¿Quién gobierna en Venezuela? La respuesta es obvia: ¡Nadie!
Hugo Chávez no está en capacidad de atender los asuntos inherentes a su cargo debido al cáncer que padece y que, en el transcurso de este año, lo ha mantenido más tiempo fuera del país, recibiendo tratamiento, que en el territorio nacional. No obstante, su avaricia de poder supera al natural instinto de conservación. No hay manera de que entienda cuánto lo limita -y limitará- la enfermedad para el ejercicio de sus funciones, por el contrario, se empeña en aparentar una mejoría que está cada vez más lejos de su cuerpo. Se niega a pensar en el bienestar del país, en la seguridad de los ciudadanos, pues sólo piensa en sí mismo de un modo tan egoísta y arrogante que espanta. Raya en la irracionalidad y el delirio su aferramiento ciego al poder. Es esto lo que no le permite actuar con sentido común y responsabilidad para acogerse a la alternativa que, en casos como el suyo, ofrece el artículo 234 de la Constitución, en el que se establece que las faltas temporales del Presidente serán suplidas por el Vicepresidente Ejecutivo hasta por noventa días, prorrogables por decisión de la Asamblea Nacional hasta por noventa días más, y que si ésta se prolonga por más de noventa días consecutivos, la Asamblea Nacional debe decidir por mayoría si hay que considerarla una falta absoluta. Así las cosas, ni gobierna el Presidente, ni gobierna el Vicepresidente.
Tampoco sus Ministros han logrado demostrar su capacidad para solucionar con mediano éxito los problemas que son de su competencia, como en el caso del Ministro de Interior y Justicia, a quien la violencia en las calles ha rebasado hasta el extremo de tener a unos cuantos delincuentes alistados en los equipos policiales. Ni hablar de la Ministra de Servicios Penitenciarios, que en los últimos quince días no ha conseguido controlar el terrible caos en la cárcel de La Planta, donde los presos y sus pranes se han impuesto por la fuerza de sus armas, tanto dentro como fuera del recinto penal, para evitar que los trasladen a otros centros penitenciarios, porque el gobierno ha decidido clausurar definitivamente el lugar. Los sucesos han paralizado a Caracas durante horas e incluso días, debido al tiroteo contínuo hacia el exterior, que han producido muerte, heridas y daños materiales a varios vecinos de la cárcel.
Los presos -a los que el régimen prefiere llamar "los privados de libertad"- tienen un arsenal de armas de guerra y granadas. ¿Quién les suministra esa clase de armas? ¿Cómo entran las armas a la cárcel? Después de dos semanas de intensos tiroteos, ¿no se les agotan las balas? ¿Quiénes se encargan de reponerles las municiones?
A principios de mayo, Hugo Chávez decidió constituir el Consejo de Estado, que de acuerdo con el artículo 251 es un órgano superior de consulta para recomendar políticas de interés nacional de especial trascendencia. Sin embargo, no se trata de un ente en el que puedan ni deban delegarse funciones presidenciales. ¿Qué puede hacer el Consejo de Estado? Emitir opinión acerca de los asuntos que les sean consultados, nada más.
Venezuela es hoy por hoy un país a la deriva, sin timón ni timonel, azotado por una tempestad de caos, violencia e improvisación. Ni los peores gobiernos a lo largo de su Historia han sido tan escandalosamente ineficientes y corruptos como el actual. La única manera de evitar que naufraguemos es virando el rumbo.