socialismo, comunismo, como futuro de la humanidad, era un cuento de hadas sólo profesado por algunos políticos tercermundistas y uno que otro académico occidental “izquierdoso”. ¿Errados?

La vida continúa y el activismo político también. El devenir está presentando su tipo de dirigentes para los actuales conglomerados humanos. Conglomerados que presentan sus cualidades, sus características, como por ejemplo, su aspecto mas o menos tecnocrático, militar, religioso, espiritualista, etc., y su educación les esta proporcionando gran numero de intelectuales con una visión mas planetaria, con mas conocimiento y contacto con muchas partes del planeta y sus progresos científicos y humanísticos y ecológicos.

Sin embargo, los nuevos socialistas, comunistas, parece que se siguen nutriendo con los directivos de empresas provenientes del viejo régimen socialista, comunista europeo. Reencauchados. Se han convertido en los guías de los procesos de transición en algunos países de la anterior influencia de la Urss. Esta presencia de miembros de la vieja nomenclatura socialista, comunista, parece comportarse en forma más profesional y pragmática que durante el pasado comunista ruso, al flexibilizar su nuevo comportamiento frente a lo ideológico, lo cual les ha permitido alianzas con los grupos liberales. Recordemos un poco.

En Europa central, los grupos políticos iniciales luego de la caída del socialismo, comunismo, se conformaron en partidos agrarios, democristianos, neo-liberales, liberales clásicos, social demócratas, ecológicos, etc. Los partidos agrarios se notaron mucho en Polonia y Hungría y, casi siempre, en combinación con los partidos comunistas anteriores. Llegaron al poder fuerzas políticas combinadas, nuevas y viejas estructuras, permitiendo cierta homogeneidad política y permitiendo la permanencia de ciertos funcionarios anteriores en la administración publica.

Este reacomodo de militantes de la cepa dirigente provenientes de los partidos comunistas, en miembros y fundadores de nuevas organizaciones políticas y económicas, durante la transición a la democracia plural, ha sido también posible por encontrarse esos dirigentes incrustados y agazapados en los aparatos económicos y políticos de la vieja estructura, en mejor ubicación que la oposición y la disidencia, así como, también, por la poca fuerza de los partidos democráticos nuevos. Lo favorable a los ex comunistas para su vida política fue su oportunismo político y las viejas tendencias reformistas dentro de los partidos comunistas que habían sido arrinconadas, casi eliminadas, durante la Guerra Fría y que al fin vieron una luz y lograron su proyección política. Seguiremos. ¿Quién responde a la alarma?

El pueblo de Venezuela respondió el 2D 2007 y dijo NO al comunismo en un 90%. SI a la libertad y a la democracia plural.A defender la vida, la familia, los bienes y la Patria. ¡Que renuncie! ¡Que renuncien todos! ¡El pueblo dijo NO a la reelección y al militarismo!

Corrupción y socialismo

Por Tony Rivera Chávez

El advenimiento de un sistema político basado en principios “teóricos” plenamente cargados de abnegación, sacrificios y ejemplos de austeridad, suponían una carga destructiva contra la corrupción y el uso de los mejores hombres para combatir la corrupción y sus sistemas administrativos.

Hasta la fecha se constata como la delincuencia Fiscal Organizada prevalece sobre la honestidad y el trabajo. Se dice que hoy día existen más depredadores de los Fondos Públicos que en el pasado, lo cual se relaciona con los altos ingresos provenientes del petróleo y la ostentación de los funcionarios públicos y sus aliados (lumpen gestores) ante una Venezuela miserable y harta de necesidades. Las respuestas en la Quinta (socialista) República han sido totalmente erradas, pues se basan en la burocracia, la cual no deja de ser parte de la administración pública teniendo entre sus defectos para tal fin la defensa política de los supuestos corruptos cuando son denunciados. Por otra parte, durante décadas y quizás siglos los “amigos de lo ajeno” dentro de los gobiernos se hicieron de la experiencia y picardía suficientes para pasar con pocas derrotas en sus actividades delictivas, saliendo sus miembros sin castigo. No en vano se toma como ejemplo “el chinito de Recadi” cuando existió una numerosa banda de recaderos (corruptos) del dólar ampliamente conocidos que no padeció para nada de prisiones o de castigos leves siquiera.

