Sí se analizan con cuidado la mayoría (por no decir todos) de los problemas del país, tendremos que forzosamente caer en el aspecto educativo. Las falencias venezolanas, sean éstas de orden ético ó tecnológico, arriban indefectiblemente a ese punto.
Revísese cualquier distorsión y se topará con que la misma deviene directamente de una abismal falla de nuestro aparato educativo, derivadas de esas inconsistencias son las trabas y taras que nos mantienen atados a un ciego destino de desdicha, penuria y escaso bienestar material y espiritual. No resulta ocioso, en consecuencia, buscarle satisfacción a nuestras ingentes necesidades en una verdadera, profunda y masiva transformación educativa, que pase, indudablemente, por el diseño de un plan de mediano y largo plazo por parte del ejecutivo, en el que se procure:
- Formar un nuevo tipo de educador (sobre todo para el nivel preescolar, primaria y Bachillerato) cónsono con la orientación del plan general.
- Incorporar, desde los primeros grados (en escuelas bien dotadas,) valores, principios, sólida comprensión lectora y, conocimientos claros de las operaciones elementales. Discriminado en las áreas rurales la enseñanza de técnicas de producción agropecuarias. Ya desde estos niveles deberá perseguirse el proporcionar al educando una actitud emprendedora y productiva. Es importante que mediante un decreto-ley se logre consagrar la obligación del Estado en destinar en el presupuesto anual, un porcentaje fijo (de al menos un 7%) del PIB de la República, para los niveles de preescolar y primaria .
- Un bachillerato basado en la enseñanza de la ética y en la ensayística (redacción de textos con base a la reflexión) además de la comprensión profunda (ENSEÑAR A PENSAR, eliminando lo memorístico) de los principios básicos de las ciencias exactas, todo ello rediseñando los actuales programas e igualmente contando con un nuevo perfil de educador, formado para ello. De ser necesario alargar en un año el bachillerato, para conferir mayor solidez al graduando debe considerarse. En los dos últimos años (ciclo diversificado) debe exigirse al alumno, un proyecto que resuelva un problema de su comunidad, como paso para obtener el título de Bachiller, con lo que además de vincularlo con la realidad circundante, le dará herramientas para realizar investigaciones en el campo técnico y social.
- Crear posibilidades de estudio para la formación de obreros de alta calificación, de acuerdo a los planes de desarrollo del Estado, con buena dotación de instalaciones, docentes y equipos. En este punto deben concretarse acuerdos con el sector privado para potenciar las posibilidades de éxito y aplicabilidad a través de una buena diversificación de la oferta educativa.
- Vinculación estrecha de las Universidades (pregrado, postgrado, estudiantes) y centros de investigación con su entorno industrial y con la líneas maestras de investigación del país (el estado venezolano, deberá definir a través de expertos, las líneas principales de investigación que necesitaría el país a mediano y largo plazo para avanzar en su desarrollo, en este punto igualmente debe concertarse con el sector privado). Probablemente, a nivel de las universidades públicas, pueda aplicarse la idea del Dr. Mayz Vallenilla, en el sentido de tener “una sola autoridad universitaria”, con representantes en cada Centro, a los fines de incrementar esa coordinación y vinculaciones, en este particular es esencial lograr una real despolitización de la universidad, de forma que pueda concentrarse sin lastre en este vital enfoque. De lo que se trataría es de unificar esfuerzos en la dirección que defina el alto gobierno. A este nivel, deberá hacerse una exhaustiva revisión de los pensum de las diversas carreras (consultando a egresados) de manera de adaptarlos a las necesidades del entorno.
Una experiencia que podría analizarse es la que ha tenido un país como India a nivel de sus universidades, las cuales –técnicamente hablando– han pasado a ser de las primeras del mundo, al punto que han generado toda una serie de nuevas industrias de altísima calificación tecnológica. Aspecto importante a negociar en este nivel, es el ayudar financieramente a las universidades (a la universidad única de fundarse) públicas, mediante la implantación del pago de matrícula por aquellos estudiantes que están en condiciones económicas de hacerlo. Ello permitirá concentrar más recursos del Ejecutivo en el nivel preescolar, primario y de Educación Media.
- Utilización de los medios de comunicación para llegar masivamente a la población que no está en la educación formal, con mensajes formativos en lo ciudadano (campañas intensas dirigidas a la familia y a formar ciudadanos) y en lo tocante a lo productivo y a lo emprendedor. Este aspecto será fundamental para complementar las medidas adoptada en el campo formal de la educación.
