Diario Las Américas
Si el presidente Chávez lo que busca es destruir a Venezuela, lo está haciendo muy bien. Aunque la prensa ha informado ampliamente que Chávez está poniéndole la mano al petróleo, a las telecomunicaciones, a la energía eléctrica y a los medios, poco se habla de la explosión de corrupción en ese país, lo cual resultará siendo el tiro de gracia para la economía.
La corrupción galopante en Venezuela puede resultar peor que el programa “petróleo por alimentos” de las Naciones Unidas, hasta ahora el mayor escándalo económico de la historia. La economía venezolana ha estado creciendo debido al aumento de los precios del petróleo, pero se trata de una casa de naipes a punto de colapsar. Gustavo Coronel, anterior representante de Transparencia Internacional en Venezuela, documentó la explosión de corrupción venezolana en una reciente investigación publicada por Cato Institute.
Hace 40 años, Venezuela era una democracia que gozaba de crecimiento económico, pero la corrupción comenzó a dispararse a mediados de los años 70. En 1998, Hugo Chávez fue electo presidente de Venezuela, ofreciendo luchar contra la corrupción. Desde entonces, se ha dedicado más bien a acabar con las instituciones políticas independientes, enturbiando año tras año las actuaciones del gobierno.
Chávez eliminó la independencia que le quedaba al Banco Central y dispuso de gran parte de las reservas. Parte de esos fondos han sido utilizados para comprar miles de millones de dólares en bonos argentinos, de manera de ejercer influencia en ese país. Fuera de las compras de Chávez, Argentina no ha logrado vender sus bonos en el exterior desde que declaró la cesación de pagos en 2001.
Los bonos argentinos comprados por el gobierno venezolano han sido vendidos a banco amigos en Venezuela, los cuales han obtenido fabulosas ganancias jugando con los tipos de cambio. El control de cambio establecido por el gobierno venezolano para frenar la fuga de capitales ha creado un mercado negro paralelo. Las tasas de cambio –oficial y paralelo-, cada día más diferentes, llenan los bolsillos a los amigos del régimen, incluyendo a varios con largo historial terrorista.
Desde 2004, el Banco Central de Venezuela ha transferido al exterior unos 22.500 millones de dólares, de los cuales se desconoce el paradero de unos 12 mil millones de dólares. También se dice que han sacado las reservas de oro del Banco Central.
En la medida que el gobierno de Chávez se apodera de industrias privadas, esas empresas dejan de reportar sus resultados financieros y lo mismo ha sucedido con Petróleos de Venezuela (PDVSA), dueña de Citgo en Estados Unidos. De igual manera, los venezolanos pronto dejarán de estar enterados de las finanzas de las empresas que están siendo estatizadas. El Banco Central y PDVSA se han convertido así en la alcancía de Chávez.
¿Adónde va tanto dinero? En parte se dedica a influenciar y a comprar lealtades en países como Cuba, Argentina, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y hasta Estados Unidos. En este país se hace subsidiando a consumidores de gasoil, a través de una empresa controlada por miembros de la familia Kennedy. Otra parte del dinero se utiliza para comprar armamentos y ganar amigos para Chávez en Rusia, España, China, etc. Y mucho dinero se distribuye premiando la lealtad de ministros, generales, burócratas y jueces.
La economía venezolana terminará colapsando. Mientras casi todo el resto del mundo se aleja del socialismo, Venezuela va en dirección contraria. La imprenta del Banco Central se utilizará más y más en imprimir billetes hasta que la economía se desplome.
Venezuela ya ocupa el lugar 126 de 130 naciones en el Informe 2006 de “Libertad Económica en el Mundo”. En 1995, Venezuela ocupaba el puesto número 75.
Chávez y sus compinches ya están gastando mucho más de lo que ingresa a Venezuela por sus exportaciones petroleras. El futuro de Venezuela y de los venezolanos es tan negro como su petróleo.
La corrupción galopante en Venezuela puede resultar peor que el programa “petróleo por alimentos” de las Naciones Unidas, hasta ahora el mayor escándalo económico de la historia. La economía venezolana ha estado creciendo debido al aumento de los precios del petróleo, pero se trata de una casa de naipes a punto de colapsar. Gustavo Coronel, anterior representante de Transparencia Internacional en Venezuela, documentó la explosión de corrupción venezolana en una reciente investigación publicada por Cato Institute.
Hace 40 años, Venezuela era una democracia que gozaba de crecimiento económico, pero la corrupción comenzó a dispararse a mediados de los años 70. En 1998, Hugo Chávez fue electo presidente de Venezuela, ofreciendo luchar contra la corrupción. Desde entonces, se ha dedicado más bien a acabar con las instituciones políticas independientes, enturbiando año tras año las actuaciones del gobierno.
Chávez eliminó la independencia que le quedaba al Banco Central y dispuso de gran parte de las reservas. Parte de esos fondos han sido utilizados para comprar miles de millones de dólares en bonos argentinos, de manera de ejercer influencia en ese país. Fuera de las compras de Chávez, Argentina no ha logrado vender sus bonos en el exterior desde que declaró la cesación de pagos en 2001.
Los bonos argentinos comprados por el gobierno venezolano han sido vendidos a banco amigos en Venezuela, los cuales han obtenido fabulosas ganancias jugando con los tipos de cambio. El control de cambio establecido por el gobierno venezolano para frenar la fuga de capitales ha creado un mercado negro paralelo. Las tasas de cambio –oficial y paralelo-, cada día más diferentes, llenan los bolsillos a los amigos del régimen, incluyendo a varios con largo historial terrorista.
Desde 2004, el Banco Central de Venezuela ha transferido al exterior unos 22.500 millones de dólares, de los cuales se desconoce el paradero de unos 12 mil millones de dólares. También se dice que han sacado las reservas de oro del Banco Central.
En la medida que el gobierno de Chávez se apodera de industrias privadas, esas empresas dejan de reportar sus resultados financieros y lo mismo ha sucedido con Petróleos de Venezuela (PDVSA), dueña de Citgo en Estados Unidos. De igual manera, los venezolanos pronto dejarán de estar enterados de las finanzas de las empresas que están siendo estatizadas. El Banco Central y PDVSA se han convertido así en la alcancía de Chávez.
¿Adónde va tanto dinero? En parte se dedica a influenciar y a comprar lealtades en países como Cuba, Argentina, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y hasta Estados Unidos. En este país se hace subsidiando a consumidores de gasoil, a través de una empresa controlada por miembros de la familia Kennedy. Otra parte del dinero se utiliza para comprar armamentos y ganar amigos para Chávez en Rusia, España, China, etc. Y mucho dinero se distribuye premiando la lealtad de ministros, generales, burócratas y jueces.
La economía venezolana terminará colapsando. Mientras casi todo el resto del mundo se aleja del socialismo, Venezuela va en dirección contraria. La imprenta del Banco Central se utilizará más y más en imprimir billetes hasta que la economía se desplome.
Venezuela ya ocupa el lugar 126 de 130 naciones en el Informe 2006 de “Libertad Económica en el Mundo”. En 1995, Venezuela ocupaba el puesto número 75.
Chávez y sus compinches ya están gastando mucho más de lo que ingresa a Venezuela por sus exportaciones petroleras. El futuro de Venezuela y de los venezolanos es tan negro como su petróleo.
*Director General del Center for Economic Growth y académico asociado de Cato Institute.
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