Podemos decir que la sabiduría de los corruptos (burochorócratas) no es comparable a quienes tratan de aplacarlos con el agravante de que hay mucho “controlador” que juega para el equipo de los malos hijos de la patria. No se combatirá la corrupción con “más de lo mismo de los mismos” y solo las asambleas de trabajadores de cada organismo, previa dotación de atributos legales, podrán discutir y recomendar la investigación de las actividades de quienes manejan los Fondos Públicos, además de participar en estas reuniones las comunidades hacia las cuales se destinan los bienes y/o servicios sujetos a la averiguación.

En estas asambleas, cuando se den evidencias sobre delitos, se pedirá un Fiscal Instructor especial para desde allí empezar la acusación y condena contra los malamañosos. Es una forma rápida, participativa y expedita para limpiar de indeseables la Administración Pública, a menos que todos sean culpables y no haya remedio para el flagelo. Sin embargo, cuando participa la gente y se nivela la jerarquía burocrática a la igualdad ciudadana, es momento cuando se saben muchas cosas ocultas. Los empleados en su mayoría son honrados y además conocen las practicas administrativas al detalle, pero si están presionados, aplastados y amenazados por la cúpula dominante en cada organismo, no hablan por el temor de ser despedidos y hasta llevados a un Tribunal por difamadores, pero si ocurre lo contrario y se apoya al común, otro gallo cantaría.

noskagamus2008@gmail.com

De cuando perdió a Rosalinda

Por Teódulo López Meléndez

Muy pocas horas el señor Chávez nos permitió a colombianos y venezolanos la alegría por la liberación de Clara Rojas y Consuelo González. En un discurso absolutamente violatorio del Derecho Internacional, reconoció como fuerzas beligerantes a la FARC y al ELN, por encima del único que tiene derecho a dar ese paso que no es otro que el Estado colombiano, condicionó las relaciones colombo-venezolanas a esa decisión y, violando la soberanía colombiana, procedió descaradamente a intervenir en los asuntos internos del vecino país, agregando un llamado al mundo para que deroguen el estatus de terroristas que con justicia le han colocado a los autores de innumerables crímenes.

El estado mental del presidente venezolano debe haber sido influenciado por la misiva que las FARC le enviaron con el ministro Rodríguez Chapín. En su delirio ahora cree tener dentro de Colombia a un ejército a su disposición, a uno que sueña unido a las Fuerzas Armadas de Venezuela combatiendo al ejército regular colombiano e imponiendo en el país vecino un régimen “revolucionario” como el que continúa pretendiendo establecer aquí.

La respuesta de Colombia ha sido prudente, enumerando apenas las razones por las que las FARC y el ELN sí deben ser considerados terroristas, pero la apertura de una oficina de alguna de las dos organizaciones en Caracas –ya el otorgamiento del estatus formal de beligerante- va a terminar con la paciencia diplomática de Colombia. No nos podemos aislar de la posibilidad de una ruptura de relaciones diplomáticas y si los hechos van más allá de lo actual –campamentos de las FARC en Venezuela y asistencia de todo tipo, según lo refiere la prensa internacional- no podemos descartar un conflicto bélico de grandes proporciones, uno que excedería a una confrontación armada entre ambos países para involucrar a toda la región y, sin duda, la intervención norteamericana.

Lo que Chávez ha hecho en su mensaje anual ha sido un verdadero acto de terrorismo internacional. Aunque hay que añadir de inmediato que ha dinamitado –para utilizar una de las expresiones que le endilgó al presidente Uribe- todas las posibilidades internas de paz en Venezuela. Al mismo tiempo que confirmaba sus relaciones estrechas y sus simpatías con la guerrilla colombiana, privilegiándolas por encima del Estado colombiano, ha dejado claro que sigue siendo el mismo, que todos sus gestos hacia una rectificación son falsos, que es un consumado actor para fingir humildad y que cuando recibe alguna “oferta tentadora”, como la que aparentemente ha recibido de las FARC, se vuelve a convertir en el lobo que pisotea todo entendimiento y deja en ridículo a quienes ingenuamente hablan de reconciliación y demás monsergas.