Es esencial, como lo preconizaba Uslar Pietri, acabar con esa mentalidad “que ha sido extraordinariamente inusual y corruptora, la situación de un país pobre…que de pronto tiene un Estado rico y que esa riqueza no se debe al trabajo nacional”. Una verdadera cultura del trabajo, ajena a nuestra ancestral actitud. Igualmente deberá repensarse las funciones y esquemas de institutos como el INCE, para insertarlos más eficazmente en el marco del Plan general. Esta estrategia deberá guardar vinculación directa con las líneas maestras de investigación trazadas para el país, y en concordancia con el Plan General de Industrialización que a mediano y largo plazo se fije la Nación (de allí pueden diseñarse estrategias para hacer hincapié en la formación de diversas profesionales en disciplinas específicas y necesarias, cuantitativamente hablando), y buscará como objetivo cardinal incrementar drásticamente la competitividad nacional y, naturalmente, el desarrollo paulatino del país en los diversos campos que sean considerados prioritarios. De modo que el Plan educativo debe concatenarse completamente con el Plan de Desarrollo económico-social a mediano y largo plazo de la Nación.
Para que estos objetivos educativos y formadores no queden en el osario de las magníficas intenciones, se hace evidente que el equipo de gobierno deberá convocar un calificado grupo de expertos (pedagogos, sociólogos, planificadores, economistas, técnicos en medios y en publicidad) de manera de armar cuidadosamente un plan que sirva de apalancamiento en la consecución de los referidos objetivos; un plan que prevea los ajustes y modificaciones para enrumbar la acción, y, sobre todo, un plan que sea concertado con todas las fuerzas políticas (vital en el campo universitario) de manera de pavimentar su viabilidad.
Existe otro aspecto no menos importante: la continuidad del plan en el tiempo. Se hace necesario un acuerdo político que permita y garantice la aplicación de este plan de largo aliento, que busca formar nuevas generaciones de venezolanos, elevando su condición moral, técnica, ciudadana. Un plan que debe ser impulsado y difundido, desde el más alto nivel, nivel desde el que deberán hacerse seguimientos periódicos y continuos; un plan que podrá apoyarse en diversas herramientas metodológicas (dependiendo del nivel), tales como visitas guiadas, excursiones, videos, conferencistas, asesorías, concursos (competencias tales como las Olimpíadas de matemáticas y ciencias exactas llevadas al campo de la ensayística), premios nacionales a los mejores proyectos tecnológicos etc.
De poder contarse con las condiciones en las que un grupo de expertos conciban el plan, en sus diversas etapas de planificación, además de con un consenso y voluntad política, muy probablemente habremos dado un salto cualitativo gigantesco como país (un ejemplo de la factibilidad de concreción de los sueños y proyectos está en el desarrollo de orquestas sinfónicas a nivel nacional), dejaremos atrás toda esa suerte de seculares amarras que nos paralizan y mantienen dando vueltas sobre las mismas miserias.
Revísese cualquier distorsión y se topará con que la misma deviene directamente de una abismal falla de nuestro aparato educativo, derivadas de esas inconsistencias son las trabas y taras que nos mantienen atados a un ciego destino de desdicha, penuria y escaso bienestar material y espiritual. No resulta ocioso, en consecuencia, buscarle satisfacción a nuestras ingentes necesidades en una verdadera, profunda y masiva transformación educativa, que pase, indudablemente, por el diseño de un plan de mediano y largo plazo por parte del ejecutivo, en el que se procure:
- Formar un nuevo tipo de educador (sobre todo para el nivel preescolar, primaria y Bachillerato) cónsono con la orientación del plan general.
- Incorporar, desde los primeros grados (en escuelas bien dotadas,) valores, principios, sólida comprensión lectora y, conocimientos claros de las operaciones elementales. Discriminado en las áreas rurales la enseñanza de técnicas de producción agropecuarias. Ya desde estos niveles deberá perseguirse el proporcionar al educando una actitud emprendedora y productiva. Es importante que mediante un decreto-ley se logre consagrar la obligación del Estado en destinar en el presupuesto anual, un porcentaje fijo (de al menos un 7%) del PIB de la República, para los niveles de preescolar y primaria .
- Un bachillerato basado en la enseñanza de la ética y en la ensayística (redacción de textos con base a la reflexión) además de la comprensión profunda (ENSEÑAR A PENSAR, eliminando lo memorístico) de los principios básicos de las ciencias exactas, todo ello rediseñando los actuales programas e igualmente contando con un nuevo perfil de educador, formado para ello. De ser necesario alargar en un año el bachillerato, para conferir mayor solidez al graduando debe considerarse. En los dos últimos años (ciclo diversificado) debe exigirse al alumno, un proyecto que resuelva un problema de su comunidad, como paso para obtener el título de Bachiller, con lo que además de vincularlo con la realidad circundante, le dará herramientas para realizar investigaciones en el campo técnico y social.
- Crear posibilidades de estudio para la formación de obreros de alta calificación, de acuerdo a los planes de desarrollo del Estado, con buena dotación de instalaciones, docentes y equipos. En este punto deben concretarse acuerdos con el sector privado para potenciar las posibilidades de éxito y aplicabilidad a través de una buena diversificación de la oferta educativa.
