24 febrero 2007

Asesinato económico y moral

Por Miguel Sanmartín

Diario El Universal

Por un lado el régimen totalitario (cada vez más receloso) hinca sus garras sobre el cuello de industriales, productores y comerciantes venezolanos, a los que (además de golpistas) ahora tacha de "criminales". Por otro extiende sin límites ni controles su petrochequera a gobernantes "amigos", cuya oportunista complacencia ante el "Socialismo del Siglo XXI", además de una calculada dosis de soporte político al caudillo bolivariano, les rinde considerables dividendos.

La consecuencia de esta prodigalidad con sus conmilitones externos en evidente-premeditado desmedro del empresariado nacional conlleva a la mengua del parque industrial, la desinversión, la expansión del desempleo, máyor escasez de productos y bienes, inflación y avance de la pobreza. Además a la instauración estructural de una crisis económica y social que atiza la ya desbordada criminalidad.

La más reciente (desproporcionada) normativa promulgada por el régimen para atajar una crisis previsible (autoprovocada por su ineficiencia, sectarismo y controles) ahorca al empresariado expuesto a multas, cárcel y/o al despojo de sus bienes producto del esfuerzo de años de trabajo digno y duro.

¿Contribuirán estas medidas coercitivas a mejorar el abastecimiento y a frenar la inflación? ¿Servirán para estimular el empleo y bajar la presión sobre el dólar paralelo? ¿Impulsarán la producción nacional y bajarán las importaciones? Definitivamente no. Lo que pueden ocasionar es la caída de los inventarios, colocando al país en situación vulnerable en caso de contingencias. ¿El régimen está conciente de las consecuencias que tendría?

Tanto las acciones como el discurso oficial apuntan al debilitamiento (incluso liquidación) del empresariado privado. Lo hacen no sólo por la vía de los controles e intervencionismo. También mediante la aplicación de la artillería previa de leyes regulatorias, la "afectación" de tierras agrícolas, la expropiación de empresas e instalaciones "estratégicas" y la amenaza de confiscar o nacionalizar todo medio de producción que el régimen considere "vital" a sus intereses. Asimismo la competencia desleal vía importaciones libres de impuestos, las compras a sectores afectos al "proceso", la creación de empresas "sociales" (cooperativas, centros endógenos, etc.) y la puesta en escena la contraloría social, un aparato represivo "importado" de la dictadura cubana.

En paralelo avanza el fortalecimiento del Estado Empresario. Con ello se incrementa la dependencia ideológico-económica para el control total sobre la población. Y cuando a esto se le anexan las donaciones, compras e instalación de fábricas en el exterior con el dinero que debería dedicarse al desarrollo del país, la gran pregunta es ¿hacia dónde nos conduce el socialismo del siglo XXI? ¡Lo están viendo los venezolanos!

1 comentario :

  1. Solo me queda decir: Chavez maldito tirano.

    Te recomiendo este link:

    http://elandurrial.blogspot.com/2007/02/chvez-poco-entiende-de-economa.html

    Hay una imagen de Chavez buenisima.

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