Chávez ha demostrado de manera meridiana que lo único que le interesaba de la fallida reforma constitucional era su reelección inmediata. A ella vuelve a referirse, sin ningún criterio jurídico, al hablar de un referéndum revocatorio convocado por él mismo contra él mismo, con la pregunta agregada sobre si se acepta su reelección por siempre. Ha hablado de “cosas menudas” para calificar a las necesidades de la gente, como el desabastecimiento, la inutilidad de la burocracia, la inseguridad y la inflación. Son menudencias, qué duda cabe, frente a sus apetitos de poder eterno.

Este mensaje del presidente ante la Asamblea Nacional sumisa, genuflexa y vergonzosa, muestra un desvarío de extremo peligro. Los venezolanos deben saber que estamos –al igual que ayer y anteayer- ante una situación de extrema emergencia, delante a un combate peligroso y lleno de escollos. De allí que reclamé –y reclamo- el silencio en que entró la oposición, la actitud pendeja de dejarse quitar la iniciativa política después de la victoria del 2D y la ineficacia de sus dirigentes. Debemos prepararnos para las elecciones regionales presentando los mejores candidatos, pero teniendo presente el enfrentamiento diario a que nos somete el desvarío mental del presidente. Propuse hasta el cansancio que se debía marchar contra la Asamblea Nacional, sin obtener respuesta a no ser del silencio. Quedó sí, otra vez, la oposición pintada en la pared por inepta, sin iniciativa, sin voz. No se puede limitar la lucha a preparar la lista de candidatos a gobernadores y alcaldes, es necesario estar preparados para lo peor, para las maniobras más ignominiosas, para las locuras convertidas en texto legal y retomar la lucha en todos sus aspectos, porque la falta total de escrúpulos y el irrespeto absoluto a toda forma de convivencia va a ser la norma. Como esa, insólito procedimiento, de dirigirse al Nuncio Apostólico para lanzarle que tiene en su sede diplomática a un delincuente, nada menos que el dirigente estudiantil Nixon Moreno con quien parece divertirse vertiendo todo su odio. A los únicos que respeta es a los guerrilleros de las FARC. En cualquier momento le dice a Sarkozy que es condición para el mantenimiento de relaciones con Francia la entrega de Carlos Ilich Ramírez.

El plano internacional presenta elementos de extremo peligro. Cualquier paso en la materialización de las increíbles palabras de Chávez en torno a las FARC y al ELN nos va a meter en un territorio donde nadie conoce resultados. Chávez parece decidido a involucrarnos en un conflicto bélico que excede a Colombia para pasar a ser un proceso destructivo de toda la región andina. De él no saldría bien librado, pero su constitución mental parece llevarlo a vivir situaciones límites, como en el caso del supuesto referéndum revocatorio donde ha advertido que se juega a Rosalinda, expresión tomada de una popular canción venezolana. Lo que no se ha dado cuenta es que ya se la jugó y que es cuestión de tiempo que la pierda, porque nadie sensato lo deja de ver ya como un peligro, como una anomalía, como un apostador compulsivo e insano.

Estado Social y Democrático de Derecho: Un compromiso traicionado

Por Javier Padrón Aguirre

En el Estado Social y Democrático de Derecho coexisten tres principios. En primer lugar, el Estado de Derecho cuya idea fundamental es la limitación del poder del Estado a través de la Constitución y las leyes; la existencia de un conjunto de derechos fundamentales que sirven como límites de la actuación del Estado; la garantía judicial efectiva de esos derechos fundamentales; la separación de poderes; así como la alternabilidad y la despersonalización del Poder Público.

En segundo lugar, tenemos el Principio Democrático, el cual implica que las autoridades más importantes del Estado deben ser elegidas por sufragio universal, directo y secreto y que las controversias más relevantes para la vida social deben ser resueltas mediante ese tipo de sufragio. Por último, tenemos el Estado Social que exige que el Estado intervenga en la vida social para efectuar las modificaciones necesarias para garantizar a los ciudadanos un nivel de bienestar básico y para promover la igualdad social; en otras palabras, hablamos de los derechos económicos y sociales y la procura existencial.

