17 agosto 2007

Gobernabilidad latinoamericana

Por Rafael Díaz Casanova

El Universal

Durante las últimas semanas nos hemos ocupado de comentar estudios serios y bien documentados que evalúan el desempeño de Venezuela y de Latinoamérica en distintos campos interesantes para apreciar la situación del país.

La semana pasada veíamos las valoraciones de dos instituciones de la mayor seriedad que se encargan de medir las actuaciones de los países en los eventos relacionados con el comercio internacional. En dicho análisis no salimos bien parados.
Recibimos varios comentarios, desde Chile nos escribió el profesor Francisco Javier Vargas Galindo, egresado de la UCAB y estudioso de la gobernabilidad de las naciones.

Sus comentarios nos sumieron en la página relacionada con el tema que mantiene el Instituto del Banco Mundial http://info.world.org.

A partir de esa página se accede a un mundo fascinante que permite analizar seis factores que, de acuerdo con lo que han estudiado Daniel Kaufmann, Aart Kraay, Massimo Mastruzzi y Pablo Zoilo-Lobatón, miden la gobernabilidad de un país y permiten compararlo con otro u otros.

Para sistematizar estos estudios se identificaron tres áreas fundamentales de apreciación:

- Proceso de selección, supervisión y reelección de la autoridad.
- Respeto de los ciudadanos y del Estado a las instituciones que rigen su interacción.
- Capacidad de formular e implementar políticas adecuadas.

A su vez, cada una de estas áreas se desdobló en dos parámetros. La primera se mide a través de lo que han denominado "Rendición de Cuentas" y lo que llaman "Estabilidad Política". La segunda la subdividen en "Eficacia Gubernamental" y "Calidad Regulatoria".

La tercera la desdoblan en lo que han denominado "Estado de Derecho" y el temible y temido "Control de la Corrupción".

El espacio y la tolerancia de los lectores nos impiden abundar en las definiciones de cada uno de estos términos, mas estimamos que sus nombres, adecuadamente escogidos, son ampliamente descriptivos. De todas formas, accediendo a la página del Banco Mundial se puede dedicar mucho tiempo y profundizar en el tema.

Para llegar a estas conclusiones, los autores recopilan la información que suministran unas treinta organizaciones de la más diversa índole y procedencia.

Hemos analizado las calificaciones obtenidas, en la evaluación más reciente (2006), en los distintos rubros, por casi todos los países de Latinoamérica.

Resulta trágico observar que Venezuela ocupa el último lugar general con una calificación promedio de 17,0% para un valor medio de la región de 43,58% y variaciones entre 86,0% para Chile y el valor mínimo de Venezuela. Ese mismo sitio lo obtenemos tanto en "Estabilidad Política" 13,6% con valor promedio de 58,3%, así como en "Calidad Regulatoria" 9,9% en Venezuela para un valor medio latinoamericano de 57,6%. En los otros cuatro factores estamos consistentemente situados en el penúltimo lugar. 35,4% en "Rendición de Cuentas" rubro que empatamos con Colombia y superamos a Cuba que tiene un 19,0%, el valor promedio es de 60,5% para los países analizados; 15,9% en "Efectividad Gubernamental" donde sólo superamos a Paraguay con 12,0% y donde la media de la zona es de 55,6%; 12,6% es la nota que obtenemos en el denominado "Estado de Derecho" superando a Cuba que obtiene 11,6% y la media se sitúa en 54,3%, y 14,3% en "Control de la Corrupción" donde solamente superamos a Paraguay que califica con 12,8% y la media de las naciones es de 57,4%. Es decir, en todos los órdenes estamos en situación crítica.

Si revisamos las series correspondientes al lapso comprendido entre 1998 y 2006, nos encontraremos que las calificaciones nacionales en cada una de las características se han deteriorado a valores cercanos a la mitad o peor, todo esto está ocasionado por las actuaciones de las distintas ramas del poder público.

Cuán lejos estamos de ser una nación respetable y de que sus ciudadanos nos sintamos orgullosos de ella y cuánto trabajo hará falta para que lleguemos a situaciones deseables. La lucha es larga y profunda.

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