05 agosto 2007

Acto por la autonomía universitaria

Por Amalio Belmonte

Acto convocado por el Foro Interuniversitario, celebrado en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, el 18 de julio de 2007.


¿Por qué nos reunimos hoy?

Porque la autonomía universitaria está amenazada desde las máximas instancias del poder y tenemos la firme convicción de organizarnos para reafirmarla y defenderla. Porque nos sentimos obligados a cumplir con nuestra responsabilidad ante el país, para preservar este espacio de saberes y cultura frente a los propósitos de reducirnos a la condición de testigos genuflexos, con el fin de hacernos renunciar a nuestras libertades y a nuestra dignidad de universitarios y ciudadanos.

Esta es una reunión para construir una fuerza fundamentada en la razón que impida que el laberinto del oscurantismo se imponga sobre la luz del conocimiento, para que el búho de Minerva se pose siempre sobre la universidad. Igualmente queremos tender las manos hacia todos aquellos que se sientan amenazados. La universidad no es indiferente frente a persecuciones y discriminaciones. Que sientan todos aquellas personas grupos o instituciones victimas de exclusivismos ideológico, que somos aliados para sus afanes, que nos sentimos parte de sus conflictos e interesados por sus luchas. Quien tenga entre los suyos a alguien agredido por el poder, considere que somos sus aliados sus compañeros de lucha.

En la universidad no abrazamos visiones definitivas ni discursos indispensables. No se practican elegías al poder. Tampoco somos una comunidad de adoradores de vanguardias o caudillos iluminados o creyentes de espíritu cautivo. Aquí se practica la democracia y se participa sin miedo, sin alcabalas ideológicas ni mandos. Aquí no se obedece. Aquí se debate, se persuade y se convence con razones y cultura. Aquí se privilegia el talento, la constancia, la creatividad y se cultiva la civilidad. No otorgamos laudatio sin condiciones. Aquí no se penaliza la dignidad ni se criminaliza la disidencia porque no creemos en verdades irrebatibles, ni nos inclinamos ante el autoritarismo.

Somos cultores de la tolerancia y del respeto por la persona. Somos diferentes a quienes predican el conflicto como la única forma de interacción humana, y privilegian la muerte como parte de su identidad política. Optamos por la vida por libertad y por la democracia .Estamos convencidos de que la vida se abre paso siempre ante quienes intentar encadenarla, porque avanzamos hacia la razón, no hacia el instinto.

Queremos ser punto de encuentro para el diálogo, para la reconciliación para la unidad del país. En ello empeñamos mucho de nuestro quehacer académico y estamos dispuestos a entendernos con quienes tienen opiniones diferentes a la que predomina en la mayoría de nuestras comunidades académicas y hacen suya la libertada académica y la defensa de la autonomía. Pero igualmente declaramos nuestra irreductible posición en defensa de esos principios, porque nos sentimos militantes altivos, orgullosos de todas las causas que defienden la autonomía. A los principios no se le conceden tregua.

Nos conmina el Ejecutivo Nacional a través del profesor Luis Acuña, Ministro de Educación Superior, en nombre de una ética excluyente, forjada desde los caprichos del poder, para que sometamos la academia, abjurando de nuestra capacidad crítica, a los propósitos gubernamentales, agrega que la autonomía debe ser reconvenida para que la ajustemos a las pautas ideológicos del oficialismo, como única forma de preservarla.

Digámosle al profesor Luis Acuña que la autonomía no tiene dueños, ni admite que se le condicione por la supuesta supremacía moral de proyectos políticos que dicen hablara en nombre del interés colectivo Tampoco aceptamos que se nos impongan reformas constitucionales y leyes. Para impedirnos ejercer el rol de conciencia crítica de la sociedad y del poder. Que los asuntos universitarios no se resuelven desde los deseos que emanan del Palacio presidencial. Tampoco es tema que deba ser arbitrado bajo la exclusiva visión de éticas ideológicas, que la historia derrotado una y otras vez derribando muros y dictadores. No, las reformas educativas deben ser discutidas en este lugar frente a la autoridad intelectual de las universidades, bajo la mirada de las comunidades académicas. La autonomía no es una concesión que el Ejecutivo Nacional otorga o despoja de acuerdo a conveniencias políticas para privilegiar el compromiso ideológico y sacrificar la calidad. La universidad no es ni será la escuela de cuadros del oficialismo.

Poblemos de palabras e ideas para el entendimiento esta maravillosa sala, lugar para la esperanza, símbolo de la cultura y de los valores democráticos... Vayamos al encuentro con el futuro a través del mismo caminos que transitarán universitarios honrados, que desafiaron problemas similares. Opongamos a los designios anti universitarios la entrega, la dignidad, y la nobleza de nuestros estudiantes que se unieron para señalarle al país su disposición para construir su propio futuro. El mismo porvenir que auspiciamos y construiremos juntos para que sigan vigentes la autonomía, la democracia y la libertad.

El compromiso debe ser unirnos por encima de las diferencias naturales, sobrepasando aspiraciones legítimas y controversias internas. Privilegiemos la unidad que nos demanda el esfuerzo para preservar la autonomía universitaria y la democracia. Digamos al país que puede contar con su academia para vencer las dificultades que hoy se ciernen sobre la sociedad venezolana. Organicémonos para unir la emoción con la acción que nos conduzca hacia el triunfo.

Prometamos honrar la universidad, esforzarnos por la unidad.
La autonomía no se perderá por indiferencia, frivolidad o inconsciencia.
Nos sentimos obligados a ser parte de una saga noble, de una historia digna.

¡Impermeables al desaliento!

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