Históricamente, el Estado de Derecho es el primero de los principios. En efecto, con motivo de las Revoluciones Inglesa, Americana y Francesa se adoptó el modelo del Estado de Derecho, en el cual había una separación tajante entre Estado y Sociedad que impedía cualquier intervención estatal para modificar la realidad social y en el cual el sufragio estaba restringido a un grupo limitado de varones, propietarios con cierto grado de instrucción. Posteriormente, el sufragio se fue extendiendo a otros grupos de ciudadanos con lo cual presenciamos la introducción del Principio Democrático. Finalmente, como una forma de responder a la presión de los grupos socialistas o socialdemócratas, el Estado comenzó a asumir responsabilidad de carácter social para con los ciudadanos, con lo cual se introdujo el Principio del Estado Social.

El Estado Social y Democrático de Derecho es una fórmula transaccional para garantizar la coexistencia pacífica entre aquellos que consideran que la limitación del Poder del Estado debe ser el fin fundamental del ordenamiento jurídico (los liberales o libertarios no anarquistas), quienes consideran que la mayoría puede legitimar cualquier decisión política (los demócratas radicales) y quienes consideran que el Estado debe poseer amplios poderes para garantizar el bienestar social y promover la igualdad de oportunidades y de resultados (los socialistas o socialdemócratas). Evidentemente, estos tres principios pueden entrar en contradicción en cualquier momento ya que para los demócratas radicales y para los socialistas y socialdemócratas, los principios fundamentales del Estado de Derecho son un obstáculo para el pleno ejercicio de la soberanía popular o para alcanzar la igualdad social mediante el uso de los poderes del Estado.

De esa forma, hemos visto como uno u otro principio ha prevalecido durante diversas fases de la historia de la postguerra en Europa Occidental. Así, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, el triunfo electoral de partidos laboristas, socialistas, socialdemócratas y socialcristianos conllevó el inicio de una intensa etapa de nacionalizaciones, incremento de los impuestos sobre la renta y el capital e intervencionismo estatal. En efecto, creyeron que podían construir el socialismo mediante métodos democráticos, siguiendo el ejemplo que los Estados Unidos había iniciado con el New Deal durante la administración de Franklin Roosevelt.

No obstante, después de casi cuatro décadas de socialismo democrático, la dura realidad tocó a las puertas de los gobernantes y los ciudadanos. El socialismo democrático, las nacionalizaciones, los altos impuestos y el intervencionismo gubernamental habían quebrado a los Estados. El socialismo democrático había fracasado y la amenaza soviética crecía cada día más. Ante ello, el mundo occidental recurrió a su fuente original: el Estado de Derecho, la libertad individual y la iniciativa empresarial. Se aflojaron los controles gubernamentales, se disminuyeron los impuestos y se desreguló un poco la economía. Y ocurrió el milagro ya que ese pequeño respiro bastó para que las economías nacionales volvieran a crecer y para que la amenaza soviética se desvaneciera como producto de la competencia de la reserva más poderosa del mundo occidental: el Estado de Derecho, la libertad individual y la iniciativa empresarial.

No obstante, el Estado Social no murió. En efecto, sigue vivo extrayendo altos impuestos de la sociedad y pretendiendo devolvérselos a los ciudadanos mediante un sistema de bienestar social que progresivamente se hace inviable. Nadie tiene la valentía de señalar que esos sistemas de bienestar son insostenibles y que le arrebatan a la sociedad mucho más de lo que le devuelven. Por si ello fuera poco, los demócratas radicales, los socialistas y los socialdemócratas han vuelto a nutrir su discurso político de diatribas contra el Estado de Derecho y contra sus defensores, los cuales son calificados como fascistas, conservadores, derechistas y cualquier otro epíteto lleno de connotaciones negativas. Atrás quedaron los líderes socialistas y socialdemócratas que asumieron la realidad y que trataron de dar un nuevo rostro a la centroizquierda europea. No hay nuevos Tony Blair, sino socialistas obstinados y melancólicos que cuando no pueden dar marcha atrás a las reformas liberales, compensan sus complejos alabando o apoyando a caudillos izquierdistas del Tercer Mundo. No es el tiempo de Felipe González, sino de Rodríguez Zapatero.

