25 octubre 2007

Los verdaderos enemigos

Por Diana Duque Gómez

El que haya imperado una cultura de la dominación estatal ha traído consigo que Estado y democracia se confundan en un mismo concepto permitiendo precisamente que bajo el mistificado nombre de democracia se lleve a cabo la mutilación constante de la libertad individual lo que aunado al abandono, de hecho, del principio liberal de la limitación del poder -ya que los Estados cada día abarcan más esferas de dominación- ha desembocado en que la democracia pueda establecer el más completo despotismo.

Estado y democracia se asimilan en un solo concepto haciendo cierta la frase de Karl Kraus que “La democracia significa poder ser esclavo de cualquiera”(1).

Otro factor que amenaza la libertad individual es que la sinarquía dueña del Estado –personas propietarias del capital financiero, de los monopolios y de las corporaciones- en el afán de mostrar una apariencia democrática, esto es que defiende y promueve el desarrollo de las libertades, ha permitido y en no pocos casos prohijado la existencia de ideologías liberticidas que como el totalitarismo de “izquierda” postulan la dominación total del Estado sobre el individuo y la sociedad, convirtiéndose en todo un contrasentido. La “izquierda” por su carácter estatista es de naturaleza totalitaria.

Así, amparadas por los Estados sinárquicos, las fuerzas totalitarias de “izquierda” están desarrollando una guerra irregular mundial o combinación de todas las formas de lucha, legales e ilegales, en contra de la libertad individual y el libre mercado. Aprovechando que la democracia ha quedado reducida a un simple electoralismo, estas fuerzas de “izquierda” participan con sus partidos y movimientos en las elecciones convirtiendo a la democracia en el ‘caballo de Troya’ por el que se cuela el totalitarismo de “izquierda”.

Es el caso de América Latina, donde las fuerzas de “izquierda” han llegado al poder a través de elecciones y están consolidando un gran bloque histórico, en términos gramscianos, constituyéndose en toda una amenaza para la libertad individual. Así sucede en Argentina con Néstor Kirchner quien fuera militante del grupo terrorista Montoneros; en Uruguay donde el presidente Tabaré Vásquez fue elegido por una coalición del Frente Amplio y el Encuentro Progresista de la cual hace parte mayoritaria la vieja organización terrorista de los Tupamaros; en Venezuela, donde se está consolidando el totalitarismo castrista de Hugo Chávez; en Bolivia donde fue elegido Evo Morales por el indigenismo marxista-leninista; en Brasil donde fue reelegido ‘Lula’ da Silva del Partido de los Trabajadores que aglutina todo el espectro marxista-leninista incluido el marxismo cristiano o Teología de la Liberación ; en Chile donde fue elegida la socialista Michelle Bachelet y en Nicaragua y Ecuador donde acaban de ser elegidos el castro-sandinista Daniel Ortega y el chavista Rafael Correa, respectivamente.

En Colombia, con esa vieja táctica leninista de la combinación de todas las formas de lucha, la “izquierda” en la legalidad se ha convertido en la segunda fuerza electoral del país a través de un aparato político llamado Polo Democrático Alternativo, donde confluyen el viejo Partido Comunista Colombiano, padre de las FARC, el M-19 máximo vocero del chavismo en Colombia, el MOIR un grupo de estirpe maoísta, etcétera. Aparte de la presencia crónica y expansiva de la “izquierda” armada en toda la geografía nacional, sobre todo en el oriente y en el sur del país, la “izquierda” obtuvo por vía electoral las dos principales alcaldías de Colombia con Lucho Garzón en Bogotá, la capital, y con Sergio Fajardo en Medellín. A esto habría que agregar la gobernación del Valle, tercer departamento en importancia, con Angelino Garzón, una fuerte representación en el congreso de la República , en las asambleas departamentales, en los concejos municipales y otras alcaldías. También hacen parte de la “izquierda” las ONG de derechos humanos, el magisterio, el sindicalismo, el estalinismo católico llamado Teología de la Liberación , la mayor parte de la rama de la Justicia a través de Asonal Judicial -un sindicato de magistrados, fiscales y jueces fundado por el extinto abogado Jaime Pardo Leal, destacado miembro del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista- y gran parte de la intelectualidad, entre otros.

Todo esto enmarcado en un escalamiento constante de la guerra como resultado de una falaz y criminal política de “Seguridad Democrática” que desconoce la naturaleza de la guerra irregular y que se centra básicamente en desmovilizar los grupos de legítima defensa -verdaderos muros de contención contra la “izquierda” armada- y reemplazarlos con una creciente, inútil y archicorrupta Fuerza Pública cuyo aumento descomunal “ya significa hoy en día cerca del 52% de todos lo sueldos y salarios que paga el Gobierno central” (2).

