10 diciembre 2007

Es hora de cambiarlo

Por Nelson Maica C.

¿Usted considera que este presidente cgi es un servidor público? ¿El primer servidor público? ¿Fue colocado en ese cargo para servirles a los venezolanos o para otra cosa? ¿Para ser un segundón del Stalin del Caribe? ¿Para ser un peón del fusilador rey nepótico del Caribe? ¿Para regalarle los recursos de todos los venezolanos a otros pueblos? ¿Para esclavizar al pueblo venezolano? ¿Para convertirse en un rey socialista, comunista? ¿Por cuánto tiempo fue elegido? Por cuatro años ¿Por qué lleva casi nueve en el cargo? ¿Por mañas? Y algo más. Bueno, ya es demasiado tiempo. Es hora de cambiarlo.

¿Qué consideró usted para elegir este presidente cgi? ¿Pensó que escogería el mejor o el menos malo? ¿Se imaginó usted como estaba o era el estado venezolano en 1998? ¿Pensó en cuáles serían las aptitudes que debería tener el ciudadano que dirigiría y administraría el Estado? ¿En 1998 Venezuela era una República Democrática en donde funcionaba, con muchos defectos, un Estado de Derecho? ¿Una de las democracias más sólidas de América, como afirmaban algunos? ¿Usted se creyó eso?

En el 98 había en Venezuela un poder público con tres ramas, supuestamente independientes, y en donde estaba la “oposición” y servían de contrapesos y equilibristas al poder, al Ejecutivo, fundamentalmente. La finalidad, desde el inicio de esa modalidad, era la de proteger al ciudadano, limitar el poder del estado y del gobierno y, también, impedir los atropellos de una mayoría contra las minorías. Así mismo, supuestamente en una república democrática como la del 98, en donde la mayoría decidía, por Constitución y por ley y por humanidad, debían respetarse los derechos individuales, no sólo porque son derechos naturales, sino porque pertenecen a la naturaleza humana y son anteriores a la creación y/o aparición del Estado. Y esto no ha cambiado ni cambiará. Evidentemente, algunos de esos presidentes demócratas abusaron de sus atribuciones; pero hubo y se dio la respectiva protesta y hasta pérdida de la presidencia. ¿Se acuerdan cual diputado, con su voto, salvo a un presidente de su condena?

Hoy día es inadmisible e insostenible, por ejemplo, que algún Estado decrete la exclusión de las mujeres de las universidades; la exclusividad del ejercicio político por los “revolucionarios” y/o “robolucionarios” y/o los “ñangaras”; la esclavitud; etc. ¿A quién se le ocurre, hoy día, por ejemplo, saltarse a la torera el “estado de derecho”, los derechos humanos, los tratados internacionales humanistas? Tal vez a este ciudadano presidente cgi venezolano, socialista, comunista, de nuevo cuño, del siglo XXI, descubridor del agua tibia y a sus verdugos voluntarios.

¿Cuántas ramas del poder público tiene “la bicha”? En apariencia, cinco; en la realidad, una. ¿Cuántas ramas del poder público tendrá “la roja, rojita”? ¿Ya los contó? ¿Si no funcionó y resolvió ningún problema con “la bicha”, con cinco ramas del poder público, cómo pretende que resolverá y funcionará algo con “la roja, rojita”? ¿Ya contó cuántas ramas del poder público tiene la roja, rojita? Hágalo. Se sorprenderá.

La generalidad de los estados, hoy día, se rigen por una Constitución y leyes para todos, sin caprichitos y sin unilateralismos odiosos con relación a los cargos y/o estatus social. Esta nueva Constitución roja es únicamente para los rojos ¿Matará a los demás? ¿Los esfumará? ¿Los va a fusilar como hizo el rey nepótico comunista de la isla de la felicidad?

Los ciudadanos en una república democrática gozan de libertad y hacen todo aquello que las leyes no prohíben y los empleados y/o funcionarios públicos, electos y/o seleccionados, están sujetos a realizar o no, cuanto las leyes les ordenan o pautan.
Pero por ahora, y con “la bicha”, nada se cumple y nada se exige. Con “la roja, rojita” el único que tiene obligaciones, supuestamente, es el estado. Funcionará igual que en Cuba. Ya es ampliamente conocido el resultado. ¿O, si?

Así las cosas, estamos perdiendo a trancos largos la fisonomía del estado venezolano, del estado de derecho que conocimos, que se venia construyendo con tanto tesón por parte de todos los ciudadanos del país desde su independencia; ahora construirán un nuevo estado solo para los rojos únicamente.

El actual estado enmarcado en “la bicha” parece que no tiene cerebro ni corazón. Las decisiones son tomadas al voleo, entre medianoche y el día, o entre gallos para media noche o madrugada, o mediante una inspiración momentánea en medio de una perorata y/o retahíla tiranicida mediática, dominguera o no. Sólo produce decretos y más decretos que el papel aguanta y aguanta. No tiene corazón porque aún vemos deambulando por las calles niños, ancianos, desempleados, indios, etc. Y tampoco se cambió el nombre el primer año, como prometió públicamente. Falsas promesas. Embustero. Pan y circo.

En nueve años y con tantos dólares entrando cada día y tanto dinero gastado en uniformes rojos, rojitos, carros nuevos, bochinches, viajes, fiestas, parrandas, propaganda, pintas, carteles gigantes horrendos, televisión, radio, pintando murales repudiables, espantosos, con figuras extrañas a nuestra historia, idiosincrasia, y los pobres siguen en su pobreza y este régimen se escuda en ellos y en nombre de ellos, de los pobres, dilapida los recursos y hace nuevos multiricos y se convierte en dictador.

Ahora en Venezuela no se cumple con la Constitución del 99 ni con las leyes; esto significa el fin de la democracia, el fracaso, el desastre político, es brindarles la oportunidad a los aventureros, a los no demócratas, a los tiranuelos que tanto y tantas veces han dañado a los pueblos de América Latina y, naturalmente, de Venezuela.

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