Así, vemos como los demócratas radicales, los socialistas y los socialdemócratas no se conforman con la fórmula transaccional del Estado Social y Democrático de Derecho. No les bastó quebrar a sus Estados y casi sucumbir ante la amenaza soviética. Ahora quieren una nueva oportunidad para llevar a feliz término su proyecto de sepultar el Estado de Derecho, la libertad individual y la iniciativa empresarial. Nuevamente nos ofrecen una utopía socialista, la cual maquillan con ambientalismo, multiculturalismo y otras variedades ideológicas producto del odio hacia el capitalismo.

Desgraciadamente para ellos, ayer como hoy, las amenazas externas son demasiado importantes como para profundizar su proyecto y abandonar la tutela americana. Ayer tenían que acudir a los Estados Unidos para evitar que las tropas soviéticas almorzaran en Lisboa. Hoy tienen que recurrir a los americanos ante la amenaza del islamismo radical. Es curioso que los más encarnizados enemigos de la libertad, es decir los islamistas radicales, sean quienes impidan que Europa se suicide de la mano de los apóstoles del Estado Social.

No obstante, tarde o temprano, los apóstoles del Estado Social triunfarán y quebrarán nuevamente a sus Estados y nuevamente le darán un pequeño espacio al Estado de Derecho, la libertad individual y la iniciativa empresarial para que rescate a esas economías moribundas. Ante ello nos preguntamos ¿Hasta cuándo habrá que soportar este círculo vicioso? ¿Hasta cuándo los demócratas radicales, los socialistas y los socialdemócratas seguirán rompiendo el compromiso transaccional del Estado Social y Democrático de Derecho? Quizás sea tiempo de dejarlos asumir las consecuencias de sus errores en solitario amparados en sus cacareadas mayorías electorales. Quizás los auténticos defensores de la libertad deben negarse a colaborar en los gobiernos de quienes ni siquiera tienen la decencia de cumplir con las soluciones de compromiso. Quizás los auténticos defensores de la libertad sólo deban volver a gobernar cuando posean un claro mandato popular, fuera de la traicionada fórmula transaccional del Estado Social y Democrático de Derecho.

Los auténticos defensores de la libertad no pueden seguir haciendo el papel de tontos útiles de políticos resentidos, demagogos, irresponsables y traicioneros. Ya basta de ser el chivo expiatorio de su fracaso y su mediocridad.

El creador de José María Pumar

Por José Alberto Medina Molero

Hace prácticamente un mes se despidió, quedamente, de entre nosotros un gran venezolano y un sobresaliente narrador. Un ser que, conjugó honestidad y amor a su tierra, al campo, a la medicina y a las letras, las cuales movía con esa sapiencia del orfebre y la maestría del ceramista. Hablamos del Dr. José León Tapia, barinés de pura cepa y, por más señas, autor de una novela emblemática: “Barinas, tierra de Marqueses”.

Testigo de muchos de los avatares de nuestro convulso siglo XX, pues había nacido en la capital barinesa, en el no menos emblemático 1928. El Dr. León Tapía, logró llevar a la página el curso de la historia nacional de mucho tiempo atrás, novelando acontecimientos e incitando a la lectura en un país, que precisamente no se distingue por esa actividad del espíritu y del intelecto. De su pluma amena y talentosa salieron también: “Por aqui pasó Zamora”, “El Tigre de Guaitó” y la muy famosa en este régimen, “Maisanta, el último hombre a caballo”.

En palabras de Carlos Bermúdez, prologuista de “El Tigre de Guaitó”, se palpa la recreación novelada, que de la historia oculta tras la apergaminada, cincela el escritor: “Algo parecido hizo Sarmiento con Facundo Quiroga y los rastreadores y baquianos de las pampas argentinas. Y acá en Venezuela, el general Tosta García, cuando mezcla en la misma hazaña a Bolívar y Páez con “Malbañao” y “Cantabonito”, héroes también de Carabobo".

Su obra le valió ganar el Premio Nacional de Literatura (al cual renunció, por desacuerdos con el uso que se haría de su nombre por parte del gobierno al recibir el galardón). Esta, además de su faceta de médico con amplia figuración en su región llanera, le valieron siempre el reconocimiento de sus coterráneos, y en general del país, aunque dicho sea de paso éste último debió ser más caluroso y justo de lo que fue. Quiera Dios que nuevos venezolanos se acerquen a esa obra sencilla y compleja a la vez, sentida como el amor y dura como la vida.

