José Albornoz, segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional, ha sido revocado de su cargo y sustituido por la diputada Marelys Pérez Marcano. Su revocación obedece a la propuesta presentada por el diputado Mario Isea, aprobada por la mayoría oficialista (PSUV) y rechazada por los parlamentarios de las facciones PPT, PODEMOS y Frente Humanista y Ecológico (FHE).
Estas son las razones aducidas por el proponente de la moción:
“El debió renunciar cuando decidió pasarse a la contrarrevolución. Yo le pido que asuma esto con hidalguía... De manera reiterada el PPT viene asumiendo una conducta desleal, contraria a las razones por las que se hizo la alianza con ellos, plegándose a la contrarrevolución”.
No hay alusión a las disposiciones del Reglamento Interior y de Debate de la Asamblea Nacional en referencia a las causales que dan lugar a una decisión como esta, sencillamente, porque no aparece ninguna que contemple nada semejante. Por supuesto, tampoco en la Constitución figura la deslealtad ideológica o política como causa de revocación, destitución, o sanción.
Pero este "pase de factura" que le han hecho a Albornoz (quien, dicho sea de paso, no me inspira confianza ni simpatía) tiene una explicación: nuestra infortunada Carta Magna es para ellos -los miembros del gobierno y los militantes del partido de gobierno- un librito insignificante lleno de estorbosos y ridículos preceptos, principalmente ese que promulga el "pluralismo político" como "valor superior". Está allí, en el artículo 2 del Título I que contiene los "Principios Fundamentales" del texto constitucional, pero daría lo mismo si no estuviera, o si todas las páginas de la Constitución estuviesen en blanco. Después de todo, hay una voluntad superior que se impone a las decisiones del pueblo, a la Constitución, a las leyes, al Derecho, en fin, que se impone y punto.
Esa voluntad no es otra que la de Hugo Chávez: suprema vox, suprema lex. Y a ella debe someterse todo aquel que quiera tener derecho a respirar dentro del hemiciclo: "Los candidatos a diputados del Partido Socialista Unido deben ser garantes y leales al presidente, tienen que tener compromiso revolucionario" (Luis Jonás Reyes Flores, miembro de la Comisión Regional de PSUV en el Estado Lara, El Universal, 25 de mayo de 2010).
¿Alguna objeción?
Estas son las razones aducidas por el proponente de la moción:
“El debió renunciar cuando decidió pasarse a la contrarrevolución. Yo le pido que asuma esto con hidalguía... De manera reiterada el PPT viene asumiendo una conducta desleal, contraria a las razones por las que se hizo la alianza con ellos, plegándose a la contrarrevolución”.
No hay alusión a las disposiciones del Reglamento Interior y de Debate de la Asamblea Nacional en referencia a las causales que dan lugar a una decisión como esta, sencillamente, porque no aparece ninguna que contemple nada semejante. Por supuesto, tampoco en la Constitución figura la deslealtad ideológica o política como causa de revocación, destitución, o sanción.
Pero este "pase de factura" que le han hecho a Albornoz (quien, dicho sea de paso, no me inspira confianza ni simpatía) tiene una explicación: nuestra infortunada Carta Magna es para ellos -los miembros del gobierno y los militantes del partido de gobierno- un librito insignificante lleno de estorbosos y ridículos preceptos, principalmente ese que promulga el "pluralismo político" como "valor superior". Está allí, en el artículo 2 del Título I que contiene los "Principios Fundamentales" del texto constitucional, pero daría lo mismo si no estuviera, o si todas las páginas de la Constitución estuviesen en blanco. Después de todo, hay una voluntad superior que se impone a las decisiones del pueblo, a la Constitución, a las leyes, al Derecho, en fin, que se impone y punto.
Esa voluntad no es otra que la de Hugo Chávez: suprema vox, suprema lex. Y a ella debe someterse todo aquel que quiera tener derecho a respirar dentro del hemiciclo: "Los candidatos a diputados del Partido Socialista Unido deben ser garantes y leales al presidente, tienen que tener compromiso revolucionario" (Luis Jonás Reyes Flores, miembro de la Comisión Regional de PSUV en el Estado Lara, El Universal, 25 de mayo de 2010).
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