06 julio 2006

Cómo soportar la democracia

Por Liliana Fasciani M.

"Pero, ¿en qué lugar del mundo se encuentran desiertos más fértiles, mayores ríos, riquezas más intactas y más inagotables, que en América del Sur? Sin embargo, América del Sur no puede soportar la democracia."
Alexis de Tocqueville


La primera vez que leí esta frase en La democracia en América (1969:196) sentí una vergüenza íntima y solitaria, como si cada una de las palabras que la componen fuese una mirada indiscreta que nos expusiera, completamente desnudos, al juicio de otras gentes que nada tienen, aparentemente, en común con nosotros.
La afirmación de que "América del Sur no puede soportar la democracia" obliga a detenerse en seco y a vaciar en el sitio el saco de las dudas pendientes. Dudas respecto de nuestros valores y convicciones. Dudas acerca de nuestra manera de ser y ver el mundo. Dudas sobre nociones tan fundamentales como libertad, igualdad y justicia. Entre otras razones, porque esa expresión nos pone en duda a nosotros mismos, en tanto seres racionales y capaces. Y, también, porque semejante juicio de valor proviene de un ejercicio comparativo en el cual la otra parte es, nada menos, América del Norte.
Si la aguda percepción psicológica de Alexis de Tocqueville logró captar entonces -por allá entre 1830 y 1845- las enormes diferencias entre los pueblos de ambas Américas, no obstante algunas circunstancias históricas similares, concernientes a las luchas independentistas y a la organización republicana, más de ciento setenta años después sería una necedad negar que aquellas mismas diferencias no sólo se mantienen, sino que se han acentuado.
La razón acaso estriba en que los Estados Unidos de Norteamérica se fundó sobre los sólidos principios de la libertad democrática y la democracia liberal -aunque es preciso aclarar que liberalismo y democracia no solamente no son sinónimos, son además términos antagónicos-, en una empresa de carácter colectivo que unió al pueblo norteamericano por una misma causa.
Los países de América del Sur, lejos de fundarse en tales principios, se asentaron más bien en las charreteras de mortales héroes, cuyas ideas liberales de cuño anglofrancés y cuyas aspiraciones de gloria personales prevalecieron sobre el interés general en el que, forzoso es decirlo, la desunión fue casi siempre un obstáculo insalvable.
Venezuela es hoy un buen ejemplo de los males que causan nuestra desgracia. En los albores del siglo XXI, cuando creíamos haber superado la nefasta racha de las dictaduras, hemos sido envueltos por sus sombras, esas que amenazan con estrangular nuestra libertad, esas que nos aturden con sus lenguas encendidas, en un decidido intento por arrojarnos al precipicio donde moran el miedo y el silencio.
Precisamente aquí, en el borde del abismo, tenemos que colocar nuestras dudas y empezar a despejarlas una por una. Debemos plantearnos, con la seriedad que la actual situación exige, si creemos o no en la democracia, si estamos o no dispuestos a defenderla, si usaremos para ello las armas de la razón y la justicia o las de la fuerza y el ardid, si merece la pena sacrificar el egoísmo o si merecemos ser sacrificados por los egoístas.
Es en esta Venezuela del 2006 cuando tenemos la oportunidad de comprobar si somos demócratas convencidos o autócratas genéticos.
Sin duda, siempre será preferible y mucho más conveniente soportar una democracia imperfecta que un totalitarismo perfecto; en la primera, se sobrevive en libertad, en el otro, se perece por impotencia.


5 comentarios :

  1. La libertad siempre encuentra espacios para expresarse, aun en los momentos mas oscuros, me ganaste de mano en el blog pero ya te amenazo con el mio.
    En cuanto a la democracia en America latina, me temo que hasta ahora es incompatible con dos necesidades basicas, la de los que tienen y prefieren "orden" para realizar en paz sus negocios y la de los que no tienen, que desean pan, que lamentablemente viene acompañado de circo, no de respeto democratico(desde los romanos)
    Amiga.
    Hipólita......Has Returned

    ResponderEliminar
  2. Gracias por hacer un sitio en internet que nos haga reflexionar y criticar a la historia y la actualidad. Es muy buena profesora y para nada egoista, se nota al compartir sus conocimientos con todo el mundo, pero en especial gracias por compartirlos conmigo.

    Su alumna Yoselin Gonzalez, estudiante del Seminario de Teoria General del Derecho, 2do año de Derecho, UCAB.

    ResponderEliminar
  3. La democracia poco tiene que ver con libertad, es, por el contrario, muchas veces su verdugo.

    Saludos de un Liberal

    Julio Pieraldi
    Director de Organización de MDL

    ResponderEliminar

Exprésate libremente.
En este blog no se permiten comentarios de personas anónimas.