Los miles de lectores que dejó, lo recordaremos siempre por haber creado al Márques José María Pumar, ese personaje de vida tan larga “que se escapaba de los recuerdos”.

Un gran adiós y un claro hasta luego al Dr. José León Tapia.

Terrorismo humanitario

Por Armando Ribas

La farándula creada alrededor de un hecho dramático, constituye una vez más un asalto a la moral y los más elementales principios de la justicia, es decir a la civilización. Como bien dijera Alberdi: "… no he visto que la civilización signifique otra cosa que la seguridad de la vida, de la persona, del honor y de los bienes...". Es decir que la civilización es la garantía de los derechos individuales fundamentalmente la vida y la libertad.

¿Qué derecho tiene un movimiento subversivo y criminal como la FARC de mantener rehenes, o sea privar de la libertad a innumerables personas, con el solo propósito de violentar un gobierno elegido libremente y que respeta los derechos individuales? Por tanto ¿en qué sentido se puede considerar que la propuesta de liberar a personas detenidas ilegalmente pueda considerarse un acto humanitario? Más aun cuando mantienen en condiciones infrahumanas a otras setecientas personas, entre ellas a Ingrid Betancourt, cuya última foto muestra la forma en que son tratados los rehenes, por si había alguna duda.

Según información creíble, las FARC tienen un apoyo político en la República Bolivariana. Es indudable la coincidencia ideológica del presidente de Venezuela, con el movimiento terrorista más antiguo de América Latina. Sábese igualmente que las FARC están asociadas al narcotráfico. O sea, que no debiera haber alguna duda de la condición criminal de este movimiento. Por tanto, la participación activa de Chávez para la supuesta operación Enmanuel muestra a las claras que más que un intermediario es un representante de dicho movimiento.

La diferencia entre Chávez y Marulanda no es otra que mientras el primero detenta el poder en Venezuela, el segundo lo busca a través de la subversión y el terrorismo. Esta colusión de Chávez con un movimiento subversivo que amenaza la legitimidad del proceso político colombiano constituye una injerencia en los asuntos internos de un país soberano del continente. Por tanto es indudable que esa acción constituye una violación del Tratado de Río de Asistencia Recíproca.

Como antes dije se ha podido comprobar que la FARC constituyen un instrumento decisivo en el tráfico de drogas. Es decir del negocio más proficuo después de petróleo, gracias a la decisión de Estados Unidos de mantener la ilegalidad del comercio de este producto; ignorando por una parte su propia experiencia con el alcohol, y en segundo lugar no menos importante, el principio liminar de la filosofía política americana que es el derecho del hombre a la búsqueda de su propia felicidad. Dicho sea de paso Estados Unidos no obstante la DEA constituye el mayor mercado de drogas del mundo.

No obstante estas realidades indiscutibles, la mera proposición de la FARC de entregar a los tres rehenes ha logrado ser un hecho notorio, inclusive humanitario que ha competido con la media internacional con el asesinato lamentable de la Sra. Bhuto en Pakistán. Por supuesto, como no podía esperarse menos, nuestro quasi ex presidente se presentó rápidamente para participar de esta pantomima humanitaria conjuntamente con el canciller Tatiana, asumido ex montonero, que hoy conduce en lo que le permite el matrimonio presidencial la política exterior argentina.

Se me antoja recordar que no existe un concepto más sublimado y desde mi punto de vista (Hume mediante) más equívoco que el del humanismo. Hasta Descartes reconoció que: Los frutos del árbol del conocimiento evitarían las consecuencias de la Caída del paraíso terrenal, o más precisamente efectivamente negarían su veracidad. La ignorancia de esta realidad de la verdadera naturaleza humana (falible como lo reconoce el Evangelio) y sublimada equívocadamente, con propósitos políticos, se han sustentado todos los sistemas totalitarios. Así lo expresa claramente Karl Popper en su obra "Conjeturas y Refutaciones" y dice: Pero simplemente es un hecho que los grandes dictadores trataron siempre de convencer a sus pueblos que ellos conocían el camino hacia una moral más elevada…la utopía genera la violencia Y esa utopía del humanismo sublimado en la supuesta igualdad genera el despotismo desde el poder y el terrorismo para obtenerlo.

