Por Olivia Biasini
Se ve que el gobierno sigue con toda atención mis escritos. Por eso el ciudadano presidente, en su función de Máximo Legislador de la república, se ha dado tanta prisa en promulgar una ley que se explica por si sola.
La Ley de Inteligencia y Contrainteligencia va directo al corazón del asunto que destaqué en mi artículo sobre los militares burros(ministro de la defensa dixit) y en el cual afirmé que la “inteligencia militar” es una contradictio-terminis.
El presidente ha entendido que se hace perentorio proceder a la educación de los militares por medio de la creación de unos organismos encargados de la ardua tarea de hacer de los mencionados funcionarios personas inteligentes. A tales efectos procederá a contratar a todos los funcionarios del ex-ministerio de la inteligencia de la cuarta república.
Mientras los militares desarrollan habilidades como tocar violín con los pichurrines pemon, gerenciar una venta de pollo, resolver el cubo de Rubik en 24 horas o los intrincados misterios del Sodoku japonés, a los civiles les tocará ser atendidos por unos organismos secretos de contrainteligencia, a fin de detener y erradicar las crecientes muestras de intelecto, análisis y dedución por parte del pueblo venezolano, a pesar de la dieta de hambre a que se encuentra sometido.
Que el pueblo está pensando es algo fuera de toda duda, se hace notar que las melodías del flautista de Hamelin parecen estar perdiendo su capacidad letárgica o que las largas y fastidiosas declamaciones del Bardo de Sabaneta no alegran a nadie. Todo parece conducir al revival de RCTV-Cable, que une a su virtualidad el hecho de que no retrasmite los oráculos en cadena.
Los nuevos organismos secretos van a sustituir a la Disip y el DIM. La identidad de sus agentes será un secreto tan grande como la de los miembros de la CIA y el FBI. Copiarse del Imperio no tiene nada de malo pero el gobierno debe saber que todos los americanos reconocen a un agente tan pronto le ponen la vista encima y en Venezuela pasará lo mismo, porque nosotros identificamos de inmediato a un Disip, por la ropa y el corte de pelo y no te digo nada de los agentes cubanos, que por el acento se delatan.
A mi lo que me preocupa, y lo digo con todo candor, es que la persona encargada de poner todo el tinglado en funcionamiento va a ser el ministro Rodríguez Chacín, cuando la evidencia a la vista indica que ésta persona es incapaz de permanecer en secreto, como los videos del 2002 prueban con notable eficacia.
Como se que el bobierno me lee, procederé a explicarles algunos de los posibles desenlaces negativos, que pueden conducir a un fracaso anticipado de tan loable proyecto. Por ejemplo, las actuaciones de Rodríguez Chacín pueden provocar el incremento en cascada de la inteligencia del pueblo y levar a un estado, si se puede mas deteriorado, de las funciones intelectuales de la elite cívico-militar que conduce el país llevándoles a un estado de contra-inteligencia socialista irracional, en pleno siglo XXI.
Quienes me preocupan son mis amigos socialistas (todos ellos son mis amigos porque a mis enemigos yo los selecciono ciudadosamente, tomando en cuenta un elevado rango intelectual que incremente el placer de los intercambios argumentales) acostumbrados a sufrir la chapucera pero lamentablemente eficiente y letal inteligencia secreta de la cuarta república.
Me temo que serán los primeros en experimentar la inteligencia secreta de la revolución, que etiqueta a los disidentes como contra revolucionarios, revisionistas o reaccionarios y a las pruebas de Robespierre y Stalin me remito. Cuenten conmigo porque siguiendo la inteligencia popular, no sirve de nada culpar a las estacas de los estertores de la revolución bonita.
Se ve que el gobierno sigue con toda atención mis escritos. Por eso el ciudadano presidente, en su función de Máximo Legislador de la república, se ha dado tanta prisa en promulgar una ley que se explica por si sola.
La Ley de Inteligencia y Contrainteligencia va directo al corazón del asunto que destaqué en mi artículo sobre los militares burros(ministro de la defensa dixit) y en el cual afirmé que la “inteligencia militar” es una contradictio-terminis.
El presidente ha entendido que se hace perentorio proceder a la educación de los militares por medio de la creación de unos organismos encargados de la ardua tarea de hacer de los mencionados funcionarios personas inteligentes. A tales efectos procederá a contratar a todos los funcionarios del ex-ministerio de la inteligencia de la cuarta república.
Mientras los militares desarrollan habilidades como tocar violín con los pichurrines pemon, gerenciar una venta de pollo, resolver el cubo de Rubik en 24 horas o los intrincados misterios del Sodoku japonés, a los civiles les tocará ser atendidos por unos organismos secretos de contrainteligencia, a fin de detener y erradicar las crecientes muestras de intelecto, análisis y dedución por parte del pueblo venezolano, a pesar de la dieta de hambre a que se encuentra sometido.
Que el pueblo está pensando es algo fuera de toda duda, se hace notar que las melodías del flautista de Hamelin parecen estar perdiendo su capacidad letárgica o que las largas y fastidiosas declamaciones del Bardo de Sabaneta no alegran a nadie. Todo parece conducir al revival de RCTV-Cable, que une a su virtualidad el hecho de que no retrasmite los oráculos en cadena.
Los nuevos organismos secretos van a sustituir a la Disip y el DIM. La identidad de sus agentes será un secreto tan grande como la de los miembros de la CIA y el FBI. Copiarse del Imperio no tiene nada de malo pero el gobierno debe saber que todos los americanos reconocen a un agente tan pronto le ponen la vista encima y en Venezuela pasará lo mismo, porque nosotros identificamos de inmediato a un Disip, por la ropa y el corte de pelo y no te digo nada de los agentes cubanos, que por el acento se delatan.
A mi lo que me preocupa, y lo digo con todo candor, es que la persona encargada de poner todo el tinglado en funcionamiento va a ser el ministro Rodríguez Chacín, cuando la evidencia a la vista indica que ésta persona es incapaz de permanecer en secreto, como los videos del 2002 prueban con notable eficacia.
Como se que el bobierno me lee, procederé a explicarles algunos de los posibles desenlaces negativos, que pueden conducir a un fracaso anticipado de tan loable proyecto. Por ejemplo, las actuaciones de Rodríguez Chacín pueden provocar el incremento en cascada de la inteligencia del pueblo y levar a un estado, si se puede mas deteriorado, de las funciones intelectuales de la elite cívico-militar que conduce el país llevándoles a un estado de contra-inteligencia socialista irracional, en pleno siglo XXI.
Quienes me preocupan son mis amigos socialistas (todos ellos son mis amigos porque a mis enemigos yo los selecciono ciudadosamente, tomando en cuenta un elevado rango intelectual que incremente el placer de los intercambios argumentales) acostumbrados a sufrir la chapucera pero lamentablemente eficiente y letal inteligencia secreta de la cuarta república.
Me temo que serán los primeros en experimentar la inteligencia secreta de la revolución, que etiqueta a los disidentes como contra revolucionarios, revisionistas o reaccionarios y a las pruebas de Robespierre y Stalin me remito. Cuenten conmigo porque siguiendo la inteligencia popular, no sirve de nada culpar a las estacas de los estertores de la revolución bonita.
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