- Vinculación estrecha de las Universidades (pregrado, postgrado, estudiantes) y centros de investigación con su entorno industrial y con la líneas maestras de investigación del país (el estado venezolano, deberá definir a través de expertos, las líneas principales de investigación que necesitaría el país a mediano y largo plazo para avanzar en su desarrollo, en este punto igualmente debe concertarse con el sector privado). Probablemente, a nivel de las universidades públicas, pueda aplicarse la idea del Dr. Mayz Vallenilla, en el sentido de tener “una sola autoridad universitaria”, con representantes en cada Centro, a los fines de incrementar esa coordinación y vinculaciones, en este particular es esencial lograr una real despolitización de la universidad, de forma que pueda concentrarse sin lastre en este vital enfoque. De lo que se trataría es de unificar esfuerzos en la dirección que defina el alto gobierno. A este nivel, deberá hacerse una exhaustiva revisión de los pensum de las diversas carreras (consultando a egresados) de manera de adaptarlos a las necesidades del entorno.
Una experiencia que podría analizarse es la que ha tenido un país como India a nivel de sus universidades, las cuales –técnicamente hablando– han pasado a ser de las primeras del mundo, al punto que han generado toda una serie de nuevas industrias de altísima calificación tecnológica. Aspecto importante a negociar en este nivel, es el ayudar financieramente a las universidades (a la universidad única de fundarse) públicas, mediante la implantación del pago de matrícula por aquellos estudiantes que están en condiciones económicas de hacerlo. Ello permitirá concentrar más recursos del Ejecutivo en el nivel preescolar, primario y de Educación Media.
- Utilización de los medios de comunicación para llegar masivamente a la población que no está en la educación formal, con mensajes formativos en lo ciudadano (campañas intensas dirigidas a la familia y a formar ciudadanos) y en lo tocante a lo productivo y a lo emprendedor. Este aspecto será fundamental para complementar las medidas adoptada en el campo formal de la educación.
Es esencial, como lo preconizaba Uslar Pietri, acabar con esa mentalidad “que ha sido extraordinariamente inusual y corruptora, la situación de un país pobre…que de pronto tiene un Estado rico y que esa riqueza no se debe al trabajo nacional”. Una verdadera cultura del trabajo, ajena a nuestra ancestral actitud. Igualmente deberá repensarse las funciones y esquemas de institutos como el INCE, para insertarlos más eficazmente en el marco del Plan general. Esta estrategia deberá guardar vinculación directa con las líneas maestras de investigación trazadas para el país, y en concordancia con el Plan General de Industrialización que a mediano y largo plazo se fije la Nación (de allí pueden diseñarse estrategias para hacer hincapié en la formación de diversas profesionales en disciplinas específicas y necesarias, cuantitativamente hablando), y buscará como objetivo cardinal incrementar drásticamente la competitividad nacional y, naturalmente, el desarrollo paulatino del país en los diversos campos que sean considerados prioritarios. De modo que el Plan educativo debe concatenarse completamente con el Plan de Desarrollo económico-social a mediano y largo plazo de la Nación.
Para que estos objetivos educativos y formadores no queden en el osario de las magníficas intenciones, se hace evidente que el equipo de gobierno deberá convocar un calificado grupo de expertos (pedagogos, sociólogos, planificadores, economistas, técnicos en medios y en publicidad) de manera de armar cuidadosamente un plan que sirva de apalancamiento en la consecución de los referidos objetivos; un plan que prevea los ajustes y modificaciones para enrumbar la acción, y, sobre todo, un plan que sea concertado con todas las fuerzas políticas (vital en el campo universitario) de manera de pavimentar su viabilidad.
Existe otro aspecto no menos importante: la continuidad del plan en el tiempo. Se hace necesario un acuerdo político que permita y garantice la aplicación de este plan de largo aliento, que busca formar nuevas generaciones de venezolanos, elevando su condición moral, técnica, ciudadana. Un plan que debe ser impulsado y difundido, desde el más alto nivel, nivel desde el que deberán hacerse seguimientos periódicos y continuos; un plan que podrá apoyarse en diversas herramientas metodológicas (dependiendo del nivel), tales como visitas guiadas, excursiones, videos, conferencistas, asesorías, concursos (competencias tales como las Olimpíadas de matemáticas y ciencias exactas llevadas al campo de la ensayística), premios nacionales a los mejores proyectos tecnológicos etc.
De poder contarse con las condiciones en las que un grupo de expertos conciban el plan, en sus diversas etapas de planificación, además de con un consenso y voluntad política, muy probablemente habremos dado un salto cualitativo gigantesco como país (un ejemplo de la factibilidad de concreción de los sueños y proyectos está en el desarrollo de orquestas sinfónicas a nivel nacional), dejaremos atrás toda esa suerte de seculares amarras que nos paralizan y mantienen dando vueltas sobre las mismas miserias.
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