La historia nos muestra que desde el principio el ser humano estuvo muy lejos de representar el bien como consustancial a su naturaleza. No hay que aceptar el principio de Hobbes de que el hombre es lobo para el hombre, para reconocer la naturaleza humana tal como lo es. De haber sido diferente la guerra no hubiera existido, y el mandato de amar al prójimo como a si mismo es otra prueba evangélica de que el hombre se ama primeramente a si mismo. Por ello dice Hume: La naturaleza humana no cambia, si queremos cambiar los comportamientos es necesario cambiar las circunstancias. Ese es el proceso de civilización que ha sido la superación del humanismo y que como señala Hume es un aprendizaje de la historia y la libertad un lujo de la sociedad civil(sic)

Ya Alberdi había tomado conciencia de que la idea de la libertad que había sido alcanzada en su época como el respeto por los derechos individuales era ajena a la historia de la humanidad. Y se refería tanto a Grecia como a Roma. Tal vez había leído a Tucídides. Y ahí tenemos como el mero concepto de virtud desde Grecia en adelante estaba relacionado con el coraje, y la guerra y la pertenencia del individuo al estado, la regla moral que llegara hasta nuestros días a través de Hobbes, Rousseau, Kant Hegel. Marx aprovechó el antagonismo kantiano como la virtud de la naturaleza y la razón en la historia para proponer la sublimación de la lucha de clases. El resultado fue la justificación del poder absoluto como correlato de haber comido del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Así se hizo uso de la envidia en el mejor sentido de Caín para ignorar la sabiduría del evangelio de la aceptación de la falibilidad humana (El justo peca siete veces) el mandato de no mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio y la tolerancia (El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra).

No obstante estas premisas seguidas por la realidad histórica, en este siglo se ha sublimado la naturaleza humana, como un concepto ético universal, a partir del cual todo aquel que hable en nombre de ella (Hebe de Bonafini) aparece como el epítome de la moral universal. Y por supuesto ¿Quién es el enemigo por antonomasia del ser humano? El individuo que pretende la búsqueda de su propia felicidad y el respeto por sus derechos. En otras palabra toda la funesta ética del totalitarismo como expresión de la voluntad general del bien frente al egoísmo individual, se encuentra vigente en la sociedad del siglo XXI, no obstante la derrota del nazismo y del fascismo y de la implosión del Imperio Soviético.

Es sólo bajo esta visión que Thomas Sowell ha conceptualizado como de los ungidos que se ha podido considerar la oferta fallida de los terroristas de la FARC, como una acción humanista frente al imperialismo y al materialismo de la sociedad liberal. Así en nombre de las desigualdades sociales que se acepta casi universalmente como causada por el mal denominado por Marx capitalismo, se valora un acto que a su vez ignora la permanencia y el maltrato a otros setecientos rehenes. De eso no se habla. Y más aun se ignora que solo recientemente veinticinco cubanos que intentaron escapar del paraíso comunista del Caribe fueron muertos por las huestes de Fidel Castro hundiendo el barco en que iban.

Ante esta campaña humanitaria, por supuesto se intenta hacer aparecer al presidente Uribe como el malo de la película, por pretender eliminar a los verdaderos causantes del dolor de las familias de los rehenes. El terrorismo aparece justificado por los ungidos en nombre de las desigualdades sociales, ignorando por supuesto que la mayor desigualdad social es la que surge del poder absoluto como el que ostenta Fidel Castro y ahora lo pretende su discípulo el presidente Chávez.

En su momento las coordenadas no aparecieron, así como tampoco los rehenes, y el terrorismo humanitario fracasó con todos sus proponentes y particularmente Chávez, que era el padre de la criatura. Pero como es evidente que las FARC no podían dejar colgado de la brocha a su socio político, ideológico y..., finalmente aparecieron las coordenadas. El reencuentro con los rehenes por supuesto ha provocado una vez más que la emoción indiscutible del hecho provocara el aparente olvido de la realidad del terror y el narcotráfico de las FARC y por supuesto del dolor permanente de los más de setecientos rehenes todavía en poder de los terroristas.