04 septiembre 2007

Chávez intenta blindar su fracaso, imponiendo una nueva Constitución

Por Valentín Arenas Amigó

Después de decir que la reforma constitucional no tenía prisa, ahora la acelera al máximo, llevándose por delante a la mejor Constitución del mundo (1999). ¿Qué es lo que está pasando?

La evaluación de estos nueve años de gobierno por el ciudadano común peor no puede ser. La inseguridad, representada en homicidios y secuestros, sigue sin control, las viviendas prometidas no aparecen por ninguna parte, los hospitales no están equipados para prestar un buen servicio y la corrupción compite con la inseguridad para ver quién llega de primero. Pero hay algo más. En los últimos meses han ocurrido hechos que desnudan al régimen de su vestimenta democrática ante el país y ante el mundo. El cierre de RCTV fue uno de ellos, que todavía repica muy fuerte. La aparición activa de los estudiantes en la vida nacional, preocupados por su futuro, también tiene un fuerte impacto. El Partido Único, por otra parte, ha provocado luchas internas muy fuertes, unido esto al desgano de los ciudadanos a inscribirse en él, a pesar de todos los esfuerzos hechos al extremo de que Ameliach ha dicho bien claro que aún no se puede contar con él. Y como si todo esto no fuera suficiente, aparecieron el maletín cargado de dólares y las denuncias del Padre Palmar sobre la corrupción en PDVSA. La rueda de Prensa de Miquelena tuvo también un impacto enorme. Éramos muchos y parió la abuela.

Lo que pasó no es mejor que lo que está por venir. Mientras Chávez se empeña en imponer un Socialismo Comunista inspirado en que ser “rico es malo”, impulsa, desesperado como está, el gasto público, para que la abundancia del circulante le abra la puerta a un consumismo desbocado, a tal extremo que criticó a quienes se están comprando carros, proyectando así lo difícil que es derrotar al capitalismo cuando él mismo lo impulsa con el consumismo para intentar detener la evidente caída de su popularidad. En su ignorancia y desesperación no percibe que esa abundancia de billetes, no compensada por una mayor producción, lleva al país directo, con bolívar fuerte o sin bolívar fuerte, a una inflación desbocada que quienes de eso saben estiman en un 20% para fines de este año. Lo que gana con el consumismo despelotado lo perderá después con una inflación también despelotada. Lo que se viene es eneas.

Lo dicho hasta aquí, o sea, la conjunción de un gobierno desastroso, la amenaza de una mayor inflación y el quedar cada vez más desnudo ante el mundo, que ya lo tiene bien fichado como autócrata totalitario, no le dejan otra alternativa que ampararse en una nueva Constitución que, de alguna manera, blinde su creciente debilidad, concentrando más poder formal y despojando a los ciudadanos de todos sus derechos, entre ellos la propiedad y la libre expresión, para así, escondido tras la Ley, hacer cuantos desmanes necesite hacer y que el ciudadano no se le alce. Por eso el interés tan marcado que tiene en asegurarse la reelección indefinida y la interpretación ventajista del artículo 344, arrebatándole al pueblo hasta el derecho que tiene a desmontar el “entubamiento” no votando en bloque. Así, por mal que gobierne, la Constitución le permitirá la reelección indefinida y el CNE pondrá los votos interpretando siempre al pueblo. La meta está clara: se trata de encubrir su creciente debilidad y picar adelante con la nueva Constitución redactada y aprobada entre gallos y a media noche, e ignorando completamente el tan cacareado Poder Popular.

Chávez blinda así formalmente su fragilidad en el intento de permanecer en el poder, previa decapitación de la Soberanía y el Poder Popular.

1 comentario :

  1. La verdad que votar no es una opción, pero puede que la abstención (que yo apoyo y propongo) tampoco lo sea; está claro, como dices en la cartelera, que con este CNE da igual...

    Creo que la democracia, (o al menos el pensamiento democrático), tiene sus propias trampas, algunas tan sutiles e imprevisibles que mucha gente no las ha tomado en consideración; una de las trampas democráticas en la que estamos pillados es la "necesidad de escoger".

    Tiene que ver con el estar conscientes de lo perverso del proceso de decadencia en el que estamos embarcados pero no ser capaces de mover un dedo con vredadera precisión en tanto no asome en el horizonte "una opción"... por eso la mayoría de los opositores nos hemos graduado de "borregos"...

    Es lamentable pero en esta oportunidad el primer esfuerzo que debemos hacer es el de vencer esa necesidad de "poder escoger entre opciones" y tenemos que darle la vuelta a esa costumbre; tener claro lo que no queremos y esforzarnos por rechazarlo y quitarlo de nuestro camino aunque no esté definida una opción para sustituirlo.

    Las opciones democráticas están más que agotadas, justo hoy comentaba en el blog sobre la persistente validez de los "considerandos" del famoso decreto de Carmona y precisaba, dentro del proyecto de nueva Constitución, los puntos de concordancia que tiene con "lo decretado" aquel día Abril que disparó todas las alarmas de los "democratas" al punto de significar el retorno de Chávez al poder... sólo para encontrarnos ahora, después de algunos años, ante algo mucho peor que aquello...

    La trampa de las opciones.

    La gran pregunta que me hago desde aquel día es: ¿si habia "poder" suficiente para desmontar el "carmonazo" no lo había para encauzarlo y, por lo menos, obligarlo a cumplir a rajatabla lo expresado en el decreto como paso inicial?, (que a fin de cuentas era su justificación), que distinta sería nuestra situación hoy día... Y ojo, yo soy de los que piensan que tanto Carmona como todos o casi todos los mamarrachos que le acompañaron en algún momento tendrán que rendir cuentas por lo que nos costó su gracia...

    Saludos.

    ResponderEliminar

Exprésate libremente.
En este blog no se permiten comentarios de personas anónimas.