28 febrero 2007

Cuídense de su ira

Editorial
Veneconomía

El presidente Hugo Chávez no pierde tiempo para arremeter en contra de aquéllos que osan refutarlo, enfrentarlo o ponerlo en evidencia.

El viernes pasado le tocó al corresponsal de la red O Globo de Brasil, Pablo López Guellys. El "pecado" de López fue refutarle al mandatario venezolano su afirmación de que en Venezuela existe libertad de expresión. El periodista formuló una pregunta señalándole la contradicción entre libertad de expresión y dos casos recientes: 1) La multa al humorista Laureano Márquez y al vespertino Tal Cual por una carta dirigida a la hija menor del Presidente escrita en ese periódico por Márquez. Y 2) la decisión del Gobierno de no renovar la concesión a RCTV. La pregunta de López surtió un efecto inmediato en el mandatario: Además, de lanzarle una sarta de insultos, agresiones y humillaciones, el presidente Chávez increpó a López de ser un asalariado de O Globo y por tanto, un cachorro del imperialismo. Además lo retó a decir o a expresar alguna idea en contra de la filosofía del medio para el que trabaja López, para ver cuánto tardaba en ser despedido.

El mandatario le atribuyó a O Globo, una de sus propias actitudes: usar la represalia en contra de los trabajadores cuando éstos se le oponen. Quien lo dude, que pregunte a los 20.000 ex empleados de PDVSA, o a los miles de venezolanos despedidos porque se atrevieron a firmar.

Antes el presidente Chávez había arremetido en contra del presidente de Costa Rica, Oscar Arias. La agresión en contra de Arias tuvo su origen en las críticas expresadas por éste sobre los poderes especiales otorgados por la Asamblea Nacional al presidente Chávez. Arias afirmó que los mismos son contrarios a un Estado democrático. Además, en una acción que se presume de represalia a la posición de Arias, amenazó con cerrar a la empresa estatal venezolana en Costa Rica, Alunasa y mudarla a Nicaragua, con lo que dejaría a 400 trabajadores de ese país en la calle. Este impasse quedó momentáneamente suspendido después de que una representación de los trabajadores amenazados se reunió con Chávez esta semana.

Otra víctima de la vindicta del Gobierno "del pueblo" fue el científico Claudio Mendoza. Mendoza fue destituido de su cargo como Jefe de Laboratorio de Física del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), a raíz de una entrevista a El Nacional, donde en forma de crítica a la política nuclear del Gobierno expresó que éste "tenía un desprecio revolucionario por los expertos".

Sin embargo, la más cruenta de las venganzas del Presidente, la sufrirán los venezolanos de manos de la nueva "Ley de Defensa" en contra del acaparamiento, especulación, boicot, que le da a Chávez el poder para expropiar cualquier empresa que venda alimentos o productos con precios controlados, cuando se le dé la gana. Esta Ley fue la respuesta que dio Chávez al "atrevimiento" de la Asociación Nacional de Supermercados y Afines (ANSA), de no vender productos cárnicos a pérdida. Y es que para Chávez, peor que oponérsele es darle una respuesta de rechazo organizada y estructurada.

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