Con esas desmovilizaciones la sinarquía colombiana, usufructuaria de gran parte del negocio del narcotráfico, buscaba eliminar una poderosa fuerza triunfante frente a la “izquierda” armada, por eso más legítima que su Estado mafioso y que por tanto amenazaba de muerte su protervo poder. Así con estas desmovilizaciones liberticidas, de hecho genocidas contra la nación, la sinarquía y su administrador el presidente Uribe prefirieron dejarle el camino completamente despejado a la “izquierda” armada, también inmersa en el narcotráfico, para que recuperara el gran terreno que había perdido con los grupos libertarios de legítima defensa.

En consecuencia, las FARC están ocupando todas las zonas dejadas por los grupos de legítima defensa como lo evidenció la incursión guerrillera del 25 de septiembre (2006) a Tierradentro, Córdoba, corazón de las autodefensas.

Pero mientras Uribe lograba la desmovilización del principal enemigo de la “izquierda” armada, ésta con las FARC a la cabeza cambió de táctica y dentro de la combinación de todas las formas de lucha puso el énfasis en la infiltración, consolidando sus nuevos engendros el Partido Comunista Colombiano Clandestino conocido como el PACOCLAN O PC3 y el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia , también clandestino. La función principal de estas organizaciones dirigidas directamente por ‘Alfonso Cano’ el número dos de las FARC, como su accionar clandestino lo indica, es perfeccionar la infiltración. Sobre esto, alias ‘Ricardo González’, miembro del Estado Mayor central de las FARC, en una entrevista dada en abril de 2004 al semanario Avante, órgano del Partido Comunista Portugués, explicó: “Nosotros no solamente tenemos el aparato propiamente armado sino que constituimos y construimos el Partido Comunista Colombiano Clandestino… Estamos también construyendo el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia que es un movimiento también clandestino con fuerte arraigo en los sectores del estudiantado, entre los sectores obreros, en los barrios periféricos de las grandes ciudades, en los sectores universitarios y en la intelectualidad… Construir estas redes clandestinas se convierte para nosotros en un trabajo de filigrana”(3). Con la técnica de la infiltración la “izquierda” forma numerosas células político-militares y va creando una telaraña impenetrable que persigue socavar las instituciones gubernamentales para ponerlas al servicio de la guerra irregular y también influenciar a la sociedad con sus ideas, posiciones y doctrinas socialistas y comunistas.

Un caso típico de infiltración lo constituye el de Freddy Escobar alias ‘Mateo’, “quien confesó ser miembro de las FARC”(4), y que en el momento de su detención era integrante de la Junta Directiva de las Empresas Públicas de Medellín nombrado por el alcalde de “izquierda” Sergio Fajardo. En el computador de alias ‘Mateo’ “hay correos enviados por el jefe guerrillero ‘Alfonso Cano’, en los que le da lineamientos sobre el trabajo de masas con el PC3 y el Movimiento Bolivariano” (5). Junto con Escobar fueron capturadas 11 personas integrantes del frente 14 de las FARC, entre los que se hallaban “la gerente de una EPS (Empresa Proveedora de Salud) y el gerente de una empresa de transporte”(6).

Hacerse a la propiedad del Estado de manera vitalicia a través de la guerra irregular, por la vía armada o por la vía electoral, es el propósito totalitario de la “izquierda” en todo el mundo, lo cual ha logrado en muchos países. En Colombia esto es un hecho en algunas regiones. Igualmente, conservar a perpetuidad la propiedad sobre el Estado -su lucrativo invento liberticida-, es el único interés de la sinarquía. Para ello, tanto la una como la otra han esclavizado, asesinado y expoliado a los pueblos.

La sinarquía, la “izquierda” y el Estado son los verdaderos enemigos de la humanidad en general y de los colombianos en particular.
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NOTAS:

1. Paloma de la Nuez , La política de la libertad. Unión Editorial, Madrid, 1994, pág. 245; 2. El Tiempo, “El impuesto al patrimonio”, Juan Camilo Restrepo, 25 de octubre de 2006, pág. 1-21; 3. www.rebelion.org, 7 de abril de 2004; 4. www.miami.com , “Ejecutivo estatal colombiano era de las FARC”, 9 de agosto de 2006; 5. www.eltiempo.com, “Las barras del fútbol, otro objetivo del PC3, ‘máquina’ de infiltración de FARC”, septiembre 24 de 2006; 6. www.miami.com, Op. Cit.

Cortesía de Benito Quintero

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